La presión sobre las urgencias hospitalarias y las unidades de cuidados intensivos crece en la quinta ola, pero nada como lo que hubiera pasado sin las vacunas. El vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias y Emergencias (SEMES), Pascual Piñera, asegura que el sistema nacional de salud «se habría ido a la quiebra» sin la vacunación.
En entrevista con Efe, Piñera, que también es el jefe de los servicios de urgencias del Hospital Universitario Reina Sofía de Murcia, asegura que sin las vacunas «la primera oleada frente a ésta habría sido una broma» y asegura que los ingresos en las emergencias, las unidades de cuidados intensivos y las salas hospitalarias podrían haberse triplicado.
Según los últimos datos de Health, más de 10,000 personas están siendo hospitalizadas por coronavirus, incluidas 1,928 en unidades de cuidados intensivos, lo que significa que los pacientes de Covid ocupan el 20,8 por ciento de las camas de la UCI y el 8,5 por ciento de todas las camas de hospital.
Este médico de urgencias y vicepresidente de la SEMES es un firme defensor de las vacunas porque el perfil de quienes ingresan a urgencias, un paso previo para la UCI en muchos casos, es el de pacientes que no están vacunados -75 por ciento- mientras que los 25 tienen quedando una sola dosis.
También está el caso de las mujeres embarazadas que no han recibido la vacuna y acaban de ser ingresadas, por lo que insta a las embarazadas a optar por una vacuna contra Covid-19, ya que los beneficios superan con creces los riesgos.
Piñera subraya la situación excepcional de este verano, muy diferente a la de 2020, cuando los hospitales solo atendían a pacientes de Covid. Hoy en día existen dos circuitos de atención a urgencias: pacientes con sospecha de infección por coronavirus y los que llegan con otras patologías.
Esto duplica el trabajo de los trabajadores de la salud, con un tercio menos de personal (permitieron vacaciones este año) y muy pocos reemplazos, lo que provocó el colapso del servicio.
Piñera admite que la presencia de pacientes infectados luego de recibir las dos dosis es «excepcional» y cuando ocurren, su patología es leve.
También admite que los jóvenes de entre 16 y 18 años y veinte años acuden a urgencias pero, en general, muestran muy pocos síntomas de Covid, «y los enviamos a casa».
Admite que algunos casos graves se encuentran en estos grupos de edad, pero «muy raramente».
El vicepresidente de la SEMES explica que la mayoría de los casos se refieren a la variante Delta – 60-70 por ciento – y en cuanto a cuadros clínicos, la insuficiencia respiratoria es recurrente, aunque la tasa de mortalidad es menor que hace un año.
Y eso sucede, como él mismo dice, «porque hemos aprendido a afrontar la enfermedad y a anticiparnos a todo tipo de opciones terapéuticas con medicación y soporte ventilatorio, y eso contribuye a una menor mortalidad en todas las edades».
Mortalidad que ha disminuido en oleadas anteriores. Para Navidad, enfatiza, estaban muy por debajo de las cifras registradas en marzo, abril o mayo de 2020, los picos más altos de la pandemia.
Respecto a la tercera dosis de las vacunas, Piñera cree que «nos vamos para allá» y probablemente la inmunización contra el coronavirus será como la gripe: «Terminamos vacunándonos con nuevas cepas regularmente, pero aún hay algo que decir al respecto. . «
Piñera admite que hay negadores y opositores a la vacunación entre los internos que, al ser atendidos en la sala de emergencias o en la unidad de cuidados intensivos, justifican la no vacunación con todo tipo de excusas, como: B. Problemas para acudir o cambiar de cita, o estar fuera de la zona de vacunación, que no cree justificado porque «nadie ha sido golpeado para vacunarse, ni en ningún momento».
Ante esta situación, Piñera, como vicepresidente de la SEMES, quisiera hacer un llamado para defender el reconocimiento de la especialidad de emergencia.
Su inexistencia, dice, «es un problema durante todo el año, pero más en verano porque no tenemos sustitutos naturales».
Por ello, pide una formación formal para darle a la salud pública un «largo futuro» y advierte que de lo contrario «el problema vendrá en cuatro, cinco o diez años y no habrá gente con ganas de trabajar». Emergencias «.
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