Inna Oleksandrova, una ucraniana afincada en Dénia, tiene familiares y amigos en su país que le hablan del pánico entre la población
Inna Oleksandrova proviene de Chernivtsi, un pueblo de los Cárpatos en el oeste de Ucrania, pero vive en Dénia desde hace 23 años. Desde esta mañana observa con preocupación el inicio de la guerra en su país y solo desea que esta pesadilla acabe pronto, porque «todos quieren la paz menos uno, Putin».
Se enteró del comienzo de la guerra por las noticias. Sabe que se ha hablado mucho de lo que podría pasar, «pero no pensé que al final Rusia atacaría».
Desde la primera hora está en contacto con sus amigos y familiares que permanecen en su país. Según explicó, la situación en el oeste de Ucrania no es tan mala como en la frontera oriental y la gente está tratando de mantener la calma, aunque es difícil porque no saben qué les va a pasar. «No estamos acostumbrados a la guerra». Usted le habló del pánico que vive la población. “Reciben el dinero de los cajeros automáticos y llenan los autos frente a lo que viene”, describió Oleksandrova.
No puede librarse de esta inquietud que lo abruma. Con casi 25 años había dejado su país para ir a Dénia a trabajar allí. Su hija de cuatro años también se fue con ella a la capital de la Marina Alta. Tras media vida en su país de acogida, ya tiene la nacionalidad española, aunque Ucrania le sigue queriendo y le corre por las venas.
Tiene primos, sobrinos y amigos en su país, por lo que no puede evitar sentir cierto temor por lo que les pueda pasar. A esta preocupación se suma la noticia de que “las fronteras están cerradas y la gente no viaja a otros países” y escapa del conflicto.
Para Inna Oleksandrova «esto es un desastre» y solo tiene un culpable. Su padre era ruso y dice claramente que «los rusos no son malos, excepto por su presidente». En ese sentido, enfatizó que “a Putin no le bastaba Crimea y las regiones del este, ahora quiere toda Ucrania”.
Dénia cuenta con una importante comunidad ucraniana, prueba de ello son las 603 personas empadronadas procedentes de este país. Algunos de ellos tienen un grupo de WhatsApp y siguen el progreso de la guerra allí. Están considerando reunirse pronto en una iglesia del pueblo para elevar una oración por la paz.
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