Extremadura

Fisioterapeutas riojanos advierten que la recuperación activa es «imprescindible» para evitar lesiones tras el entrenamiento deportivo

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LOGROÑO, 15 de abril. (PRENSA EUROPA) –

Ese La actividad física regular es buena para todos, independientemente de la edad o la condición física, ya que se puede adaptar a las necesidades, capacidades y limitaciones individuales. A menudo olvidamos una parte esencial del deporte: la recreación. Muchas personas dejan de hacer ejercicio y se van directamente a la ducha, olvidándose de descansar, favoreciendo así la aparición de dolores y posibles problemas.

Sensibilizar al público sobre la necesidad de la recreación activa en la práctica deportiva, El Colegio Oficial de Fisioterapeutas de La Rioja dedicó su videoconsulta de abril a la difusión de un protocolo sencillo con 10 ejercicios aptos para todos, dentro de su campaña «Consejos para una vida mejor». Se trata de ejercicios sencillos que se pueden realizar sin equipamiento adicional y que resultan útiles independientemente del deporte y la intensidad que se practique.

Ese Los fisioterapeutas de La Rioja recomiendan que, una vez finalizada la práctica deportiva, vayas disminuyendo el ritmo para que el final no llegue de repente. Es importante no detenerse abruptamente cuando terminemos de hacer ejercicio, sino hacerlo gradualmente, disminuyendo la velocidad, respirando profundamente y tratando de caminar unos metros para disminuir el ritmo cardíaco y relajarnos.

Una vez que el cuerpo se ha recuperado, es importante realizar estiramientos dinámicos que permitan la recuperación muscular. De lo contrario, experimentaremos más dolores y molestias y, en algunos casos, la aparición de lesiones. Para evitar esto, necesitamos hacer algunos ejercicios simples que combinen la flexibilidad con el estiramiento.

La primera consiste en apoyar las manos y las rodillas en el suelo y adelantar una pierna con el pie apoyado en el suelo. Cuando hayamos realizado el ejercicio con las dos piernas, debemos ponernos de pie sin despegar las manos del suelo y levantar la cadera, también alternativamente. De esta manera estiramos la cadena trasera.

Para el segundo ejercicio, acuéstese boca abajo en el suelo y luego levante las manos y levante el torso, tratando de mirar hacia arriba. Con las manos en el suelo, levantamos los glúteos, formando una especie de arco con el cuerpo. Luego, sin levantar las manos y los pies del piso, incline el cuerpo hacia adelante y hacia atrás de puntillas, lo que le permite estirar las pantorrillas.

El siguiente ejercicio tiene como objetivo recuperar los cuádriceps y consiste en sentarnos en el suelo con las piernas flexionadas hacia atrás de forma que apoyemos los glúteos sobre los talones. Luego tiramos el torso hacia atrás, pero siempre de forma controlada para evitar lesiones o desgarros musculares.

Cuando hayamos terminado debemos llevar el torso hacia delante, manteniendo las piernas flexionadas e intentando enderezar los brazos lo máximo posible, tocando el suelo. Repetimos este ejercicio con los brazos a derecha e izquierda.

Ahora que el nivel de relajación y recuperación es mayor, nos tumbamos boca arriba, cruzando una pierna sobre la otra y acercándolas alternativamente al pecho. Notaremos como se estira la zona de los glúteos.

Luego volvemos a la posición de cuatro patas (manos y rodillas apoyadas en el suelo) y giramos el torso sobre sí mismo, levantando el brazo y siguiéndolo con la mirada. Luego nos sentamos sobre los talones y estiramos los brazos por encima de la cabeza, cruzando las manos y tratando de estirar bien la espalda y los miembros superiores.

Luego bajamos los brazos al nivel de la cara y volvemos a enderezarnos sin soltar las manos y con las palmas hacia afuera. Finalmente, y sin dejar esta posición, llevamos un brazo a la espalda mientras giramos la cabeza hacia el lado del mismo brazo y lo sujetamos con la otra mano, estirando los músculos del cuello y acercándolo al hombro.

Aunque pueda parecer un ritual complejo, en realidad son ejercicios que se interiorizan muy rápido y luego se realizan automáticamente en menos de 10 minutos, por lo que es recomendable aprenderlos y practicarlos.

Y lo más importante, incorporarlos a nuestras rutinas de ejercicio como una parte más e indispensable de la actividad física. Después de todo, el descanso activo no solo contribuye a la normalización del sistema cardiovascular y musculoesquelético, sino también a la prevención de problemas.


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