Los números retroceden si también se ponen en contexto. La valenciana se opone en la segunda posición (detrás de Cataluña) de los municipios más endeudados y consolida el podio de los más endeudados en relación al PIB. No menos del 48%. Es decir, la deuda es casi la mitad de la riqueza que generan los valencianos y valencianos en un año. La población tendría que trabajar medio año gratis para poder pagar. El problema es que la brecha con otras autonomías es enorme. La deuda histórica de 79.119 millones de euros que trae consigo Cataluña representa el 37% de su PIB, veinte puntos menos que la de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, más allá de las cifras, el verdadero drama es que el problema de la deuda no tiene una solución clara.
Los datos muestran la dependencia del ejecutivo valenciano de los fondos de rescate del gobierno central a través del fondo de liquidez autónomo. De hecho, los préstamos gubernamentales ya representan el 82,53% de la deuda total. El Departamento del Tesoro destacó ayer que todo el aumento de la deuda de 2020 se debe a estos fondos, que son tanto salvadores como verdugos.
No en vano, ante los nuevos datos de ayer, el ministro de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, afirmó que estaba creando una «vía no diferida» de un acuerdo estatal que permitiría diseñar un nuevo modelo de financiación. Sin embargo, la solicitud choca con el cronograma de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien no se comprometió con una fecha concreta para cambiar la financiación en su reunión con el presidente Ximo Puig hace dos semanas. La situación política actual, con las elecciones en la Comunidad de Madrid de mayo y la crisis económica por la pandemia, complican mucho un acuerdo entre los principales partidos sobre el melón del sistema de financiación.
El panorama de la Generalitat es complicado ya que de estos fondos depende el pago de los servicios públicos, pero esto la obliga a endeudarse aún más. El Departamento del Tesoro destacó ayer que los costos de la deuda se ubicaron en el mínimo histórico del 0,75%, lo que la convierte en la segunda autonomía en tener costos financieros más bajos.
La crítica de Bonig
Además, Soler insistió en que no hay problema de deuda «por un exceso descontrolado de nuestro gasto, sino por una aparente falta de recursos por falta de financiación que cada vez pesa más en nuestras cuentas». Y reclamó «un mecanismo para compensar la deuda histórica relacionada con la falta de financiación».
La presidenta de la PPCV, Isabel Bonig, ha denunciado que la deuda por cada valenciano es de 10.000 euros, 2.000 euros más que hace cinco años (un 25% más) y coincide con la fase botánica. Bonig añadió que la falta de financiación no era una excusa y acusó a Puig de «mirar para otro lado».
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