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Anuncia que en agosto llegarán 3,4 millones de dosis más para acelerar la inmunización y la cesión del 55,5% de los fondos europeos previstos para 2021
Los barones populares no ven novedades ni acuerdos en la cumbre de Salamanca. Ayuso se reafirma como el ariete del partido contra el Ejecutivo
La XXIV Conferencia de Presidentes, la número 18 del mandato de Pedro Sánchez, se había torcido antes incluso de que sus protagonistas arribasen este viernes a Salamanca, la sede oficial de la cumbre. A la ausencia del nuevo ‘president’ de la Generalitat, Pere Aragonès, se sumaron las quejas de los barones del PP contra el jefe del Ejecutivo por no haberla convocado ni preparado con la antelación suficiente, porque querían más vacunas, porque pedían claridad y más participación en la gestión de los fondos europeos. Sánchez buscó neutralizar las críticas de los populares desde el comienzo. Ofreció, primero, una remesa de 3,4 millones de dosis adicionales de Pfizer para ser administradas en agosto para acelerar la consecución del objetivo del 70% de población inmunizada. Y después, anticipó que las comunidades gestionarán 10.500 millones del maná europeo solo en 2021, es decir, el 55,5% de los 19.036 millones que España recibirá de Bruselas este año.
Pero ese doble anuncio no logró contener las protestas del PP. Sobre todo, de la reconvertida musa del partido, la madrileña Isabel Díaz Ayuso, para quien la conferencia no había servido apenas para nada. Fue ella la que utilizó utilizó el tono más acerado contra el Gobierno, la voz “más discordante”, como opinaban los presidentes socialistas, pues fue más allá que sus compañeros de formación dentro de una reunión en la que, pese a los reproches, hubo más guante blanco puertas adentro que de cara a los medios.
El Gobierno sostiene que la doble oferta de Sánchez “desmontó” los argumentos que los barones del PP habían atado, que les cogió “con el pie cambiado” y que no supieron “reaccionar”
Fueron seis horas de debate –“más monólogos que diálogos”, en opinión del gallego Alberto Núñez Feijóo- en el convento de San Esteban de la ciudad castellanoleonesa, que arrancaron, tras la foto de familia y un café de bienvenida con el Rey, con esa doble oferta de Sánchez. Contó que, el jueves, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, había cerrado con la farmacéutica americana la adquisición adicional y extraordinaria de 3,4 millones de dosis, ejecutada en el marco de la estrategia de compra conjunta de la UE. Dosis que se suman al paquete de 13,1 millones de vacunas de las distintas marcas (Janssen, Moderna y Pfizer) previstas para su administración en agosto. El Gobierno pretende alcanzar la meta del 70% de españoles inmunizados antes, consciente también de que ese porcentaje quizá no baste para combatir la variante delta, según admitió Sánchez el jueves en su comparecencia de final de curso político. “Nos tocarían como 300.000 dosis de esos 3,4 millones, que nos duran tres días”, ridiculizó Ayuso.
«Polifonía en el PP»
En la anterior conferencia, en octubre de 2020, el presidente había prometido a las autonomías que podrían ejecutar la mitad de los fondos europeos. Pero entonces no existía ni el vehículo, ni el plan de recuperación había pasado el filtro de la Comisión Europea, ni el dinero estaba próximo. Ahora sí que están cumplidos los trámites, y por eso Sánchez pudo precisar que el 55,5% de los 19.036 millones que llegarán este año de Bruselas (y el 43% de lo presupuestado para 2021) serán cedidos a las comunidades. Además, Sánchez detalló la activación de un plan de 10.000 millones de euros para dar cumplimiento a las 130 medidas contra el reto demográfico y presumió de que en tres meses ya se han iniciado tres de cada cuatro iniciativas y se ha comprometido una cantidad superior a los 3.000 millones de euros. Desde la Moncloa, insistieron en que esa doble oferta, de vacunas y millones, “desmontó” los argumentos que los barones del PP habían atado, que les cogió “con el pie cambiado” y que no supieron “reaccionar”.
Resaltaban cómo hasta el anfitrión de la cumbre, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco –siempre el más ponderado en sus críticas al Ejecutivo-, había reconocido como una noticia “positiva” la entrega de más dosis. Pablo Casado se había empleado en visualizar ese frente común contra Sánchez: la noche anterior cenó con sus presidentes autonómicos en un restaurante de la plaza Mayor de Salamanca. “Casado les azuza para que metan caña, el problema es que luego cada uno lo hace como quiere y lo que se escucha es una polifonía dentro del PP”, relataba un líder territorial socialista.
