Metrovalencia: corte de líneas | Caos por la falta de buses para cubrir el servicio de las líneas de metro en construcción

El enojo de los usuarios de las líneas 1, 2 y 3 del subterráneo afectados por la cancelación de rutas por obras de mejora de infraestructura fue intenso ayer. La falta de autobuses para el transbordo provocó el caos, especialmente en la línea 3 del trayecto en obras entre Rafelbunyol y Alboraya.

Las largas colas que se formaron entre los ocho pueblos que separan Rafelbunyol de Alboraya, en concreto entre Massamagrell, Museros, Albalat dels Sorells, Foios, Melina y Almàssera y los dos municipios mencionados anteriormente, provocaron que muchas personas llegaran tarde al trabajo ya que debían esperar hora para llegar a su destino.

Además, hubo una situación en la que muchos de los buses tuvieron que ser abandonados porque no paraban en el área designada porque ya estaban llenos y la gente esperaba a pleno sol y con altas temperaturas.

Usuarios como Vanessa explicaban que “la gente no podía subir a la parada de autobús de Amàssera dirección Rafelbunyol a las 6:30 horas. No había ni rastro de los empleados de Metrovalencia. El problema de fondo es que FGV no había calculado la cantidad de pasajeros que estarían recibiendo, ya que pensaban que la demanda estaría cayendo desde finales de julio, lo que no ha sucedido.

El servicio consistió en solo tres autobuses cada 20 minutos durante las primeras horas. En el trayecto entre l’Eliana y Lliria había dos autobuses por sentido cada 40 minutos, y en la línea Ribera de Font Almaguer a Castelló, FGV utilizaba un autobús por parada, por lo que había menos problemas.

Entre los pasajeros de la línea 3 que se indignaron estaba Francisca Badillo de Museros. «Es una cuestión de matemáticas. Si hay cuatro vagones de metro, no puedes poner a toda la gente en un autobús”, dijo.

Expectativas

Su decepción fue tan grande que ya ha anunciado que presentará una demanda. «Estaba en Museros y tenía que coger el autobús que iba en otro sentido, dirección Rafelbunyol, y no me bajé para volver a Alboraya. Entre esperar y conducir, tardé dos horas en llegar a Valencia. Como tengo que ir a la clínica a las 11 de la mañana este martes, tengo que salir de casa a las 8 de la mañana».

María José Salguero también estaba muy enfadada. “Cogí el autobús de las 7:50 en Rafelbunyol y llegué a Valencia a las 9:00. En el penúltimo pueblo, ya no se permitía subir a la gente. Parecíamos sardinas y la gente decía que se iba a quejar».

Ángel Peris, vecino de Meliana, explica: «Estaba mal planificado porque para coger el autobús tenía que recorrer 750 metros desde la estación de tren hasta una rotonda, en plena autovía vieja de Barcelona y a pleno sol, sin marquesinas». . No sé cómo no nos dio un golpe de calor.

Según Peris, “Un viaje en metro de 19 minutos me tomó 1:30 horas. Mañana me será más difícil tomar un taxi».

En Metrovalencia respondieron tarde y solo alrededor del mediodía doblaron el número de autobuses de tres a seis y con una frecuencia de diez minutos. También han anunciado que este martes se cuadriplicarán «porque utilizaremos doce autobuses, siete municipales y cinco escolares entre Alboraya y Rafelbunyol».

De colectivos como la Unión de Consumidores, el responsable Vicente Inglada explicó que «estos problemas, que afectan a la calidad de un servicio público básico como el metro, no se pueden permitir». Agregó que “el trabajo es necesario, pero la planificación es lo suficientemente importante como para que no afecte a los usuarios. Nos preocupa que haya pocos autobuses por seguridad sanitaria y porque puede surgir la idea de que es mejor que lleven el coche durante las obras, ya que eso crearía la costumbre de no utilizar el transporte público.

Los alcaldes de Foios, Meliana y Albalat pidieron que se solucionen los problemas.