El Ayuntamiento inicia la aplicación de la ordenanza que prohíbe dejar objetos en los arenales pero evita la imposición de sanciones
Cullera quiere acabar de una vez por todas con la imagen de playas llenas de sombrillas y sillas vacías por la mañana. Una situación que se repite cada verano en la que muchos turistas alinean sus pertenencias a las ocho de la mañana en la fachada y las dejan en reserva para los lugares más privilegiados hasta que unas horas después bajan a pasar el día junto al mar.
Una “guerra de paraguas” que entra desde este jueves en su fase final, ya que el Ayuntamiento de Cullera ha decidido intervenir y empezar a retirar los enseres que no estén supervisados por sus dueños.
En la primera mañana de aplicación de esta medida, los policías locales retiraron una decena de sillas y sombrillas que estaban almacenadas en la comisaría para que los propietarios las recogieran gratuitamente.
Esta medida está incluida en la ordenanza municipal desde 2017, pero el Ayuntamiento de Cullera no la ha aplicado para no causar problemas a los usuarios. Cuando esta iniciativa fue aprobada por unos días, los agentes informaron a los usuarios que no podían dejar los paraguas y sirvió para frenar esta práctica descortés.
Sin embargo, este verano, con una gran afluencia de turistas, se produjo un aumento en la reserva de plazas y se reavivó la polémica entre los bañistas, por lo que se decidió llamar la atención de los turistas sobre el hecho de que la playa no puede ser ocupada con equipamiento. si no estas en esto.
Y hay mucha gente que pone los paraguas desde primera hora que se abren los bancos de arena y no vuelve hasta media mañana. Esta práctica común para algunos se ha incrementado y el espacio reservado para familiares o vecinos va en aumento, de manera que cuando llegan los bañistas toda la primera fila ya está llena de sillas y sombrillas, pero no hay nadie en ella.
«No puede ser que llego a las 10:30 y ya no hay sitio porque dejan los paraguas. Me parece muy bien que se los lleven”, aplaudió Isabel, una vecina de Alzira que veranea en la localidad de Ribera Baixa.
El Decreto Municipal de Cullera establece que “queda prohibido colocar en la playa sombrillas, sillas, mesas o cualquier otro elemento sin la presencia de su propietario o encargado, con el fin de pretender reservar un espacio público como la playa. Se permite a los empleados municipales oa la policía local retirar los elementos mencionados en el punto anterior y depositarlos en las oficinas municipales, ya que se consideran elementos abandonados en el espacio público y se considera que están instalados irregularmente.
Multas de hasta 1.500 euros
Esta ordenanza también establece que “esta conducta es considerada una falta por la cual el infractor debe obtener la sanción correspondiente antes de retirar la parafernalia de las oficinas municipales”, aspecto que no es cierto.
Las multas oscilan entre los 300 y los 1.500 euros, dependiendo de si la infracción es leve o grave. Si una persona reincide tres veces y deja sus pertenencias sin vigilancia, se vuelve grave y la sanción sería mayor.
De momento, el Ayuntamiento de Cullera no tiene prevista ninguna sanción económica y la medida de retirada de los paraguas pretende tener un carácter disuasorio ya que genera molestias a los propietarios que tienen que desplazarse para recoger su basura.
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