Una concentración de apoyo a las protestas del país requiere un cambio de gobierno y respeto a los derechos humanos y de las mujeres
Los más de 4.800 kilómetros que separan Valencia e Irán no parecían tantos aquella tarde. En la plaza del Ayuntamiento ha tenido lugar una concentración en apoyo a las protestas que se desarrollan en el país de Oriente Medio, que comenzaron tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, asesinada por la llamada ‘policía de la moralidad’ de Ellos sea por mal ir llevando el velo.
Esta fue la chispa que encendió un fuego que se está extendiendo por todo el mundo con movimientos como el que tuvo lugar ayer en la capital de la Comunidad Valenciana y en el que participaron decenas de ciudadanos iraníes, muchos de ellos jóvenes pero también españoles. . Bajo el lema «Mujer, vida y libertad», se alzan voces pidiendo un cambio de gobierno en Irán porque la población ya no se conforma con reconocer los derechos y libertades de las mujeres. Eso se queda corto y más cuando hay cientos de muertos.
Los manifestantes enarbolaron banderas del país y todo tipo de pancartas con la imagen de Mahsa Amini, que se convirtió en el símbolo de la rebelión. Las proclamas variaron, exigiendo derechos humanos o el fin de la dictadura árabe extremista, y el idioma nacional cambió al español.
Fue solo una joven iraní sin velo quien expresó las demandas en Valencia y leyó el manifiesto preparado. Se ha argumentado que el pueblo y su cultura son «totalmente diferentes a lo que representa el régimen dictatorial». Debido a esto, sonó la música que estuvo presente durante la mayor parte del tiempo de concentración.
Con lo mismo y los gritos, quisieron acercarse a sus compatriotas que, a diferencia de ellos, no tuvieron la suerte de poder salir de Irán. «Llevan siete semanas luchando y no podemos permitir que los fusilen», defendió la portavoz del movimiento en Valencia. El objetivo es redoblar la presión y despertar las conciencias de los ciudadanos de los países más desarrollados con gestos como los vídeos que se han hecho virales en las redes, en los que mujeres se cortan un mechón de pelo.
Por ello, han pedido a los gobiernos que presionen para que los distintos gobiernos rompan conjuntamente los lazos diplomáticos con Irán y aíslen al régimen islamista. Saben que esto significa sufrimiento e incluso obstáculos para que sigan viviendo en España, pero saben que esta es una de las pocas opciones que les quedan.
«¿Cuántas personas tienen que perder la vida para tomar medidas?», preguntan los manifestantes, conscientes de que esto no acaba aquí. Seguirán su lucha, aunque sea a miles de kilómetros, para intentar poner su granito de arena en un movimiento que creen que aquí se quedará. Porque hay mucho en juego.
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