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AN avanza en la causa contra ETA por crímenes contra la humanidad y propone la extradición de «Txeroki», «Ata» y «Gurbitz».

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La Cámara recurre a los fiscales antes de pedir a Francia que lleve ante la justicia a los exjefes de ETA

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha decidido adelantar el juicio a la cúpula de ETA por crímenes de lesa humanidad en todos los asesinatos cometidos desde 2004 y ha planteado la posibilidad de pedir a las autoridades francesas la extradición de Garikoitz Aspiazu «Txeroki», Mikel Carrera Sarobe’ Ata’ y Aitzol Iriondo Yarza ‘Gurbitz’.

En un coche al que tuvo acceso Europa Press, jueces de la Sección Segunda informaron el pasado miércoles a la Fiscalía de que Francia ya había autorizado a «Txeroki» desde el 20 de 2005 un coche bomba en Bilbao.

Por tanto, antes de solicitar a las autoridades francesas la extradición de los citados exdirigentes de ETA que cumplen condena en Francia, la Sala se dirige a la fiscalía. El ex titular del Juzgado Central número 3, Juan Pablo González, procesó a los tres cabecillas además de José Antonio Urrutikoetxea, «Josu Ternera», y archivó la causa de Aitor Elizaran.

La investigación se inició en julio de 2015 a partir de denuncias presentadas por la Asociación Dignidad y Justicia (DyJ), la Fundación Luis Portero y otras víctimas de ETA. Unos años después, en 2018, la jueza Carmen Lamela concluyó que «Ata», «Gurbitz» y «Txeroki» fueron imputados y procesados ​​penalmente por crímenes de lesa humanidad, y sugirió que sean condenados por asesinatos cometidos desde 2004 para llevarlos ante la justicia.

El juez cerró esta parte de la investigación tras tomar declaración indagatoria a los tres miembros de la cúpula de ETA que cumplen condena en Francia. No así en relación con «Josu Ternera», a quien no se le pudo informar de los cargos que le imputan en la causa por estar buscado y detenido en su momento.

SIETE ATAQUES MORTALES
El juez González recopiló en su auto siete atentados mortales perpetrados por ETA desde 2004, fecha en que el Código Penal sancionó el crimen de lesa humanidad, y les imputó atentados como los que terminaron con un total de 25 delitos de terrorismo relacionados con el asesinato de la vida de los ciudadanos ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio en la T-4 de Barajas en diciembre de 2006; el exconcejal socialista Isaías Carrasco en Mondrágón (Guipuzkoa) en marzo de 2008; el Guardia Civil Juan Manuel Piñuel en Legutiano (Álava) en mayo del mismo año; y la Brigada Luis Conde en Santoña (Cantabria) en septiembre.

También atribuyó a la cúpula de la banda los atentados que mataron al empresario Ignacio Uría en Azpeitia (Guipúzcoa) en diciembre de 2008; el agente de la Policía Nacional Eduardo Puelles en Arrigorriaga (Vizcaya) en junio de 2009; y los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá en Calviá (Islas Baleares) en julio de 2009.

El forense atribuye siete delitos de homicidio a ‘Ata’, seis a Iriondo, cinco a ‘Txeroki’, cinco a Elizaran y dos a ‘Josu Ternera’, que estuvo «al frente del ‘aparato político’ de ETA durante los años 2005, 2006 y 2007 «en unión» con el fallecido Francisco Javier López Peña, «Thierry». También emitió una fianza civil de 7 millones de euros para Ata, 6 millones de euros para Gurbitz, 5 millones de euros para Txeroki y 2 millones de euros para Josu Ternera.

IDEÓLOGOS DE LOS ATAQUES
En su auto, afirmó que en todos estos atentados, los «máximos jefes» del aparato político y militar de ETA durante el período investigado «conocían el plan de los delitos cometidos durante su mandato, dieron a los autores las instrucciones oportunas y pudieron intervenir antes de la ejecución para impedir el desenlace”.

En el caso del atentado a la T-4 que rompió el alto el fuego decretado por la organización en 2006, el de Isaías Carrasco, días antes de las elecciones generales de 2008, o el del empresario Uría, que estaba implicado en las obras del alto -velocidad del tren bala, señaló el juez González señaló que no había forma de que pudieran haber sido ejecutados sin que los perpetradores recibieran órdenes específicas y precisas de los máximos líderes de la organización terrorista.

PRIMERA ETA PERSEGUIDA POR ESTE DELITO
El forense los acusó de crímenes de lesa humanidad en virtud del artículo 607 del Código Penal, al considerar que estos ataques se cometieron «como parte de un ataque general o sistemático contra la población civil o partes de ella» y que fueron víctimas por ser «uno de los pertenecía a un grupo colectivo perseguido por motivos políticos, étnicos o religiosos».

La denuncia que motivó la apertura de la investigación también iba dirigida contra María Soledad Iparaguirre Genetxea, “Anboto”; Gorka Palacios Alday, Jurdan Martitegui Lizaso, Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, «Txikierdi»; Eugenio Echebeste, «Antxon»; José Luis Ansola Larrañaga, «Peio el Viejo», y Francisco Múgica Garmendia, «Pakito».


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