Los ganaderos advierten de un ‘año duro’ si no llueve el próximo mes y lamentan el aumento de daños a los animales en busca de alimento
«Tengo 60 años y no he visto nada como esto en esta época del año». Antonio Miguel Álvaro cultiva la tierra en Aras de los Olmos, en el interior de la provincia, y no recuerda haber vivido antes un otoño e invierno tan secos. “La primavera y el verano no fueron tan malos, pero a partir de octubre…”, lamenta.
La falta de lluvias puede suponer un golpe muy duro para los cultivos de cereales (trigo, cebada y avena) y almendros que predominan en la zona. De esta forma, se atreve a poner una fecha límite para que lleguen las lluvias y salvar la cosecha: «Si pasas otro mes sin lluvia, algo te puede arruinar», admite, aunque admite que es difícil predecir el porcentaje de lluvia. pérdidas que podrían ocurrir si ocurriera este escenario.
En un contexto donde los beneficios ya son escasos, se puede ir directo al ausentismo si se cobra un porcentaje menor por un factor externo.
El alma de este hombre se encoge mientras camina alrededor de la tierra para comprobar su humedad: “Anteriormente, la humedad salía a profundidades notables, 35 centímetros o más. Ahora solo queda agua superficial, que se seca rápidamente. El país sale muy seco”.
Esta sequía ha creado un efecto dominó que no ayuda en nada al agricultor. Pero por el contrario. La falta de lluvias ha provocado que no haya pastos y que las montañas no den alimento a animales salvajes como el jabalí. Esto tiene un efecto indeseable: «Las semillas que siembro son desenterradas y comidas. También se comieron las almendras sobrantes”, explica el responsable del sector de cereales del sindicato AVA-ASAJA. Esta situación se da no solo en esta región, sino también en muchas otras de la comunidad donde la falta de alimento ha provocado que los jabalíes se aventuren por lugares por donde normalmente no circulan y causen daños en cultivos y patios mientras se alimentan.
La solución a esta amenaza puede ser realizar cacerías para reducir la población de jabalíes, “pero el problema es que ahora no hay cazadores. Antes se veía como algo normal, pero ahora se ve mal. Casi nadie quiere hacerlo”, lamenta el responsable del grupo agrícola.
contabilidad del abuelo
En un contexto donde el precio del grano ha subido un 35% por la escasez mundial y todo parece explicarse por los grandes números y la macroeconomía, Antonio Miguel recurre a otro aspecto mucho más terrenal y prosaico para describir el desarrollo de la análisis del sector.
Encontrar el libro de cuentas que tenía su abuelo hace muchas décadas explica mejor: “En cuanto a los gastos, donde él gastaba una peseta, yo ahora gasto un euro. Los números pueden igualarse con el cambio de una moneda a otra.
El problema surge con la cuenta de resultados: «Donde él recibía una peseta, yo ahora recibo 2,5», por lo que el saldo no puede ser positivo.
En la memoria de este hombre aún quedan muchos recuerdos escolares asociados al duro trabajo del campo. “En la década de 1960, un niño podía faltar a la escuela cualquier día. Ya no vino. Eso hizo que su familia tuviera que emigrar”, dice con cierta nostalgia del pasado.
Ahora mira al cielo y confía en que la lluvia puede llegar, y en cantidad suficiente. Sin embargo, las previsiones para la próxima semana indican muy pocas posibilidades de lluvia en una zona entre la Comunidad Valenciana, Castilla la Mancha y Aragón.
Comments