La ministra española admite errores administrativos en el aniversario del pantano y promete acabar con los préstamos pendientes
Un cielo completamente encapotado acompaña este 20 de octubre, que celebra los 40 años de Tous Swamp. Cuatro décadas en las que los damnificados no han olvidado todo lo ocurrido ese día y los que siguieron, porque esta inundación marcó un antes y un después en sus vidas.
«Recuerdo que las calles estaban marrones y los hombres lloraban», dijo Adelina, una vecina de Carcaixent que asistió al acto oficial organizado en la Ribera de la ciudad con motivo de esta fecha tan señalada. Un acto que ha llenado el Magatzem de Ribera de esta ciudad de autoridades y decenas de vecinos que, como Adelina, no se olvidan del pantano y se emocionan al escuchar las historias de estos días.
Situaciones de miedo, de inseguridad, pero también de solidaridad y resiliencia, porque 40 años después se rindió homenaje a las víctimas y sobrevivientes del agua y el lodo.
Los discursos oficiales del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la ministra de Hacienda, Arcadi España, se centraron en sus vivencias de aquellos días, ya que ambos estuvieron en Carcaixent durante el pantano. Puig trabajaba entonces en una revista de la ciudad y se ha fundido en un emotivo abrazo con el exalcalde de la ciudad, Vicent Pla, el que más elogios del público ha cosechado.
Por su parte, España tenía ocho años, vivía con su familia en Carcaixent y, como al resto de vecinos, «nos cambió la vida para siempre». “Después del miedo vino el desmayo por todas las pérdidas. La Administración podría haberlo hecho mejor”, reconoció el actual ministro de Hacienda, quien prometió públicamente que la Generalitat “va a acabar con la deuda pendiente”. Y aún quedan 42 juicios pendientes por el Instituto de Crédito Oficial, ICO, préstamos interpuestos tras la gran inundación. Un problema que el Instituto Valencià de Finances analizará caso por caso para pagar los que afectan a personas vulnerables.
El presidente de la Generalitat destacó «la capacidad de recuperación de una ciudad entera» y agradeció «la respuesta digna a la catástrofe» con miles de personas ayudando a recuperar cada una de las 30 ciudades afectadas.
Entre los que causan más víctimas mortales está Carcaixent, donde fallecieron ocho personas y los daños fueron millonarios. Sin embargo, en las horas previas a la tragedia, no hubo advertencias para evacuar esta ciudad.
“Carcaixent fue el gran olvidado. En los avisos se mencionaban muchos pueblos, incluso más lejanos como Xàtiva o Rotglà, y nadie decía nada de Carcaixent. Eso causó horror porque decían que si el agua entraba en Rotglà, llegaría hasta el campanario”, subraya el alcalde, Paco Salom, queriendo agradecer el acto por el 40 aniversario de la ciudad.
La comarca de la Ribera sigue desconfiando del río Júcar por las graves consecuencias de las inundaciones de 1982 y posteriores de 1987, antes de que terminaran las obras del nuevo embalse. Los alcaldes piden nuevas medidas para reducir el riesgo de inundaciones en la zona, que sigue siendo muy alto debido al desbordamiento de los desfiladeros.
“Quedan pendientes medidas concretas, como solucionar los problemas de la presa de Bellús, que no puede almacenar el agua prevista. Pero también otras, como solucionar los problemas del desfiladero de Barxeta para que no inunde Cogullada, o levantar el desfiladero de Casella en Alzira. Son obras que siempre quedarán ahí, pero tengo la esperanza de que pronto se hagan realidad”, Precisamente en una de las jornadas organizadas por la Confederación Hidrográfica del Júcar con motivo del aniversario de la ciénaga se habló de estas medidas, y se aseguró que en breve comenzará la elaboración de estos proyectos para proteger la Ribera de las inundaciones.
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