PAMPLONA, 2 de julio (EUROPA PRESS) –
El Instituto de Salud Pública y Medicina del Trabajo de Navarra (ISPLN) ha recordado la importancia de tomar medidas preventivas frente a las altas temperaturas que se pueden registrar en esta época del año. Este panel ha enfatizado que se debe prestar especial atención a las personas mayores de 65 años, personas con enfermedades crónicas, lactantes y niños menores de 4 años, mujeres embarazadas y ocupaciones expuestas al calor, los grupos de mayor riesgo por las altas temperaturas.
Como informa la junta regional, no hubo advertencias de calor en junio pasado, a pesar de días como hoy en los que se esperan temperaturas más altas. No obstante, Navarra mantiene su plan de prevención sanitaria por los efectos del exceso de temperatura en la salud desde junio hasta el 15 de septiembre.
En la comunidad autónoma se trataron 32 casos de enfermedades relacionadas con el calor el pasado verano, frente a los 49 del año anterior. Además, dos personas murieron por insolación, el mismo resultado que en 2019.
Este plan, que está en funcionamiento todos los años desde 2004, incluye la red de salud, los servicios sociales, los ayuntamientos y otras instalaciones bajo la coordinación del ISPLN. Además, también se ofrece información para hoteles, albergues de peregrinos, organización de campamentos y eventos deportivos.
A las medidas preventivas contra la pandemia Covid-19, ahora es importante agregar estas recomendaciones en los días más calurosos: beber agua y líquidos frescos con más frecuencia, incluso sin sed; evite las bebidas alcohólicas, con cafeína o azucaradas; protéjase del sol y evite salir a la calle y hacer ejercicio físico en las horas más calurosas (entre las 12:00 y las 17:00); use ropa holgada, visera, bloqueador solar y anteojos de sol; y también consultar al servicio de salud ante la aparición de fiebre alta, alteración del estado de conciencia, mareos o cambios de comportamiento.
Para dar a conocer estas medidas a la población, se distribuyen 23.000 folletos y 1.000 carteles. Además, los interesados pueden registrarse en el sistema de alerta de altas temperaturas a través de la página web del ISPLN, que forma parte del Plan Nacional de Salud y Medio Ambiente que gestiona el Ministerio de Salud.
Para la evaluación de riesgos se utilizan previsiones meteorológicas y dos umbrales de referencia en Navarra: uno para la Ribera y otro para el resto de la comunidad. En la Ribera, la alarma se activa cuando se esperan valores máximos superiores a 36ºC y valores mínimos superiores a 21ºC al mismo tiempo. Este último número se ha incrementado en un grado según criterio del Ministerio de Salud. En el resto de Navarra, la referencia es una máxima de 36 ° C y una mínima de 18 ° C.
Los niveles de advertencia varían en función de los días en los que es probable que se superen estas dos temperaturas al mismo tiempo. Hay un nivel 0 (color verde) si no se esperan estas temperaturas. El nivel 1 (amarillo) es cuando esperan uno o dos días. Nivel 2 (naranja) si hay tres o cuatro días consecutivos. Y finalmente el nivel 3 (rojo) cuando se esperan 5 días por encima de los máximos y mínimos.
En Navarra, en el poco caluroso verano de 2020, se registraron cuatro avisos, afectando a una de las dos zonas o ambas a la vez. La Ribera estuvo en alerta ocho días, el resto de Navarra seis. El saldo es menor que en 2019 cuando hubo ocho avisos que afectaron a la Ribera durante 14 días y al resto de la comunidad durante siete días.
Por otro lado, con el fin de hacer un seguimiento de la mortalidad y los efectos en la salud de las temperaturas excesivas, el Gobierno de Navarra patrocinó el proyecto Life NAdapta en 2017. Con esta iniciativa trabajamos para proteger a la población de las consecuencias del cambio climático monitoreando sus efectos e implementando medidas de adaptación al aumento de las temperaturas.
Patologías asociadas al CALOR
En cuanto a las patologías relacionadas con el calor registradas el pasado verano, el 84% de las personas atendidas fueron hombres y la edad media general fue de 50 años. En el 48% de esta atención, los afectados no tenían enfermedades previas.
El 31% de los casos fueron de origen laboral. Además, cuatro casos involucraron a personas que se ejercitaban vigorosamente al aire libre. Otras situaciones en las que ocurrieron estas atenciones fueron con personas caminando, tomando el sol o estando en casa con altas temperaturas.
Las temperaturas provocan cambios en la vida diaria y también afectan la situación laboral, en la que se requiere una mayor prevención para evitar el “estrés por calor”. Por ejemplo, se conoce el riesgo asociado a las altas temperaturas y la alta humedad relativa, que pueden tener efectos negativos sobre la salud.
Una recomendación importante para los responsables de la organización del trabajo es planificar las tareas de acuerdo con las condiciones ambientales para evitar el esfuerzo físico en los momentos más calurosos.
Asimismo, el área de vigilancia de la salud de los servicios de prevención necesita conocer las características personales o estado biológico conocido de los trabajadores en particular riesgo de exposición a temperaturas extremas, como edad, obesidad, medicación y determinadas patologías como cardiopatías, diabetes y otros.
El ritmo de trabajo también debe adaptarse a la tolerancia al calor de cada individuo; descansar en lugares frescos varias veces durante la jornada laboral; detener la actividad si se detectan síntomas previos al golpe de calor (calambres, mareos, piel fría y húmeda por el sudor, signos de deshidratación …); bebe agua con frecuencia; Protéjase la cabeza del sol y use gafas de protección solar.
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