El alcalde de Valencia dimitió mientras la Fiscalía investigaba y ahora pide ser incluido en la comisión de gobierno y generalidad
La Albufera tiene un precio para quien consiga salvarla. A nadie le amarga un caramelo y todos quieren la medalla y más siendo un lugar tan querido por los valencianos. Pero cuando se trata de ayudar y trabajar para mejorar el deplorable estado del parque, ya no hay tanta gente dispuesta, según ambientalistas y muchos expertos.
Algo así parece haberle ocurrido al alcalde de Valencia, Joan Ribó, que pidió esta semana ser incluido en la comisión bilateral entre el Gobierno central y la Generalitat para mejorar el estado de la Albufera. Ribó argumentó que el lago es propiedad municipal y que el Ayuntamiento de Valencia es la institución que más fondos aporta para su conservación.
Parece una posición lógica, pero hace dos años Ribó dimitió de la presidencia de honor de la autoridad de saneamiento que tradicionalmente ha ocupado el Ayuntamiento de Valencia. Rita Barberá delegó en Silvestre Senent y Ribó en Sergi Campillo hasta que intervino el fiscal.
Esta es una organización integrada por los propietarios del parque que se encarga de regular el funcionamiento de las bombas para mantener el nivel del agua del lago.
El alcalde señaló en su momento que se trataba de un cargo voluntario. «La Junta Directiva es un tema en el que no tengo nada que ver, soy Presidente de Honor. En un momento en que hay conflictos en los que no he intervenido, me parece más importante simplemente no estar”, dijo el Primer Alcalde.
Justo en ese momento, la Fiscalía había iniciado una investigación sobre los niveles de agua en la Albufera. El Ministerio del Ambiente las reguló en 2016 luego de recibir una advertencia del Ministerio Público para cumplir con sus funciones. Este reglamento estipula una altura mínima de diez centímetros sobre el nivel del agua en el barranco al otro lado de la puerta durante el cultivo de arroz de mayo a octubre. De noviembre a enero, se dice que la inundación de los campos alcanza los 25 centímetros, mientras que el resto del año puede fluctuar entre cinco y diez centímetros.
En concreto, la Fiscalía solicitó al Ayuntamiento un informe sobre la apertura de las esclusas en el marco de la investigación de que se había abierto el nivel del agua por su «preocupante» descenso.
Él creía que el liderazgo de la Junta de Drenaje había bajado estos niveles en violación de decisiones anteriores. La fiscalía amenazó a los directivos de la corporación con cuantiosas multas y la retirada de su potestad para determinar el nivel freático y trasladarlo a la Generalitat.
Ahora la situación parece más tranquila, según José Fortea, titular de la autoridad de drenaje. Fortea justificó la dimisión del Ayuntamiento de Valencia de la empresa. Señaló que la persona en quien había delegado el alcalde, Sergi Campillo, tenía demasiadas profesiones para asumir también la que suponía la presidencia de honor de la unidad.
Llama la atención el apuro del alcalde de Valencia por reclamar un puesto en un órgano que teóricamente puede decidir el futuro del Parque Natural y que jugará un papel clave para determinar las futuras inversiones a realizar localmente. Por un lado, se hizo un nombre con amenazas de la fiscalía, pero ahora pidió apresuradamente un puesto en la comisión.
Fuentes de la Generalitat explicaron que una vez constituida la comisión, se consultará al Ayuntamiento de Valencia junto con el resto de municipios y sectores interesados en el parque.
No debemos olvidar que las competencias de gestión del parque corresponden a la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia -como en el caso de los otros doce municipios donde la Albufera tiene parte de su tenencia- tiene pocas competencias reales en la gestión global del lugar
A pesar de ello, el primer alcalde valenciano no dudó en sentarse a la mesa de negociación recordando que el Ayuntamiento es el que más invierte en el parque. También ha destacado que el gran problema es que el lago no aporta suficiente agua y antepone aumentar el caudal a la construcción de la nueva depuradora de Alcàsser.
Según Ribó, una comisión sin la presencia del Ayuntamiento de Valencia no tiene sentido, ya que, según el alcalde, el Ayuntamiento «apoya a la Albufera y mejora la situación».
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