“Este año nos han pagado hasta 4 céntimos el kilo cuando el coste es de 30 céntimos el kilo”, admite Lluis Marco
Una familia valenciana ha decidido quemar sus campos de naranjos en el distrito de
carpesa, en Valencia, ante una situación «totalmente insostenible» del sector de los cítricos en la Comunidad Valenciana que no les permite cubrir los costes de producción. Una decisión económica que tuvieron que tomar a pesar del dolor de ver arder un terreno con «importante valor sentimental».
«Mi decisión fue coordinada con toda la familia porque es un área familiar. Hemos estado viviendo en una crisis continua desde la década de 1990.
“Este año nos pagaron
4 centavos el kilo un fruto de una calidad exquisita, cuando el coste es de 30 céntimos el kilo, quiere decir que el coste supera al beneficio», afirma Lluis Marco, miembro de esta familia, que lamenta el abandono de la huerta valenciana.
Hace unos días, Lluis compartió un vídeo en las redes sociales. «Me duele mucho ver eso. Lo compartí porque sé que no hay nada más que hacer a nivel de citricultura. Pero quería dar relevancia a esta situación y que la gente que muchas veces vive de espaldas a esta realidad sepa, sepa lo que está pasando, precisamente en esta zona que se encuentra en el corazón de la huerta valenciana.
Las razones son variadas y todas importantes. «No hay rentabilidad, vemos cada año si mejora, pero con precios bajos… pues no. Los abonos han subido mucho, el agua de riego ya no es soportable… Se ve muy sentimental, se me saltan las lágrimas porque lo planté. Pero es la decisión más razonable que hemos tomado, no solo yo. Otros los han desarraigado o dejado morir en el huerto. Los quemamos, 40 naranjos inundados”, concluye el hombre que los plantó hace años.
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