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Tener un equipo tecnológico propio, buenas conexiones a internet, saber utilizarlo y hacer un buen uso de él son claves en la sociedad actual. Sin embargo, la vejez y vivir en un lugar sin Internet de banda ancha son una desventaja. Por ello, la directora general de lucha contra la brecha digital de la Consejería de Innovación, María Muñoz, anuncia la inminente firma de un convenio con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) «para impulsar la formación y poder ser para facilitar este aprendizaje de las personas mayores, el 20% de la población.
Empezaremos por las comunidades despobladas -donde hay más personas mayores y donde la banda ancha no siempre está disponible por criterios comerciales- ”. En su opinión, la pandemia ha ayudado a derribar barreras entre los ancianos: “Algunos aún no habían hecho una videollamada de WhatsApp y lo hacían para ver a sus familiares. Su uso les ha hecho compañía.
Muñoz asegura que se facilitarán competencias «para que comiencen nuevas oportunidades y otras conquistas que mejorarán la calidad de vida de estas generaciones».
Por otro lado, el Ministerio de Innovación, en colaboración con el Ministerio de Hacienda y la Autoridad Valenciana Antidepoblación (Avant), está elaborando su propio diagnóstico de conectividad y asesorando a los alcaldes para que conozcan la situación y los procesos.
También quieren utilizar la red de la Generalitat de más de 300 torres de telecomunicaciones (repetidores del canal autonómico o de emergencia) para que los operadores telefónicos puedan llegar a lugares donde las inversiones privadas en su propia red no son rentables. Este proyecto se encuentra en la fase de planificación y contribuye a los fondos de recuperación no asignados.
Otro medio de colaboración es la Cátedra de División y Territorio Digital de la Universidad Jaume I. Su director, Vicent A. Querol, avala las diversas posibilidades tecnológicas que existen en el interior «aunque existe la obligación de dotar de banda ancha a todas las zonas rurales españolas de aquí a 2025».
Ciudadanía asociada
Para esta investigadora, “el potencial de la ciudadanía conectada es posible incidiendo en la formación oportuna en usos básicos de la comunicación de internet a través del teléfono móvil, pero también proporcionando herramientas específicas para la producción, el trabajo, el ocio y las relaciones digitales con las instituciones públicas”.
Según Querol, también es importante lograr la calidad de vida mediante el buen uso de las nuevas tecnologías. “Aunque sepamos utilizar las redes sociales, tenemos que preguntarnos cómo mejoran nuestra vida laboral. ¿O zonas rurales? ».
Y citó un ejemplo práctico a desarrollar: “En las ciudades de la provincia de Castelló, la movilidad colectiva y el transporte público bajo demanda son importantes. Un paso importante en este sentido sería, por ejemplo, la conexión de vehículos de transporte público local vinculados a aplicaciones en la ruta. »
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