Nicolás Iserte tenía 14 años cuando todos sus profesores lo invitaron a una reunión. Seguro que si se lo hubieran contado a muchos otros adolescentes, habrían temido que fuera por mal comportamiento, pero en el caso de este chico de Godella, el motivo fue muy diferente. Le dijeron algo que pocas veces pasa, y es que, dada su inteligencia, le sugirieron que adelantara un rumbo. Directamente que ‘saltó’ tercero de la ESO. Fue un reto, lo pensó en casa, pero lo hizo. Ascendió de segundo a cuarto y desde entonces completó la escuela secundaria con estudiantes mayores en los años siguientes. Hasta que ingresó en la Universitat Politècnica en septiembre, convirtiéndose en el más joven de toda su carrera.
Ahora tiene 17 años y estudia un doble grado en matemáticas e ingeniería de comunicaciones en Valencia. «Elegí esta titulación porque siempre me han gustado las matemáticas pero he dudado entre otras dobles titulaciones porque tiene una parte muy teórica y creo que ‘Teleco’ tiene unas posibilidades de aplicación interesantes y muy amplias. Quería quedarme en Valencia, sabía que no tenía que irme a ningún otro lado porque la UPV es la mejor politécnica de España”, dice Nicolás. «Todavía no he decidido lo que quiero hacer. Por un lado, la rama de la investigación matemática es interesante, y por otro lado, las aplicaciones que pueda haber en el campo de las «teleco» nos permiten hacer avances muy importantes”, dice el estudiante.
Tal es su pasión por las matemáticas, en realidad por la ciencia en general, que ha participado en varias ediciones de la Olimpiada Académica y ganado varias medallas. “Fui al bachillerato de matemáticas, física y química y en mayo de 2021 logré bronce, plata y bronce a nivel nacional”, dice el joven en una competencia con más de cien participantes.
tu trayectoria
Sexto grado.
Compitió en su primera Olimpiada Matemática y participó en un programa de desarrollo de talentos para 25 personas en toda la comunidad.14 años.
Saltó del segundo al cuarto lugar en la ESO, pero siguió destacándose.medallas
Ha ganado plata y dos bronces en la Olimpiada de Ciencias de Bachiller y se inició en matemáticas en la UPV.
Y da la casualidad de que la fiebre olímpica de las matemáticas lo pica desde que era un niño. «Cuando estaba en 6° de primaria me presenté a nivel local y los gané. En el mismo año participé en un programa comunitario (“Estalmat”, promoción del talento matemático). Tenías que pasar un examen complicado para ser admitido, hay problemas mentales, no tiene nada que ver con lo que estás estudiando en el curso. De ahí hicieron una selección de 25 personas de la comunidad y en los años siguientes me dieron cursos de matemáticas de ESO en diferentes universidades, pero con un enfoque diferente. Aprendí mucho».
Tanto es así que a los pocos años su nivel ya pedía más y sus profesores lo supieron mirar. “Me ofrecieron hacer un curso completo. Saqué muy buenas notas y me preparé para los Juegos Olímpicos, lo que me ayudó a poder resolver problemas complicados. Me hicieron una prueba con un gabinete psicológico. Para las asignaturas de tercero de la ESO tenía que hacer algún trabajo, por ejemplo en geografía».
Y encaja perfectamente. Después de tres semanas en un curso superior, ya estaba sacando todas las A’s. Incluso ganó el campeonato nacional de matemáticas junior ese mismo año, “lo cual fue un logro importante”, destaca Nicolás.
Durante este período de reflexión, cuando le sugirieron que se saltara el curso, no estaba pensando solo en la parte académica. «La verdad que tenía un poco de miedo que pudiera haber problemas con compañeros mayores, era un aspecto importante que analicé pero al final no hubo problema. Fui a un colegio en Godella, conecté con los de mi clase, pero conocí a otros un año antes y no fue un contratiempo”, dice. “Ahora en la universidad, algunos se sorprenden de que sea un año más joven. am, pero después de ese primer momento ya no hay problema.”
Sus experiencias en las Olimpiadas de Matemáticas son muy positivas. “Conoces a mucha gente a la que le gusta hacerlo igual que a ti, te haces amigo de tus intereses porque acabas haciendo algo nuevo”, dice Nicolás, quien también busca tiempo para dedicarse a sus otras aficiones: “Esos los que están bien organizados tienen tiempo para todo. Juego al pádel tres veces por semana y también me gusta la magia y de vez en cuando hago un espectáculo».
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