Ceuta y Melilla

La negativa de Laya a cooperar con el poder judicial le impide descubrir quién ordenó la entrada de Ghali

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«Confiábamos en el argelino con el que hablamos. Nos dijo que Brahim Ghali había traído su pasaporte». Esa fue una de las pocas sentencias que recibió el juez Rafael Lasala este lunes a partir del testimonio de Arancha González Laya, la excanciller, responsable del ingreso de la Lider de Frente Polisario en España.

El exjefe de la diplomacia española actuó de tapón ante el magistrado, que quiere aclarar si se produjo la entrada ilegal de Ghali al territorio nacional. Su negativa a cooperar impide, al menos por el momento, cualquier conocimiento de quién dio la orden para facilitar la entrada en Ghali.

En respuesta a preguntas del magistrado, el exministro se negó a ingresar al menos hasta cinco veces utilizar una Acuerdo del Consejo de Ministros en la época de José Luis Rodríguez Zapatero sobre el derecho a reservar determinados coches.

En particular, Laya se basó en un acuerdo gubernamental de fecha 15 de octubre de 2010, inspirado en la ley de secretos oficiales, que permite convertir ciertos temas en asuntos «clasificados» o «reservados». El documento establece que la información «cuya divulgación no autorizada podría dañar o comprometer gravemente la información» se mantendrá en secreto. relaciones diplomaticas con terceros países «.

Con este argumento, Laya se negó a responder importantes preguntas del titular del Juzgado de Primera Instancia Nº 7 de Zaragoza. Según fuentes presentes en el interrogatorio, Laya admitió que Ghali no necesitaba ningún documento para entrar en España, afirma que le aseguraron al Ministerio de Relaciones Exteriores de Argelia que lo estaba llevando.

Exministro de Relaciones Exteriores a su llegada a la corte.

Exministro de Relaciones Exteriores a su llegada a la corte.

EFE

El exministro no quiso revelar quién llamó desde Argelia para pedir la recepción de Ghali. Tampoco se aclaró quién presentó la solicitud, ni quién dio la orden o tuvo conocimiento de ella, ni quién la presentó, ni si hubo ministros debatiéndola entre ellos.

Laya, investigada por presunto Delitos de evasión, encubrimiento y falsificación de documentos privados, admitió que la entrada de Ghali fue «aprobada» por motivos humanitarios. Y que todo se hizo «de acuerdo con la ley». Luego se negó a responder a las denuncias, representado por los abogados Antonio Urdiales y Juan Carlos Navarro.

«Con discreción»

Laya le dijo al juez que cuando Argelia pidió a España unos días antes del 18 de abril que admitiera al presidente saharaui, Argelia confirmó que llegaría con el pasaporte diplomático. El caso es que nunca se supo realmente si este era el caso, porque una vez que el avión aterrizó en Zaragoza, no hubo necesidad de identificación.

Más tarde se supo que había sido recogido por una ambulancia del servicio de urgencias de La Rioja y trasladado al hospital y que Brahim Ghali había sido registrado con la identidad falsa de Mohamed Benbatouche.

A través del Whatsapps y el testimonio de Camilo Villarino, mano derecha de Laya -también investigado en el caso- se conoció que todo se hizo «con discreción». Villarino también dijo que el gobierno «no era un reino de Taifa», lo que significaba que una decisión de esta magnitud no podía haber sido tomada por el ministro solo.

Razones humanitarias

El obstáculo que plantea el testimonio del exministro para la investigación del caso no impide que los jueces conozcan lo sucedido. Por el momento, la práctica de muchos procedimientos documentales y de testigos todavía está a la vuelta de la esquina.

Recientemente, y como parte de la investigación, el instructor ordenó la oficina de Siren España indicar si uno de los estados miembros del espacio Schengen había emitido una orden de detención europea o «mera comparecencia ante una autoridad judicial» sobre Brahim Ghali el día de su entrada en territorio español.

Aún están pendientes las declaraciones de María Isabel Valldecabres, mano derecha de la exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y la directora de Gabinete de la ministra del Interior, Susana Crisóstomo.

El líder del Frente Polisario llegó el 18 de abril en un avión argelino a la base aérea de Zaragoza sin pasar por controles ni documentos fronterizos. De allí tomó una ambulancia hasta el Hospital San Pedro de Logroño y fue ingresado en el centro de salud con el nombre falso Mohamed Benbatouche.

En la madrugada del 2 de junio salió de España rumbo a Argelia tras comparecer ante el juez Santiago Pedraz por diversas denuncias en su contra por presuntas violaciones de derechos humanos en los campos de refugiados saharauis de Tinduf.

El instructor de la Audiencia Nacional no tomó ninguna precaución si no veía evidencia de un crimen que sugiriera Ghali. A su salida de España, Ghali no presentó su pasaporte a la Brigada de Extranjeros, aunque lo solicitaron en el aeropuerto. Según reveló este diario, afirmó que no tenía registro alguno.


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