Contratar un abogado no es una tarea fácil y sencilla. Se consideran como profesionales excelentes y altamente experimentados en la materia, aunque en realidad todos no lo sean. Así, muchos terminan eligiendo abogados quiénes en vez de ayudarlos, los perjudican.
En este sentido, existen cualidades bastante comunes en abogados de calidad como Carmen Manzano. Dichas características pueden usarse para identificarlos con facilidad y asegurar de elegir el adecuado. A continuación, se muestran las más resaltantes.
Un abogado sincero, suele ser un buen abogado
En algunas ocasiones, el caso no está para nada a favor de quien quiere contratar el abogado. Si es un caso sin manera de salir beneficiado o como inocente, un abogado sincero lo explica.
Por supuesto, el abogado no se resigna a simplemente rendirse y no intentar obtener ningún tipo de ventaja. Se trata de conseguir la mayor cantidad posible de beneficios de acuerdo a los recursos judiciales.
Por ejemplo, si alguien está acusado y las pruebas son irrefutables, un buen abogado es muy sincero con su cliente y le dice lo poco probable que es obtener la inocencia. Así, orienta todos sus grandes esfuerzos a obtener beneficios como reducción de condena o consecuencias menores.
Si el abogado asegura la posibilidad de ganar aun sabiendo que es prácticamente imposible, únicamente desea obtener una mayor cantidad de honorarios, gastando tiempo y, por consecuencia, dinero innecesario en una causa perdida.
Tiene una reputación muy positiva
Aunque para conocer la reputación de un abogado se pueda preguntar a algún amigo o familiar que haya trabajado con él, utilizar internet como recurso de búsqueda también es una buena idea. Basta con tipear su nombre y verificar sus opiniones en internet.
Si tiene alguna red social donde más usuarios puedan contestar a la pregunta de qué buen abogado es, se trata de una señal positiva. Los malos profesionales prefieren mantenerse escondidos en las redes sociales para evitar malos comentarios en las mismas.
También, si cuenta con un blog donde habla sobre su profesión y sus servicios, y tiene comentarios positivos, es sinónimo de alguien confiado en su trabajo y que no tiene nada que esconder.
No pone trabas o excusas para dar un precio de sus honorarios
La honestidad no debe ser solo en cuanto a si el juicio se puede ganar o no, sino, en cuanto al dinero necesario para cubrir todos los gastos y honorarios. