Los propietarios y empleados de estas instalaciones tienen que esperar hasta dos años para adquirir los vehículos o partes de los mismos.
Valencia. No solo es complicado comprar un helado, sino que los valencianos con ganas de comprar una bici nueva se llevan una gran sorpresa. Les resultará muy difícil encontrar el producto que desean e incluso tendrán que esperar algunos años antes de encontrar el producto que desean.
La pandemia fue el empujón final para la industria de las bicicletas. Hubo un boom sin precedentes. El deseo de la gente de practicar deportes al aire libre y utilizar la bicicleta como principal medio de transporte en la vida cotidiana son algunos de los factores que justifican las largas colas para comprar una bicicleta.
Esta situación hizo que la industria de la bicicleta reapareciera como el ave fénix. De un sector con mucha oferta y poca demanda, recuperó protagonismo en el periodo postconfinamiento.
Hasta aquí todo bien. Pero al cabo de unos meses, las bicicleterías se dieron cuenta del exceso de demanda de bicicletas y, al no recibir material nuevo por parte de los proveedores, sufrieron un desabastecimiento que es la situación de muchas bicicleterías de Valencia a día de hoy.
“Ahora mismo hay que comprar con dos años de antelación. A los proveedores les pedías una cierta cantidad de piezas y bicicletas y en un mes las tenías”, comentan los encargados de una tienda de bicicletas cerca del distrito de Benicalap.
Además, una espera tan larga en las tiendas de bicicletas crea incertidumbre para planificar la promoción y dar un buen servicio al cliente, evitando una lista de espera interminable.
Incertidumbre empresarial
«Lo que pasa ahora es que si no compré esta moto en el calendario de 2023, entonces no habrá porque seguirá habiendo escasez. Ya hemos comprado para 2023 o 2024. No tienes lo que no compras, porque los proveedores producen como compran. Como resultado, muchos negocios se están asfixiando». Esta tienda actualmente tiene exceso de stock debido a la incertidumbre de no saber si la situación cambiará.
Otro factor que complica la situación es la falta de accesorios y complementos para la fabricación o reparación de las bicicletas de los clientes.
«También faltan accesorios y complementos de las principales marcas. No hay nada que quieras. A veces necesitamos acceder a Internet. Falta la reparación más sencilla: neumáticos, cadenas, engranajes, neumáticos”, aseguran fuentes de una famosa tienda de bicicletas de Valencia.
Esta situación no es aislada en la ciudad sino que afecta a otras zonas del territorio español. “Incluso el concesionario español de una marca conocida no tiene suficientes motos en stock y te entregará el producto deseado en un plazo de al menos nueve meses”, recalcan en otro oficio.
La bicicleta se ha convertido en un bien básico para la población, un objeto muy valioso dada la escasez de este artículo. Muchas tiendas hacen todo lo posible para cumplir con los requisitos y brindar el mejor servicio al cliente, pero las listas de espera tan largas hacen que muchos ciudadanos pierdan interés en comprar.
El verano es la estación en la que más bicicletas se venden, pero la falta de muchos modelos y los materiales correspondientes crea una situación complicada para estas tiendas de la capital del Turia.
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