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PAMPLONA, 23 de junio (PRENSA EUROPA) –
El Departamento de Cohesión Territorial, a través de la Dirección General de Gobierno Local y Despoblación del Gobierno de Navarra, invertirá 113.426,89 euros en la pavimentación y renovación de las redes de la calle Pintor Crispín de Aibar. La medida permitirá adaptar la normativa de accesibilidad y reordenar el tráfico rodado y peatonal para una óptima recogida de las aguas pluviales.
El director general de Administración Local y Despoblación, Jesús Mari Rodríguez, y el alcalde de Aibar, Aritz Burguete, acompañados de varios miembros de la administración municipal, han recorrido el recinto rehabilitado, que cuenta con una inversión total de 384.268,18 € (IVA incluido), que se llevó a cabo desde el Ayuntamiento se completa.
Según ha explicado la junta provincial, “la red de abastecimiento es antigua, obsoleta en tramos, con materiales que no cumplen la normativa vigente, y en la zona de actuación no está enmallada y la vía no es continua”.
Asimismo, las tuberías de drenaje de aguas residuales y pluviales se encuentran en mal estado, obstrucciones por sedimentos que reducen su sección transversal y cambios significativos de dirección en las secciones de las tuberías. En ambos casos, los diámetros no son suficientes para las necesidades actuales.
Además, la red de baja tensión, el alumbrado público y la red de telecomunicaciones se encuentran en gran parte del ámbito de actuación en una línea aérea y requieren una prolongación de las líneas eléctricas.
En cuanto a la pavimentación, las aceras no cumplen con la normativa vigente en cuanto a barreras físicas, sensoriales y de accesibilidad universal.
MEDIDAS PREVISTAS
Las actuaciones previstas incluyen la renovación de la red de abastecimiento, evacuación de aguas residuales y pluviales, pavimentación y obra civil de alumbrado público, canalizaciones de baja tensión, telefonía y telecomunicaciones y acometidas de gas.
En el pavimento se plantea el orden de circulación de calles y peatones, proponiendo un diseño en armonía con el entorno inmediato, teniendo en cuenta que se deben seguir los mismos criterios que en los alrededores, dando unidad al conjunto urbano, por ello una calzada de hormigón armado de 4 metros de ancho, constante en todo su recorrido, y pavimentos de adoquín, similar a las fases anteriores, con pendiente transversal al eje de la calzada para permitir el paso del agua de lluvia por el canalón hasta la conducción de los imbornales .
La calzada y las aceras se ejecutan al mismo nivel y están delimitadas por un bordillo formado por piezas del mismo tipo de adoquín que la acera.
El diseño de la pavimentación es crucial para la recolección óptima del agua de lluvia, por lo que la pendiente transversal de la carretera se ajusta principalmente hacia el medio donde se coloca un canalón de hormigón prefabricado.
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