EMPRESA ZAMORANA ALECOOK | La empresa zamorana Alecook triunfa en Francia con sus hornos de leña

Diferentes sabores, texturas y tonalidades son los matices que los hornos de leña aportan a recetas tradicionales que la empresa Alecook se ha propuesto compartir con aquellos amantes de la gastronomía que asisten a los talleres de su Escuela de Cocina, situada en el pequeño municipio zamorano de Valcabado y pionera en España. El alma de la empresa es Héctor Pascual, quien, a los 41 años, ha realizado una decidida apuesta por convertir el barro en una marca de garantía de calidad asociada a Valcabado, un pueblo de poco más de 400 habitantes, en el que se encuentran profesionales y aficionados a la cocina interesados en conocer cómo extraer el máximo rendimiento a los hornos de leña. El reconocido chef zamorano Antonio González imparte los martes, jueves y sábados los cursos de la Escuela de Cocina para un máximo de 16 alumnos, talleres que se desarrollan en un aula equipada con ocho hornos de leña.

Todo empezó con la crisis del sector de la construcción donde trabajaba Pascual, al frente de un taller metálico donde fabricaba puertas y aperos para alfareros de Pereruela. La experiencia le permitió comprobar que existía un nicho de mercado por explotar y comenzó a comprar cascarones de barro con los que fabricaba hornos de leña, que comercializaba principalmente en Francia, con la innovación como base. Ya entonces, el empresario demandó a los alfareros más calidad para atender la demanda de clientes franceses y, ante sus reticencias, hace siete años fundó Alecook. Los inicios no fueron fáciles, porque para fabricar hornos de leña precisaba de «unas instalaciones amplias y con techo cubierto» para el secado de las piezas. Tras reformar la cubierta de unas «naves viejas», abrió la empresa que, en la actualidad, cuenta con una plantilla de 24 empleados.

Para desarrollar el proyecto, Pascual ha realizado una inversión de 3,5 millones de euros en maquinaria e instalaciones, al margen de otro millón en márketing porque, a través de su web, la empresa factura anualmente 800.000 euros. A la ya ejecutada, hay que sumar otro millón de euros de inversión en la casa rural que aloja la Escuela de Cocina y otra partida de 800.000 euros para incorporar nueva maquinaria a la fábrica.

También cazuelas y platos

Alecook comercializa alrededor 1.800 hornos de leña al año y, con arcilla, caolín y agua, también fabrica otras piezas como cazuelas, bandejas y platos, cuya venta supone el 20% de su facturación. La empresa prevé aumentar el 35% su volumen de negocio en 2025 y sus principales mercados son España, Francia y Alemania, en los que ha posicionado sus productos gracias, en parte, a su asistencia a ferias especializadas.

Según cuenta el fundador, Alecook ha realizado una decidida apuesta por la calidad para ser más competitiva y, por este motivo, sus hornos de leña, que pesan 250 kilos, «tienen un mayor grosor con el fin de acumular más calor en su interior». Con esfuerzo y plena dedicación, la empresa se ha consolidado como un referente en el sector de la alfarería, desde el que pretende contribuir a la dinamización de Zamora, una provincia que se aferra al futuro al calor del barro. Y, para conseguirlo, puso en marcha los talleres de su Escuela de Cocina.

Cuando hay talleres, durante toda una mañana, los alumnos aprenden a elaborar hasta una decena de recetas, desde pan hasta ensaladas, carne, pescado, arroces y postres, que posteriormente degustan en una distendida comida. La escuela enseña a los participantes a «manejar el horno de leña» y a comprender que para obtener el máximo rendimiento es preciso concebir la cocina como una carrera de fondo.

Profesionales y aficionados

A diferencia de otra que existe en Valladolid y que se limita a los asados, la escuela ubicada en Valcabado ofrece a los alumnos la posibilidad de descubrir las múltiples posibilidades de los hornos de leña para elaborar cualquier receta, experiencia de la que ya han disfrutado profesionales y aficionados procedentes de distintos puntos de España, Italia, Portugal y Francia.

Los alumnos, de diferentes perfiles profesionales, comparten su pasión por la cocina y en la Escuela también descubren que en los hornos pueden utilizar cualquier tipo de leña, aunque para González, «la mejor es la encina». Alecook completa la experiencia formativa con un departamento de I+D, en el que investiga cómo extraer todo el potencial al barro no solo en los hornos de leña, ya que también ha creado cazuelas específicas para cocinar marisco y pescado, además de patentar una pieza para elaborar cañas zamoranas, uno de los más postres típicos de la provincia.

La Escuela de Cocina pretende consolidarse como «un arma contra la despoblación» en una provincia que se desangra y en la que muchos de sus pueblos «todavía viven del barro». Por este motivo, Alecook se ha marcado como reto convertir el barro en el sello de calidad de Valcabado, pueblo en el que próximamente abrirá un aula de formación sobre alfarería para escolares y una casa rural.