Estás a la vuelta de la esquina. Sin tener que viajar a los países más desfavorecidos del llamado tercer mundo. «Hay niños y niñas en la comunidad valenciana que apenas pueden comer verduras, carne o pescado porque sus familias no se lo pueden permitir. Otros hacen su tarea en sus abrigos porque sus familias no pueden calentar la casa debido a los costos de energía. Muchos de ellos viven en hogares de escasos recursos que no reciben el apoyo suficiente por parte de las distintas administraciones para proteger a los niños que deberían ser atendidos en primer lugar.
Tal es la dura acusación contenida en un informe difundido hoy por Save the Children, luego de encuestar a las familias de más de 600 niños y jóvenes de cerca de 300 familias que participan en sus programas y entre los grupos poblacionales más vulnerables social y económicamente de la región. .
Los hijos de Lina, de 12 y 13 años, son dos de esos menores. “Trabajo en el ocio nocturno, en una discoteca, ya veces gano 1.100 euros al mes, a veces mucho menos porque no es un trabajo continuo ni fijo”, dice la madre. «A veces me llaman ya veces no».
Lina ya lamenta las dificultades que está teniendo para alimentar bien a sus hijos. “Me gustaría que fuera más equilibrado, pero no es posible. No puedo. Todo es muy caro. Lo ideal sería una sopa con carne, pero si uso vegetales, ya no puedo usar pollo. Y muchas veces juega a las gallinas en raya».
Los pequeños disfrutan de un estipendio de comida, “pero no está lleno y tengo que pagar un porcentaje”. la ayuda es rara. No satisfacen las necesidades reales. «Como no tengo suficiente para pagar mi parte, tengo que llevarlos a cenar a casa cada dos días», explica la mujer.
Paga un alquiler de 540 euros, “más luz, comida, transporte, medicinas si llega una enfermedad. No puedo hacer eso con mi salario.” Según Lina, la situación se agrava en invierno por el frío y la necesidad de aumentar el consumo de energía ya que hay menos horas de luz natural.
«No llego hasta diciembre»
El horizonte navideño preocupa a Lina. «No puedo llegar a diciembre. Trabajo muy poco y llega la factura de la luz, del agua caliente… No uso la calefacción para calentar las habitaciones. No puedo. Ni siquiera estoy pensando en comprar una estufa y no puedo pagar el aire acondicionado. La solución pasa por abrigo y manta.
El año pasado llevó a uno de sus hijos al oftalmólogo. Necesita anteojos, pero tampoco puedo comprárselos. Eso no es suficiente para mí.” La necesidad forzada de elegir entre prioridades esenciales, de enfrentar la vida cotidiana sin saber si el mañana será posible.
Para cambiar esta situación, la ONG, en colaboración con el colegio público de San Ildefonso, está lanzando una campaña en toda España llamada “Números que tocan”. “Aunque cueste creerlo, en la comunidad más de 150.000 niños y niñas viven en extrema pobreza, mientras que en toda España más de 1,2 millones de menores viven en esta situación. Así que decidimos cantar los números que ya están tocando a demasiados niños y niñas; los números que nos deberían tocar a todos, porque esto es un problema de la sociedad en su conjunto”, señala Rodrigo Hernández, director de Save the Children en la Comunidad Valenciana.
A través de esta campaña, la organización espera sensibilizar y movilizar a la sociedad para exigir soluciones a uno de los problemas más apremiantes del país, que debe ser abordado como prioridad política en un momento de gran oportunidad legislativa.
Casi 6 de cada 10 niños y niñas de la Comunidad Valenciana viven en hogares donde ninguno de los padres trabaja a tiempo completo y solo el 2,8% vive en hogares donde tanto el padre como la madre trabajan a tiempo completo. En cuanto a los ingresos, casi 7 de cada 10 familias vulnerables atendidas por el equipamiento sobreviven con una renta media mensual inferior a 1.000€.
Ayuda insuficiente y “educación lastrada”
Aunque casi la mitad de las familias encuestadas (49%) solicitó el nivel de subsistencia (IMV) o la renta valenciana de integración (RVI), sólo una de cada cuatro recibe alguna de estas dos ayudas. “Son una buena herramienta para luchar contra la pobreza infantil, vemos que no están llegando a todos los hogares que los necesitan. Por ello, en Save the Children consideramos necesario ampliar la cobertura y mejorar la gestión de la renta valenciana, dando prioridad a las familias con menores a cargo y monoparentales. Es imperativo que se reconfigure para cubrir a todas las familias con hijos a cargo en situación de pobreza que superen los ingresos mínimos”, dice Hernández.
