Navarra registró 51 incidentes de odio en el primer año de la pandemia

PAMPLONA, 4 de febrero (EUROPA PRESS) –

Navarra registró 137 incidentes de odio en el periodo 2016-2020, 51 de los cuales corresponden únicamente al primer año de la pandemia, 2020, en el que se apreció un ligero incremento, según los datos recogidos en el primer informe conjunto en esta materia de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la Universidad del País Vasco (UPV) y del Departamento de Política Migratoria y Justicia del Gobierno de Navarra.

“El Informe sobre los delitos de odio en Navarra 2016-2020” presentado este viernes en rueda de prensa por el ministro de Política Migratoria y Justicia, Eduardo Santos, junto con Jon Mirena Landa, director de la Cátedra de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la Universidad del País Vasco y Bertha Gaztelumendi, también investigadora de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos y Empoderamiento Público; Su principal objetivo es “comprender mejor la realidad de estos hechos, que en muchos casos permanecen ocultos, y evaluar empíricamente la eficacia de las medidas adoptadas para combatir esta lacra social”.

En este caso, el concejal Eduardo Santos ha destacado la importancia de este primer informe, subrayando la necesidad “en el futuro de articular más herramientas que aporten información propia e independiente sobre este tipo de agresiones, para que las autoridades dispongan de mejores herramientas para conocer la realidad de estos delitos de odio y actuar contra ellos a través de la prevención, la sensibilización y la protección de las víctimas».

Una de las conclusiones más evidentes que arroja esta investigación es que los delitos de odio conocidos en Navarra se cometen mayoritariamente contra grupos étnicos en el sentido más amplio (raza, etnia, nacionalidad e incluso creencias religiosas e ideología), mientras que los incidentes son contra grupos sexuales. se consolidan como la segunda capa de grupos vulnerables atacados. Y por último, en un ámbito mucho más discreto, están las agresiones a colectivos de personas con discapacidad, han denunciado.

UNA ANOMALÍA EN NAVARRA Y ESPAÑA: IDEOLOGÍA

En el mapa del odio que dibuja este informe en la Comunidad Autónoma hay una peculiaridad: las incidencias ideológicas alcanzan una cifra elevada en Navarra, hasta el 55% del total registrado, muy similar a lo que ocurre en toda España. Y eso, explican los investigadores, es «una anomalía en sí misma», ya que España es el único Estado miembro de la Unión Europea donde los departamentos de policía registran este tipo de incidentes ideológicos. Mientras que en Europa no son tomados en cuenta en las autoridades policiales.

En general, las audiencias más específicas son de naturaleza racista. “Esta anomalía o sesgo que está surgiendo aquí a largo plazo puede ser una barrera para proteger e identificar a las personas más vulnerables que sufren este tipo de acoso o agresión”, explicó Jon Mirena Landa, director de la cátedra de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la Universidad del País Vasco.

Al preparar este informe, los investigadores se refirieron a los datos de incidentes de odio proporcionados por el Sistema de Estadísticas Criminales (SEC) del Departamento del Interior, que corresponde a hechos conocidos y resueltos. «Estos datos recopilados son solo una parte registrada de un fenómeno que es poco conocido y se ha hundido en el negro», dijeron los investigadores en el informe. Describieron el número de delitos penales que no se descubrieron, no se denunciaron a la oficina del fiscal o no fueron objeto de una investigación y, por lo tanto, no aparecen en ninguna estadística como «en números negros».

MUCHAS VÍCTIMAS NO DENUNCIAN LA HUMILLACIÓN SUFRIDA

En cuanto a las tipologías delictivas más comunes, según el estudio presentado, predominan las amenazas (27 casos, 20,6%; que ascenderían a 30 casos, 22,9% si sumamos las amenazas a grupos étnicos, culturales o religiosos) y las lesiones (23 casos, 17,6%). %).

Y, como se señala en este estudio, “La prevalencia de delitos más graves, como lesiones, debe verse con cautela, ya que algunas investigaciones sugieren que muchas víctimas de delitos de odio menos graves no denuncian la victimización que sufren porque creen la policía lo hará en vista de que no hay mucho que pueda hacer con tales incidentes.

Los investigadores detrás de este informe enfatizan que este es un estudio de «incidentes», no solo de «crímenes de odio». Ello es consecuencia de que los datos presentados provienen de la autoridad policial, autoridad que no es la encargada de realizar el filtrado final de las conductas que luego serán tipificadas como infracciones penales por sentencia firme, han señalado.