La inflación obliga a subir las tarifas entre un 12% y un 15%, lo que lleva a las comunidades de vecinos a posponer las obras de los edificios
Las comunidades aledañas ya están sintiendo los efectos del aumento de los costos de la electricidad, los servicios y las materias primas en los últimos meses. Los administradores de fincas advierten que el crimen ya comenzó a aumentar como un síntoma del agotamiento financiero de los presupuestos familiares más ajustados, pero no es hasta después del verano que esas cifras podrían dispararse. Sebastián Cucala, presidente del Colegio de Directivos de Valencia-Castellón, lo tiene claro: “Estamos seguros de que con el cambio de año veremos un fuerte aumento de la morosidad, como ha ocurrido en otras crisis económicas”, afirma. Y es que los presupuestos fijados para este año han dejado de cubrir los gastos que constantemente están siendo empujados al alza por la subida de la inflación.
Por lo tanto, el ajuste al alza de las cuotas es obligatorio. “Debido a las diferencias de costos que ya estamos viendo, necesitamos recalcular la previsión de costos”, enfatiza Cucala. Estos incrementos incluyen un aumento de la aportación de los vecinos «al menos entre un 12 y un 15%» con la intención de crear un margen que permita absorber no sólo los distintos recargos por suministros y servicios, sino también el impacto de posibles impagos los honorarios se detienen para hacerles frente.
De todos los aumentos, el eléctrico es el más preocupante. En mayo, el índice de precios de consumo (IPC) de la Comunidad registró un incremento del 8,6% respecto al mismo mes del año anterior, mientras que la subida de los precios de la electricidad alcanzó el 30,2%.
“La luz se está haciendo sentir, hay comunidades de vecinos donde tenemos facturas que se han incrementado hasta en un 100%. Esto ha causado muchos problemas”, explica el administrador de fincas de Valencia, Vicente Sales, quien advierte que en la búsqueda y comparación constante de comercializadoras de energía más barata, se encuentra que “muchas de las más pequeñas ni siquiera aguantaron y tuvieron que ser absorbidas por otras mayores ya que no podían con las subidas».
Después de la electricidad, otro de los mayores obstáculos a los que se enfrentan las comunidades de vecinos es el aumento del coste de los materiales y servicios relacionados con las obras de mejora y reparación, sobre todo cuando se trata de hierro, aluminio o vidrio, tres de los commodities que más suben de precio en los últimos meses , que se ven sacudidos por constantes fluctuaciones. “El problema al que nos enfrentamos es que, en todos los trabajos que involucran estos materiales, como p. Por ejemplo, cambiar los barandales de los balcones o trabajar una puerta en un bloque no se ajusta a los presupuestos que nos dan para un plazo de más de 15 días, en algunos casos hasta 10”, enfatiza Cucala. “Eso limita severamente nuestra toma de decisiones, porque mientras se convoca la reunión, se lleva a cabo y le dices al contratista que aceptaste el presupuesto, es posible que ya no tengas el mismo precio”.
“Otro problema muy importante que tenemos es la reparación de los ascensores -subraya el departamento comercial-. Se encarecen sensiblemente por problemas de abastecimiento de repuestos y máquinas. Esto retrasa las reparaciones y también las encarece.
ascensores y paneles solares
Con este escenario, crecen las tensiones en las comunidades vecinas, donde no todos acogen con beneplácito las propuestas de aumento de tarifas. “Siempre que sube, no es cómodo”, enfatiza Sales. Por otro lado, también se agradecen medidas en los municipios que permitan contener gastos, algunos de ellos muy drásticos, como parar el funcionamiento de uno de los ascensores si el edificio tiene más de uno, o aplazar obras a la espera de mejores tiempos fueron planeados. “Algunos dejan de esperar a que se estabilicen los precios, otros quedan definitivamente atrás por este problema, ya que hay incertidumbre de que puedan venir otros temas urgentes y no hay capacidad económica para atenderlos”, advierte Cucala.
Pero la principal medida, subrayan los responsables de la finca, es la instalación de paneles fotovoltaicos. «Es un verdadero ‘boom'», dice Sales. “En muchos casos, son incluso los vecinos los que lo proponen como una forma de abaratar la factura o conseguir el autoconsumo antes de que nos lo planteemos”.
El cambio en la susceptibilidad a estas tecnologías fue notable. Cucala señala que “hace año y medio solo se interesaban las comunidades de vecinos con cierta sensibilidad ecológica, pero ahora también es un tema económico”.
A ello contribuyen las ayudas estatales para la implantación de las energías renovables, pero también las ofertas de empresas del sector. “Muchos ofrecen la posibilidad de financiar y amortizar el sistema a largo plazo”, dice el presidente de la asociación regional. De esta forma, se allana el camino para ganarse el favor de las juntas vecinales y evitar de golpe grandes gastos.
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