Lejos de ser generalizada, la educación infantil en la Comunidad Valenciana es uno de cada tres niños y niñas de familias vulnerables participantes en Save the Children que tienen entre 0 y 3 años que no asisten a la guardería. Eso ya moldea sus vidas, porque reciben menos impulso para su desarrollo, estiman.
Durante la educación obligatoria, solo el 36% del alumnado de las familias analizadas puede permitirse actividades extraescolares que enriquezcan su aprendizaje. E incluso después de la pandemia con meses de aprendizaje a distancia, el 59% todavía no tiene una computadora o una conexión a Internet decente.
Las propuestas de la organización incluyen aumentar aún más las plazas para garantizar el acceso universal y progresivo a una educación infantil de calidad de 0 a 3 años, dando prioridad a los niños en situación de pobreza o exclusión social.
Bajos ingresos, mala salud.
Aunque una buena alimentación es fundamental para un crecimiento saludable, el 60,4% de los niños y niñas de la Comunidad Valenciana no consumen las frutas y verduras necesarias y 1 de cada 3 no alcanza el aporte proteico recomendado. Además, el 38% tiene obesidad o sobrepeso.
En cuanto a la salud bucal y mental, el 36% de las familias no han podido acudir a un dentista porque no pueden pagarlo, y solo el 24% ha recurrido a profesionales especializados en salud mental.
Para que todos los niños y niñas vulnerables de la comunidad valenciana tengan garantizada la salud bucodental, Save the Children propone modificar el Código Sanitario Valenciano para fomentar la implantación paulatina de la cartera pública de servicios de atención bucodental. En materia de salud mental, la organización apuesta por seguir reforzando el sistema de atención primaria y salud mental de niños y adolescentes, en línea con los avances realizados en el marco de la definición del Plan de Acción Valenciano de Salud Mental desde una lógica integrada. anunció que abarca tanto los campos preventivos como restaurativos y está dedicado a la educación y el crecimiento de la fuerza laboral de la salud.
Casas precarias y frías
De media, las familias atendidas por la entidad en la Comunidad Valenciana gastan casi la mitad de sus ingresos (46%) en pagar su vivienda. Las madres solteras, que son particularmente vulnerables, gastan un promedio del 57% en estos costos. Además, las condiciones en su hogar son insalubres: 1 de cada 4 niños y niñas vive en casas con poca luz, humedad o ruido constante. El 42% vive en pisos donde casi nunca es posible encender la calefacción en invierno o el aire acondicionado en verano porque la factura de la luz es prohibitiva.
Ante esta situación, Save the Children propone ampliar el parque de vivienda pública de alquiler social para hacer frente al déficit habitacional provocado por desahucios, impagos u otras situaciones de vulnerabilidad económica y exclusión social. En todo caso, la presencia de los niños y niñas debe ser un elemento primordial en la atención de este tipo de emergencias. Además, propone unificar el bono social para incluir luz y gas y prohibir los cortes de servicios a todas las familias en situación de vulnerabilidad.
“Aunque las cifras de pobreza infantil habían mejorado en el año previo a la pandemia, la crisis resultante ha traído un enfoque renovado a los niños más pobres que más sufren. Si queremos proteger a los niños más vulnerables y no dejar a ningún niño o niña atrás, es imprescindible que se tomen medidas como las que proponemos. Está en juego el futuro de todo un país”, concluye Hernández.
El estudio presenta 43 actuaciones clave para reducir la pobreza infantil a nivel autonómico y estatal, utilizando de forma efectiva los fondos europeos que España ya recibe para cumplir con la Garantía Infantil Europea. Este mecanismo fue adoptado en la UE en 2021 para garantizar que los niños y jóvenes en riesgo de pobreza tengan acceso gratuito o muy asequible a los servicios básicos para su bienestar.
La garantía infantil incluye los mínimos obligatorios, “y aunque ha habido avances recientemente, España está lejos de cumplirlos”, lamenta Save The Children. «Otros países lo están haciendo, pero nuestro país está en la parte inferior, solo detrás de Rumania, que es una anomalía en la cuarta economía europea», dijo la organización.
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