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Había un recuerdo especial de los «hijos de la guerra», los antiguos «eran el recuerdo de los muertos»
PAMPLONA, 14 de abril (PRENSA EUROPA) –
Cientos de personas participaron este jueves en Pamplona en el tradicional acto organizado por la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra (AFFNA-36) en honor a los navarros asesinados y represalias en la guerra civil. Una acción suspendida después de dos años debido a la situación derivada de la pandemia.
El homenaje tuvo lugar a mediodía en la Vuelta del Castillo de Pamplona, donde se dieron cita cientos de personas, algunas portando banderas republicanas. En San Cristóbal se registró una conmemoración que contó con la actuación musical del cantautor Javi Martín con la representación de la obra “Hoy con nata” de la compañía de teatro Tdiferencia, así como la intervención de Maite Rocafort, nieta de Javier Rocafort . Un aurresku y una ofrenda floral marcaron el final de la acción.
En su intervención, la presidenta de AFFNA-36, Amaia Lerga, ha recordado que un día como hoy, 14 de abril, “ha amanecido un tiempo de esperanza, ha amanecido una era única que insufla un toque de libertad, justicia social y confianza en el futuro». Algunos, sin embargo, «nos negaron el progreso con los métodos más crueles y lanzaron un golpe de Estado en una persecución política, ideológica, cultural, un genocidio».
«Tras décadas de silencio, el horror se presenta en números», ha apuntado Lerga, que ha recordado que en Navarra hubo 3.507 muertos, 1.086 casos documentados de desamortización y 1.400 navarros «obligados a huir». Luego están las mujeres que “sufrieron prácticas represivas y de control social: agresiones sexuales, secuestros, exclusión, detenciones”.
Asimismo, recordó que se han recuperado unos 60 cuerpos de tumbas “que están en un laboratorio a la espera de la construcción del nuevo panteón, ya que en el actual panteón no hay más espacio” y más de 277 familias “siguen esperando hasta la fecha”. recuperar los restos de sus seres queridos».
Amaia Lerga tiene un recuerdo especial de “los niños y niñas de la guerra” que “murieron de hambre” que “tuvieron que huir” que “en muchos casos sufrieron orfandad prematura” y que “fueron marcados como hijos o hijas de rojos que quedaron presos o esclavos en los internados o sanatorios franquistas».
“Estas personas son la generación de abuelos y abuelas que, a pesar de haber vivido el terror, devolvieron la dignidad a este pueblo a través de sus historias de vida. Son la memoria de los muertos”, subrayó el presidente de AFFNA-36. “Estar a tu lado significa conocer el valor del amor y la libertad, el afecto y la participación comunitaria; fue una lección de generosidad”, dijo.
Por eso ha pedido que “se reconozcan y se establezcan medidas reparadoras integrales en el proyecto de ley de conmemoración democrática”. Por su parte, expresó el deseo de la asociación de que “hoy no más niños y niñas mueran, huyan o sufran en otros horrores, ya sea en Siria, en Yemen, en Ucrania, en Palestina o en nuestra región mediterránea” y su compromiso a «una sociedad pacífica y solidaria internacional».
También ha pedido que «las demandas de las familias de las víctimas» se incluyan en la agenda política con medidas concretas «a menudo con un retraso desproporcionado», citando como ejemplo la aprobación de una moción de 2017 que pedía la reposición de la puerta antigua cárcel de Pamplona o que «el panteón de víctimas está lleno desde 2019».
Para finalizar, Amaia Lerga recordó el 20 aniversario de la asociación, que nació con el objetivo de ser “un instrumento que perdure en el tiempo, por la vigencia de la reflexión sobre las víctimas, por la defensa de los derechos humanos, por la experiencia de familiares, pero sobre todo por la calidad humana de los componentes más antiguos». Hace un balance positivo de su recorrido con «hitos importantes» como el Parque de la Memoria de Sartaguda, una ley de memoria regional «pionera en cosas como el robo de bebés» o las exhumaciones.
«LA MEMORIA ES UNA HERRAMIENTA ESENCIAL PARA UNA CONVIVENCIA PACÍFICA»
Maite Rocafort, nieta de Javier Rocafort Apesteguía, asesinado a tiros cerca del recinto, también tomó la palabra y agradeció a los asistentes al acto «rememorar la memoria de mi abuelo y de tantas otras víctimas de las represalias que murieron navarras injustamente y con impunidad».
Recordó que su abuelo fue detenido después del golpe militar y estuvo varios meses en el Fuerte San Cristóbal. Lugar a donde se dirigieron «tres carlistas de Sangüesa y un cura» que «lo asesinaron cerca de la fortaleza y hasta el día de hoy no sabemos dónde están sus restos».
En su discurso dirigido a su abuelo, destacó que su mujer, Dominica Lozano, «nunca deja que nadie olvide lo querida que fuiste en la ciudad, en Sangüesa». “Eras un buen esposo y padre, un buen ciudadano, tocabas el clarinete en la banda del pueblo y eras buen amigo de tus amigos del partido. Uno de ellos fue el que te mató porque eras republicano, porque tenías la afiliación política equivocada”, lamentó.
«Y luego a callar; muchos años de silencio, pero ya nadie calla eso», enfatizó Rocafort, subrayando que «mucha gente ha trabajado para que esto no se olvide y se cuente en los parlamentos, en la ciudad». pasillos, en los libros y en las escuelas». El recuerdo, dijo, “es una herramienta fundamental para avanzar en la construcción de la convivencia pacífica y lo sabemos, abuelo, usted habría estado de acuerdo”.
En este sentido, ha valorado el trabajo de Roberto Rocafort -fallecido hace siete años-, hijo de Javier Rocafort, junto a AFFNA-36 “para que algún día este tipo de homenajes se hagan realidad”. Una obra gracias a la que «el pasado mes de diciembre tu hija Mari Ángeles pudo ver cómo se ponía una placa conmemorativa en la casa a la que te llevaron para no volver jamás».
“Gracias abuelo por tu existencia de la que estamos muy orgullosos, por tus genes que hoy son nuestros y por todo lo que has logrado en tu corta vida de casi 30 años. Nunca te olvidaremos”, concluyó.
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