La campaña de recogida va más rápida de lo habitual por falta de kilos y los precios van subiendo, aunque no cubren costes
Las expectativas para esta campaña de cítricos no eran buenas, pero las cifras reales son peores de lo esperado. Para las variedades tempranas ya recolectadas o en proceso durante estos meses, la producción ha disminuido entre un 15 y un 20% debido a las adversas condiciones climáticas durante el período de floración. Las persistentes lluvias primaverales y el viento han podrido las flores y ahora los árboles tienen muchas menos naranjas de lo habitual.
A ello hay que sumar los habituales problemas de plagas, principalmente algodoncillos, que siguen teniendo un gran impacto en el campo valenciano.
“La campaña va más rápido de lo esperado porque la producción es menor. La navelina ya está terminada y las clemenules están a punto de terminar”, explicó el director de AVA-Asaja, Jenaro Aviñó, quien agregó que las huelgas de coleccionistas no tuvieron impacto en el transcurso de la temporada.
Las variedades tardías cosechadas en estas semanas, Lane tardía o algunas Mandarinas, también han sufrido una importante pérdida de kilos.
Sin embargo, según las estimaciones, se puede satisfacer tanto en el mercado nacional como en el internacional. Cabe recordar que el 70% de los cítricos valencianos se exportan, principalmente a países de la Unión Europea. En este sentido, se han beneficiado de los controles más estrictos sobre las naranjas de Sudáfrica.
La reducción de la producción ha hecho que, a diferencia de otros años, la fruta sea de mayor calibre y calidad, y los precios estén aumentando. “A mayor precio pero menor producción, la rentabilidad sigue siendo negativa para el agricultor que tiene que soportar unos costes de producción muy superiores”, recuerda Aviñó.
AVA-Asaja calcula que estos costes se han incrementado un 30% tanto para el combustible como para los fertilizantes, provocando graves daños al sector, que ya se encontraba en una fase delicada.
“El cultivo del limón tiene futuro y hay herramientas que se pueden mejorar, pero tenemos que trabajar todos juntos y hacer que se respete la legislación”, ha comentado el director de la Unión de Agricultores Valencianos. Una de esas herramientas es la Ley de la Cadena Alimentaria, que refleja que los precios deben ser justos pero aún no se cumplen.
Al igual que en campañas anteriores, esta campaña implica la firma de contratos de compra de naranja que no cubren los costos de producción. Algunas ofertas las aceptan los agricultores al no tener más opciones.
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