By 
Cazadores mostrando los trofeos de la jornada de caza en la montería de Azuaga. /
79 ciervas también fueron asesinadas, pero este año los jabalíes no mostraron la cara.
El carácter social de la «gran cacería de Azuaga» celebrada este sábado se destacó una vez más en la primera edición realizada tras el estallido de la pandemia. El año pasado no fue posible cazar en la finca propiedad del municipio de Badajoz, de unas 2.500 hectáreas de eucaliptos y pinos, debido a la emergencia sanitaria.
En esta ocasión la organización ha arañado la perfección gracias a la colaboración de los 170 cazadores y sus acompañantes en el puesto antes, durante y después de la jornada de caza. Ha habido muchos cambios organizativos que requirieron esta colaboración.
El primer cambio lo ha experimentado la lotería que reúne a los cazadores deseosos de ver el lguar que su fortuna designa en algún establecimiento hotelero de Azuaga la noche anterior a la cacería. Este año iba a tener lugar prácticamente una semana antes. El capitán del luchador, Martín Sánchez de la Vaquera, fue el encargado de retirar las bolas de la suerte.
En aras de mantener la distancia sanitaria, no se ofrecieron migajas al ‘consejo de cazadores’ alrededor del gran fuego alrededor de la arena. Tampoco comiste al mediodía con los famosos garbanzos de la montería de Azuaga en ‘la junta de carne’, cerca del Cortijo de los Miradorcillos. En cambio, a cada cazador se le entregó un ‘taco-comida’ en una bolsa, muy abundante en productos locales: jamón, lomo, chorizo, salami, queso, café y dulces …
A partir de las 7.30 de la mañana comenzó el ambiente en los alrededores del ruedo, donde el concejal José Rodríguez Sanabria y el citado capitán de caza, Martín Sánchez, esperaban a los participantes.
La explanada sirvió para posicionar los coches que pronto irían a los distintos ejércitos que partían con puntualidad británica. A las once y media se ‘armaba’ la Sierra de Recuero y los caparazones y ladridos de los perros se mezclaban con los disparos de ciervos, jabalíes y ciervas reproductoras que podían cazar.
Uno de los remakes participantes. /
Finalmente, 90 ciervos, 16 cerdos y 79 ciervas fueron plantados en el Cortijo de los Miradorcillos, asesinados por cazadores. Hubo quienes cazaron cuatro, otros se conformaron con uno y muchos vinieron ‘bolo’ o con la piedra de alguna gestión femenina, muy abundante en la finca y que había que regular de alguna manera.
También se han avistado muchos ciervos jóvenes -varetos u horquillones no autorizados a cazar- y este será seguramente el orgullo de esta manada de montera ya famosa en toda España el próximo año.
«Este año los cerdos han fallado», subraya Martín; Y les puedo asegurar que hay una gran población en la finca donde ya están causando daños; pero es muy difícil encontrarlos en un área tan grande y los perros no tuvieron su mejor día desde el punto de vista meteorológico: pronto se cansaron del calor. Sin embargo, hay algo de buena boca por ahí; Estoy muy agradecido por el comportamiento de todos los que participaron en esta cacería ya que este año, por circunstancias, tuvo factores más complejos en la organización.
A las 3 de la tarde volvieron a sonar las conchas y se pudo ver a grupos de amigos y familiares disfrutando del contenido de la bolsa de comida a la sombra de pinos y eucaliptos.
Abuelos y nietos
En este día vio a los abuelos de muchos años que siguen cazando acompañados de sus hijos y nietos o al Azuagueño que recibe a su familiar del exterior y lo acompaña en la cacería. Muchas caras conocidas que se repiten año tras año. Una caza que podría definirse como ‘accesible’ tanto económicamente – dado lo que cuestan los demás – como a la hora de acceder a los puestos. Los carros permanecen junto a los cazadores en la posición en la que fueron asignados.
Muy pocos cazadores han logrado matar al jabalí. /
Las cifras de caza son impresionantes y, sin duda, es la mayor de una finca abierta que se realiza con el concurso de 50 rehalas llegados principalmente de Andalucía y Extremadura, 170 cazadores que suelen traer siempre una o dos personas al puesto, más guías, perreros, personal de protección civil, policías municipales, guardias, postores, arrieros para arrastrar ganado de los barrancos más profundos, y otro personal, especialmente contratado para la caza. En cifras redondas, la jornada se traduce en 500 personas y cerca de mil perros que se movieron con la profesionalidad que distingue a la organización del Ayuntamiento de Azuaga, que lleva muchos años organizando esta fiesta de la caza en Extremadura.
Pero en la Sierra de Azuaga o ‘Recuero’, no solo se celebra una jornada de caza al año, sino que turísticamente es escenario de rutas peatonales o ciclistas perfectamente señalizadas, es un paraíso para los seteros y, en cuanto a la caza menor, También se caza – saltando y con queja – la perdiz y las palomas torcaces. La actitud y el trabajo diario de los ganaderos, el mantenimiento de comederos y vertederos, son fundamentales para su abundancia.
“En la sierra, el Municipio no deja de invertir, aprovechando todo tipo de financiamiento, desde mejoras viales, adecuada deforestación, estanques para dar agua a los animales y nuevos censos que alimentan estos estanques … La cordillera tiene muchos usos y nosotros Las promocionamos desde el Ayuntamiento y las promocionamos ”, concluye José Rodríguez Sanabria, Concejal de Agricultura del Ayuntamiento.
Esperamos que el año que viene podamos celebrar esta gran cacería con nuestras migas, garbanzos, sorteo en vivo ”
Un año más, en este caso con cita fallida en 2020 por covid-19, la montería Azuaga vuelve a estar en el calendario de caza español. Y una vez más se cumplieron las expectativas aunque este año no aparecieran los cerdos.
«Esperamos que el año que viene podamos celebrar esta gran cacería con nuestras migas, garbanzos, la lotería en vivo … porque esto nos dirá que hemos superado el virus y estaremos listos para volver a nuestras tradiciones», agrega Martín.
Comments