Las obras de construcción de la autovía A-33 en Caudete (Albacete) albergan un tesoro arqueológico
Un yacimiento arqueológico a una hora de la ciudad de Valencia capital. Las obras de construcción de la autovía A-33 en Caudete (Albacete) han sacado a la luz un gran yacimiento arqueológico con más de 6.000 fósiles de animales de hace siete millones de años, entre ellos rinocerontes, reptiles, invertebrados, ungulados artiodáctilos, pequeños mamíferos y » caballos». . hippariones», ancestros de los caballos modernos que habitaron la Península Ibérica a finales del Mioceno.
Caudete es uno de los primeros pueblos de la provincia de Albacete, lindando con la provincia de Valencia. De hecho, dista sólo 17 kilómetros de Fuente la Higuera (Valencia) y poco más de 110 kilómetros de Valencia capital.
Los primeros huesos petrificados y petrificados en el suelo arcilloso surgieron en 2018 durante los movimientos de tierra para la construcción de esta autovía, realizados por la empresa Acciona, a una profundidad de unos seis metros. Con el tiempo se ha confirmado la existencia de un extenso yacimiento paleontológico en la zona conocida como “El Estrecho” y se han documentado más de 6.000 fósiles, algunos de los cuales serán expuestos en la Casa de la Cultura en la segunda semana de enero de 2023 Caudete.
Imagen de la carretera. /
Según la empresa encargada de las obras de esta carretera, cuando aparecieron los primeros fósiles se elaboró un protocolo de identificación y protección de restos fósiles y arqueológicos, con instrucciones de parar las obras «en caso de sospecha o evidencia». Al mismo tiempo, un equipo de paleontólogos de la Fundación Cidaris se dedicó a excavar la zona donde aparecieron los primeros restos. El resultado fue la catalogación y recuperación de más de 6.000 fósiles y el descubrimiento de “un yacimiento de gran valor tanto por sus dimensiones como por la información científica que aporta”, destaca Acciona.
«hipparión»
Entre los fósiles encontrados destacan los del «Hipparion», un pequeño herbívoro, antepasado del caballo actual, ya que solo medía alrededor de la mitad y media de estatura. Pesaba alrededor de cien kilos y tenía un cuerpo robusto y patas cortas que le permitían correr largas distancias, por lo que se le considera un animal de resistencia. Sus ojos estaban más separados que los del caballo que conocemos hoy, lo que era útil para tener un amplio campo de visión y detectar rápidamente a tus enemigos.
Réplica de cómo era el Hipparion. /
También tenían tres dedos en cada pata, los dos de los cuales eran más pequeños en los extremos, una característica utilizada para moverse con agilidad por terreno húmedo sin hundirse. Su nombre proviene del griego «ippárion», que podría traducirse como «caballito». Se han encontrado restos fósiles de este antiguo caballo en Europa, África, Asia y América del Norte, lo que demuestra que era una especie muy común. Sin embargo, su extinción se produjo hace unos 2,5 millones de años en Europa y un poco más tarde en Asia. Hay varias hipótesis del por qué: la aparición de otros caballos mejor adaptados y otros mamíferos como los mamuts arrebatándoles el alimento; la gran cantidad de hienas de las cavernas, que eran sus principales enemigos, o las glaciaciones del pleistoceno tardío.
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