Ayuso asegura que Madrid no va a «pedir más» pero sí que le «dejen en paz» y afirma que «callarse no es unidad, es pleitesía»
En efecto, no sonó igual Mañueco que Ayuso, los dos extremos en la escala PP este viernes. El primero esperaba, en el arranque, que la cumbre sirviera de “punto de inflexión” para una mejor cogobernanza. Al final, se mostró “moderadamente satisfecho”, aunque reconoció “nubes en la lontananza”, por la futura pugna a cuenta del modelo de financiación y la distinta forma de ver criterios como la despoblación. El ceutí Juan Jesús Vivas también tiró de tono constructivo. La dirigente madrileña, en cambio, consideró que no se había avanzado “nada” desde hace un año, en la conferencia de La Rioja, que no había resultados concretos y que Madrid no “va a pedir más” de lo que le corresponde pero lo que quiere es que le “dejen en paz”.
España, único país cuyo Gobierno atenta contra los intereses de su capital.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) 30 de julio de 2021
Ayuso respondía a presidentes socialistas como Ximo Puig (Valencia) y Francina Armengol (Baleares) que pidieron una “fiscalidad justa” y cargaron contra el ‘dumping’ fiscal de Madrid. La presidenta indicó que le preocupaban esas “querencias” de barones del PSOE contra la “autonomía fiscal” de su comunidad y la invocación al “federalismo” que ella no comparte. Y defendió su tono en las reuniones -“el mismo” fuera y dentro- porque “callarse no es unidad, es pleitesía”. Ayuso llegó a culpar a Sánchez de “operar contra los intereses de su capital”. “Igual ella buscaba otra cosa” y “quizá no le haya gustado el ambiente de consenso y diálogo”, le replicó después la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, quien puso en valor cómo la cumbre había concluido con un aplauso unánime. Aplauso que apenas secundó Ayuso (o no al menos de forma entusiasta).
«Ha sido el día para él [para Sánchez] más cómodo y glorioso en las reuniones que hemos tenido con él –resumió el presidente cántabro, el regionalista Miguel Ángel Revilla-. Baste decir que han acabado todos los que yo he visto, y yo estaba entre dos presidentes del PP, aplaudiéndole enfervorecidamente, y esto no había ocurrido nunca. ¿Qué es lo que ha pasado? Quizá es que no estamos tan descontentos de cómo están llevándose las cosas. Ahora sabemos que el 55% de los fondos los vamos a administrar las comunidades».
Catalunya, «muda»
No obstante, otros barones del PP también se manifestaron críticos. El andaluz Juanma Moreno compartió con la madrileña la crítica a los “privilegios” que, a su juicio, Sánchez dispensa a Catalunya y Euskadi. El jefe de la Junta juzgó “correcta” la cumbre en las formas pero “decepcionante” en los contenidos. “Sin acuerdos concretos ni respuesta a la inmensa mayoría de posicionamientos de las regiones”, valoró el murciano Fernando López Miras, que no vio “novedad alguna” en lo que más que una conferencia fue una “serie de monólogos”. “Cuando no se acuerda nada, para los ciudadanos este tipo de reuniones no valen mucho”, convergió Feijóo, que también consideró “insuficiente” la remesa de vacunas. Él, como López Miras, reclamó de nuevo una ley de pandemias, exigencia que Casado no ha dejado de repetir en el último año.
El ‘president’ Aragonès no acude a la cita, aunque la Generalitat sí estará presente en la sectorial de fondos europeos del lunes
Esa cobertura jurídica también fue requerida por el lendakari, porque esa carencia, cree, genera “indefensión” a las comunidades. En cuanto a los fondos, pidió “priorizar” la transformación del modelo socioeconómico y más participación de las autonomías. Pero Iñigo Urkullu tuvo que salir al paso de los dardos del PP. La transferencia a Euskadi de tres nuevos impuestos no son “prebendas o concesiones”, sino “el cumplimiento de la ley, ni más ni menos”.
Catalunya, el otro objeto de crítica de los populares, fue la gran ausente. Se quedó “muda” este viernes al ausentarse Aragonès. Pero sí estará en la Conferencia Sectorial del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia convocada para el lunes por la mañana, presidida por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y a la que acudirán los consejeros responsables de los fondos europeos. En representación del Govern, acudirá Marta Villarroya, secretaria de Asuntos Económicos y Fondos Europeos. Y por la tarde la propia Rodríguez liderará la comisión bilateral Generalitat-Estado en el Ministerio de Política Territorial, en Madrid.
