El miedo a testificar contra un perpetrador

«Él dice que me ama.» Ese es el mantra que muchas mujeres repiten cuando reciben su primera bofetada en la cara. La primera burla. El primer insulto disfrazado de broma. El amor es precioso hasta que se convierte en una gran mentira. El marco utilizado por los delincuentes para asediar a sus víctimas. El as bajo la manga. La carta para poner sobre la mesa cuando una mujer quiere salir de las cuatro paredes que la condenan a una vida de sufrimiento. Porque el miedo es el mayor enemigo de la libertad. Por eso siete mujeres de la Comunidad Valenciana ejercen a diario su derecho a no declarar contra su pareja tras una agresión.

Representa la cifra más alta de España, sólo por detrás de Madrid. Hay nueve mujeres en la capital que se guardan su dolor y sacuden la cabeza cuando se les pregunta. Aunque los datos confirman que cada vez son más las mujeres que optan por hablar en Madrid, las mujeres valencianas guardan silencio. En el segundo trimestre de 2022, 675 víctimas optaron por no declarar contra sus agresores. Seis más que el año pasado.

Pero la violencia machista no cesa. Los casos continúan aumentando, lo que genera dudas sobre si la sociedad ha cambiado en los últimos años. La comunidad ha registrado un 22% más de denuncias, con 6.909 casos frente a los 5.656 de 2021.

La violencia doméstica puede parecer algo externo. Lejos de nuestra vida cotidiana. de nuestro entorno. Un titular de periódico, pero que poco tiene que ver con la realidad que vivimos. Sin embargo, las cifras presentadas por el Tribunal Supremo de la Comunidad Valenciana demuestran que este tipo de agresiones son más habituales de lo que la conciencia, en su ignorancia, cree. De cada 10.000 mujeres de la región, 24 han sufrido casos de maltrato. 24 personas con nombre y apellido. Con vidas acortadas. Con sonrisa fingida y maquillaje de alta cobertura para combatir el color morado de los hematomas. Las órdenes de protección emitidas por los tribunales también aumentaron un 21%. Este año se han emitido un total de 1.247, que se impondrán frente a los 1.031 pactados entre abril y junio del año pasado.

Entre abril y junio, un total de 1.479 órdenes de protección fueron dictadas por los juzgados de Violencia sobre la Mujer, de las cuales 29 fueron inadmisibles y 1.247 fueron concedidas. Se rechazaron 203, un 3,6% más que en el mismo período del año anterior. No obstante, también hubo 968 condenas, un 15,2% más que el año anterior, y 88 absoluciones, un 10%.

Otra condición que hace que una víctima no se identifique como tal es la maternidad. La determinación de las mujeres de no transmitir el dolor que sienten a sus hijos. Cuando la búsqueda de la felicidad de los demás se convierte en una máscara. Una forma de normalizar comportamientos que son todo menos normales, siempre y cuando los más pequeños de la casa no sufran. En el pasado, los matones han utilizado a los niños para dañar a sus parejas. Por ello, en este segundo trimestre se hizo patente el efecto de las reformas de ley introducidas en la Ley Básica para la Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia contra la Violencia. Los tribunales valencianos ya han dictaminado 153 veces la suspensión de los acuerdos de contacto de los presuntos autores con respecto a sus hijos menores.

alguien pide ayuda

La tormenta siempre es evidente desde el exterior. La historia cambia radicalmente cuando te encuentras en el eje del huracán y el dolor te impide reaccionar. Como dice el refrán: “El amor es ciego, los vecinos no”. Y las paredes de las casas parecen de papel. Pero a veces tienes suerte. Las denuncias de violencia doméstica presentadas por terceros y por los servicios sociales van en aumento.

Las denuncias policiales motivadas por la denuncia de un familiar aumentan un 41,5%, las denuncias de infracciones enviadas directamente a los juzgados un 9,4% y las denuncias de servicios de apoyo o terceros en general un 358,1%. Cabe destacar que la mayoría de las víctimas de violencia de género en la comunidad son de origen extranjero. Del total de 6.252 personas registradas, 3.326 eran españoles y 2.472 extranjeros. Todos encontraron el infierno en lo que llamaron «hogar».