Primera protesta para exigir más recursos para atención especializada

La insatisfacción ya no se encuentra solo entre los profesionales de atención primaria y se traslada a la atención especializada. El Sindicato Satse ha convocado la primera protesta en la puerta del Hospital La Fe para el martes 22 de febrero, a la que asistieron enfermeras y fisioterapeutas, para denunciar que estos centros de salud están cerrados por el grave deterioro, abandono y precariedad que sufren los «enfermos» de los centros especializados atención en nuestro país.

Fuentes del gremio Satse dijeron que ya hace unos días se estaban enfocando en resaltar la crítica situación que atraviesan los servicios básicos. El problema, según explican las mismas fuentes, es que la Especializada presenta una situación muy similar de abandono, falta de fondos y profesionales que ahora quieren mostrar su malestar y reclaman una mayor dotación de fondos y recursos.

Nos gustaría llamar la atención sobre las largas listas de espera a las que se tienen que enfrentar los pacientes por falta de personal y fondos para tratarlos en poco tiempo.

Esta situación de salud pública ha llamado la atención de la Sindicatura de Greuges, que ha presentado un informe alertando de la escasez de profesionales, especialmente médicos y enfermeros; una alta tasa de ausentismo laboral; control insuficiente de las horas de trabajo; y el uso excesivo de contratos de duración determinada. Todo ello provoca importantes retrasos en la atención de los pacientes, especialmente en los centros de salud.

El Organismo Autónomo cree que el Ministerio de Sanidad debería destinar al menos unos 58 millones de euros anuales para contratar y costear al menos un millar de profesionales más (422 médicos y 528 enfermeros) en la red de la administración pública de forma directa, sin contar las concesiones sanitarias o los centros, que dependen de las diputaciones provinciales.

La escasez de personal afecta a todos los niveles profesionales de la asistencia sanitaria. El sindicato señala que se necesitarían 318 médicos más en atención especializada; en particular, personal de anestesiología y reanimación (66), psicología clínica (27), radiodiagnóstico (19) y medicina interna; junto con otras 445 enfermeras.

Fuentes del sindicato Satse señalaron que la falta de recursos “se extiende también a la atención especializada”. Esta caída de recursos puede haber pasado desapercibida en los últimos meses por la situación en Atención Primaria. Si bien la presión se centró en los hospitales durante la primera ola, la presión se centró en los centros de salud abrumados durante la sexta.

De esta forma, pedir cita con el médico de cabecera suponía esperar dos semanas a que te viera o te llamara por teléfono. Los profesionales se quejaron de que en los últimos dos años prácticamente no pudieron atender a pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes. Aseguraron que debido al colapso en el que se han sumido los centros de atención primaria, la escasez de personal y la acumulación de tareas relacionadas con el coronavirus, en muchos casos no es posible hacer un seguimiento adecuado de los pacientes con estas dolencias, lo que lleva a que esta parte de ellos termine. en el hospital.

Otra consecuencia negativa ha sido el aumento de las agresiones a los profesionales sanitarios. Algunos pacientes han perdido la paciencia y se han enfrentado a los médicos o enfermeras. Anteriormente, estos comportamientos eran más aislados, pero se han disparado durante la pandemia.

Si bien recientemente se ha presentado un plan estratégico para la atención primaria, la atención especializada sigue huérfana y se enfrenta a una evidente escasez de recursos, dijeron ayer fuentes de Satse.

Por otro lado, la concentración del martes 22 de febrero, según Satse, convocará a otras cuestiones «fundamentales» como el desbloqueo de la tramitación parlamentaria de la ley de seguridad del paciente, la posibilidad de prejubilación voluntaria y la admisibilidad de la reagrupación laboral. personas del grupo A sin subgrupos, además de la extinción de la temporalidad y precariedad laboral que padecen desde hace años.