Otro asuntos rondaron la reunión de este viernes. Desde la posibilidad de un pasaporte covid -que el Gobierno no descarta, pero que en todo caso estudiaría una vez culminado el objetivo de vacunación-, del formato de estas cumbres o del modelo de financiación autonómica. Carpeta esta muy conflictiva y que aún no se ha empezado a tocar. Aquí se vio la convergencia de presidentes de colores diversos, como Miguel Ángel Revilla (PRC) o el socialista asturiano Adrián Barbón. Ambos no quieren que prime el número de habitantes en el nuevo sistema porque sería la «hecatombe final para la despoblación».
Javier Lambán, presidente de Aragón, defendió la cogobernanza o el «federalismo colaborativo» y también auguró un debate sobre este asunto «a cara de perro«. El dirigente socialista -que saludó a sus compañeros con humor -«al estilo de Peret, podría decir que no estaba muerto, sino de parranda», porque ya se está recuperando de su cáncer de colon- reclamó asimismo que los fondos se conviertan en una oportunidad de oro para reequilibrar el país. Calificó de «grave» la ausencia del ‘president’ -dijo, citando sus dos apellidos- «Aragonès García».
En la reunión se ven las diferencias sobre el modelo de financiación y debates como el uso de la mascarilla en invierno
Otro socialista, el extremeño Guillermo Fernández Vara, pidió abrir el debate sobre la necesidad del uso de la mascarilla en invierno. Francina Armengol (Baleares) y Ángel Víctor Torres (Canarias), ambos del PSOE, demandan que en el reparto de los fondos europeos se tenga en cuenta la caída del PIB, puesto que sus comunidades son las que se han resentido más por la caída del turismo ocasionada por el covid.
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El Gobierno se felicitó de la cita de este viernes, “muy positiva”, “un debate enriquecedor en un clima de colaboración”, en palabras de la portavoz. “Bastante mejor que el ruido ambiental de los últimos días hacía prever”, abundó el presidente castellanomanchego, el socialista Emiliano García-Page, quien había pedido a sus homólogos lanzar «un mensaje de unidad». El PP discrepaba por completo de la visión socialista. Para el Ejecutivo, no sorprendía: era el guion que llevaba preparado y que no supo ni quiso rehacer tras el doble anuncio de Sánchez.
Vivas al Rey, insultos contra Sánchez y gritos de apoyo a Ayuso
El convento de San Esteban de Salamanca acogió la XXIV Conferencia de Presidentes. Pero hubo un acto previo: la foto de familia en la mítica plaza Mayor de la ciudad castellanoleonesa, de la que fue alcalde, precisamente, el hoy mandatario regional, el popular Alfonso Fernández Mañueco. Él fue quien ofreció la localidad para la cumbre autonómica que acabó celebrándose este viernes, y que desde 2018 gobierna Carlos García Carbayo, también del PP.
Pedro Sánchez fue recibido en la plaza entre abucheos y algunos insultos y proclamas de «Viva España unida», mientras que el rey Felipe VI, el último en llegar, cosechó aplausos y vivas. Después, la comitiva se desplazó en coche hasta el convento, y no a pie, como en un principio estaba previsto.
Pero la noche anterior, la del jueves, quien fue el centro de los aplausos y las fotos fue Isabel Díaz Ayuso. Pablo Casado llegó con sus presidentes autonómicos a la plaza Mayor y unas decenas de personas se arremolinaron en torno a ellos. Pero la estrella era ella, la jefa del Ejecutivo madrileño. Luego todos cenaron en un restaurante de la plaza y se sumó el gallego Alberto Núñez Feijóo. A la salida, más peticiones de fotos para todos. Y sobre todo para ella. Claro que, como decía un dirigente socialista que se había sentado en la céntrica localización a tomar una cerveza, «si no aplauden en Salamanca al PP, ¿entonces dónde?«. En el PP defendían que hasta hace no tanto eso no era así, porque en Salamanca, tras la ruptura del bipartidismo, triunfó primero Ciudadanos y luego Vox.
En la cumbre de este viernes, Sánchez estuvo acompañado por sus tres vicepresidentas -Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera-, y los ministros de Hacienda, María Jesús Montero; Sanidad, Carolina Darias, y Presidencia, Félix Bolaños, más la titular de Política Territorial y portavoz, Isabel Rodríguez.
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