proyecto solidario. José Aramendía, enfermero con discapacidad de la Diputación de Alicante, firma una historia de superación: «La magia hace reír»
la vida es mágica Todas las mañanas al levantarte tienes que meterte la mano en el sombrero. A veces aparece una liebre, a otras les sale el sol, o un mal día, y hay quienes por inercia encuentran una dosis de actitud que en realidad multiplica las ganas. José Manuel Aramendía Peralta, José para familiares y amigos, es cuidador, del Atlético de Madrid, tiene 38 años, tiene una discapacidad, escribe y pinta, es alegre, cinéfilo y un mago torpe pero muy chulo. El orden de los factores no cambia el producto. José lo tiene tan claro como Simeone, el entrenador de su equipo: día tras día, partido tras partido.
El Instituto Cultural Alicante Juan Gil-Albert, dependiente de la Diputación de Alicante, ha publicado «Mago Torpe, Mago Molón», un cuento infantil lleno de dibujos y versos que no dice que la vida es fácil porque no lo es, pero dice que hay que levantarse después de cada tropiezo. Todo lo demás es devoción. Y a veces pierdes porque pasan cosas así, pero que nadie te diga que bajaste los brazos. Unirse no es negociable.
“Mira Héctor, yo tengo una filosofía de vida”, dice José lento y contundente, porque lo que va a decir es importante. Y antes de hablar advierte que la vida cotidiana tiene dos pilares: “El primero es que te tienes que volver a levantar después de caer mil veces. Y si tropiezas, vuelve a intentarlo”. Y ahí es cuando a José se le escapa el sombrero, porque cuando tropezaba y se levantaba. “Y ahora viene la segunda parte”, anticipa fascinado: “Sonríe, porque la sonrisa es magia y energía para resolver problemas, vivir y llegar al día siguiente”.
Y esa filosofía, la de la actitud y la alegría, es el motor de The Clumsy Magician, Cool Magician. Una historia que nació de vacaciones en Galicia con su hermana Marta porque como todos los años teníamos que pensar en el proyecto de ayuda a la ONG Harapan, que significa esperanza y que trabaja en la isla de Sumbawa en Indonesia para que los niños tengan un futuro. mejor.
Todos los veranos aparece la meta, a veces son dibujos, pinturas, lo que se presente. Y el verano pasado apareció el mago que José tenía en mente. Y el mago iba acompañado de sus hermanos, con Marta como cómplice y ellos los nueve sobrinos -José es el padrino de tres- que llenaron de dibujos la historia. Y el mago escritor, o mago de la escritura, contó su idea en el trabajo, decidiendo Gil-Albert hacer el sombrero más grande para darle un altavoz a la historia. Y para que otros que no se despierten sonriendo sepan que todos los días hay magia, una varita y un sombrero para resistir. Y eso hizo feliz a José.
“Estoy feliz de ayudar y estoy muy contento con este proyecto. Y agradecido a mis compañeros del Instituto y de la Diputación que me ayudaron”, dice José.
La historia cuenta que Clumsy era un «niño feliz y valiente (que) solo estaba enojado porque siempre estaba tropezando». Y ha crecido, y “cada día un nuevo golpe, aunque trato de tener cuidado, eso no le pasa a otros niños, no quiero ser diferente”. Y en ese viaje, Clumsy vio una escuela de magos, porque con una varita «no es nada lo que ves». Y allí doña Abracadabra recibió a “los valientes”. Y Torpón entraba en un concurso de magia porque «para intentar ganar con una sonrisa», y no se sacaba conejos ni palomas del sombrero, y cuando esperaba el diez de corazones, mostraba «un cuatro pelón». . Y cuando Torpón quiso irse, lo llamó doña Abracadabra -eso lo pueden hacer sus padres Maite y José Manuel- y le dijo: “Tú no eres como todos, tienes algo más”. Y José es torpe, y José es genial. Sin trampa ni cartón. «Magos hay muchos, pero aprenderás que este es tu gran truco: la magia hace reír a los demás».
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