LOGROÑO, 26 de mayo. (PRENSA EUROPA) –
El secretario general de la Federación de Servicios de La Rioja, Álvaro Fuertes, ha denunciado hoy en rueda de prensa la «dura realidad» de las empleadas domésticas, asegurando que «tienen que tomar medicación para ir a trabajar».
Fuertes compareció junto al director de Hostelería y Turismo de las Comisiones de Servicios a los Trabajadores, Gonzalo Fuentes, y la técnica de la Secretaría de Estado de Salud Ocupacional, Vania Vega, en el marco de una jornada con las empleadas domésticas.
Usted señaló que estos trabajadores soportan riesgos musculoesqueléticos «muy altos» y psicosociales «brutales». En ese contexto, el encuentro de hoy tuvo como objetivo “descubrir la triste realidad laboral que padecen estas personas”.
Eso significa, agregó, «que deben ir a trabajar con sustancias que les permitan, mental o muscularmente, enfrentar una realidad que requiere una carga de trabajo excesiva».
Vieron «imprescindible» aplicar la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo a estas personas que se convirtieron en «enfermedades crónicas que necesitan tratarse por sí mismas».
En esa línea, Vega ha señalado que en 2013 se realizó una encuesta en el marco del Plan Nacional sobre Drogas, en la que se constató que existe un «alto consumo de drogas en la hostelería».
Por eso se han hecho mesas de trabajo con camareras y han visto que sus condiciones «influyen en este alto consumo», y se hacen reuniones como la de hoy para concienciarlas sobre los riesgos de la automedicación y el alto consumo.
Además, se elaboró una guía, que es financiada por la Plan Nacional de Drogasinformando sobre los riesgos ergonómicos y psicosociales y cómo manejarlos, así como los peligros del uso intensivo de drogas que pueden conducir a la adicción.
En este contexto, Fuentes ha señalado cómo el sector de la hostelería y el turismo, a pesar de atravesar momentos duros por la pandemia, se ha recuperado y el empleo ha crecido más de un veinte por ciento en el último año. Incluso ha dicho que puede «romper récords».
Sin embargo, es una situación que convive con un cuarenta por ciento de temporalidad. “Cocineros y meseros no faltan, lo que falta son condiciones de trabajo dignas”, dijo.
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