«Tengo cientos de ‘niños’ por toda Galicia»

Apenas entro por la puerta de la cafetería, me cita Roque Devesa, una pareja se le acerca y le muestra a su bebé de un mes. «¡Es su creación!», exclaman, y él les devuelve el cariño. «Me alegraste la tarde», admite, y llego a la conclusión de que el niño de la carriola también lo es. Preguntarse de Ciencia. Roque Devesa (Ferrol, 1963), médico ginecólogo y especialista en reproducción asistida, tiene un increíble currículum que forjó en hospitales como la Clínica Dexeus de Barcelona, ​​aunque se formó en Santiago, Santander y tuvo su primera etapa profesional en vigo. De allí se trasladó a A Coruña, donde vive desde hace 21 años formando parte del equipo del Ron que ahora atiende en el Hospital Quirón.

— Tu bisabuelo, tu abuelo, tu padre, tú y tu hijo os llamáis Roque. ¿Pesa este patrimonio?

-No jaja. Me encanta, es un nombre corto y pegadizo. Como saben, tengo un problema de movilidad. [usa bastón]asi que imagínense si me hubiera llamado de una forma más común me hubieran puesto muchos apodos pero no Roque.

– ¿Sabe cuántos roques se otorgan en su honor?

«¡Vas a hacer que me sonroje!» Bueno, pronto un barco, al menos una docena.

– Tienes muchos “niños” repartidos por toda Galicia, ¿te das cuenta?

-Sí, la verdad es que sí. Debido a las técnicas reproductivas, ciertamente hay muchos, cientos.

—Ha ayudado a muchas mujeres a ser madres. Es una superpotencia.

– Y los hombres, no lo crean. Los padres lo quieren. La decepción de muchos hombres cuando ven que la razón por la que no están concibiendo es por ellos es enorme. Yo diría que ellos lo pasan peor que ella porque vivimos en una sociedad machista y la idea de que ellos fueron los que no se embarazan es exagerada. Y la mitad de las veces es su culpa.

— Cumplir el deseo de otra persona de tener hijos debe ser brutal.

– Las mayores satisfacciones de mi vida, además de las familiares, me han llegado a través de la reproducción. Ver a la pareja transmitirlo es una emoción increíble. Los casos negativos, que son pocos y distantes entre sí, se quedan en tu cerebro con nombre y apellido y los llevas contigo.

«Tiene su oficina llena de fotos de bebés.

Los tengo porque me animan. El día que das algo positivo, te encanta, pero si tienes algo negativo, el paciente está al cien por cien. Pero sé que el próximo será positivo, sé que terminará bien.

¿Es importante darles esa confianza?

—Sí, solo hay una primera vez y es muy importante que te sientas así. Me parece básico, quizás porque he tenido paciencia muchas veces. He estado del otro lado, y ahora que soy médico, reconozco los errores que cometieron conmigo. Les dijeron a mis padres que no aprobaría la CES.

— Naciste y ya te tuvieron que operar.

—Sí, un mes después entré en quirófano. Nací con espina bífida abierta.

—En otra entrevista usted dijo que tuvo 16 cirugías, ¿tiene más?

-Ja, ja, todavía estoy aquí. No recuerdo nada grave porque la mayoría tenía menos de 20 años.

«¿Fue un niño enfermo?»

– No, mis padres no me dejaron solo. No me hiciste una persona que no puede hacer eso, no, no. ¿Quieres escalar esa montaña? Sube el volumen, no estaba sobreprotegido. Ahora que se habla tanto mobbingHe de decir que nunca lo he sufrido por mi físico.

-¿Cómo te defines a ti mismo?

—Soy apasionado, defiendo ferozmente lo que pienso y parezco honesto. En el lado personal soy cariñoso.

—¿Ha cambiado mucho tu forma de afrontar la maternidad?

-Definitivo. Para las mujeres es mucho mejor, hay más información. Y hay un cambio radical en el número de hijos y la edad a la que tienen hijos, cuanto más viejas son las mujeres, más maduras. Eres una maternidad muy codiciada, pero no hemos logrado tu hijo promedio. En 2030, el 40 por ciento de las mujeres no tendrán hijos.

—¿Qué opinas de Ana Obregón?

—Creo que la subrogación debe resolverse de alguna manera. Hay casos muy claros: mujeres sin útero; con enfermedad cardíaca; trasplantados… Debe hacerse para casos con control clínico y legal para asegurar que no hay contrato comercial. El otro es la aceptación personal. Si tiene 55 años, ya no puede quedar embarazada. Querer cosas no significa que tengas que tenerlas. Si lo haces porque tienes dinero y te jactas de ello, lo encuentro irritante.

«¿De qué se queja tu esposa?»

– Del tiempo de dedicación. Pero tengo la mejor esposa del mundo, ella me complementa en muchos aspectos. Tuve la suerte de encontrarla, es doctora en Bellas Artes y me da una visión diferente de la vida.

¿Cuál es el consejo más importante que le das a tus hijos?

– Que sean honestos y coherentes. No cambies por la opinión de la otra persona. No son veletas. Mi otra felicidad en la vida ha sido la gente que me rodea en el trabajo. Nadie, absolutamente nadie, puede ser bueno en todo. El equipo es indispensable.

«¿Se necesita mucho para animarlo a dar un paseo?»

«¡Nada por el momento!» Así conocí a mi mujer, en un viaje relámpago a Salamanca con unos amigos, la vi en un bar, empezamos a hablar y como los dos somos de Ferrol…

«¿Él canta en el auto?»

-Sí. Música de los ochenta, que sin duda fue la mejor década. Estoy agotado en eso, en la música, en la libertad que había… ¡No había celulares y podíamos tener amigos!

— ¿Una película que has visto a menudo?

—El Padrino Y la vida de bryan.

– ¿Lo mejor de un 50 cumpleaños?

– Que ya nadie te engañe, ya sabes de qué se trata.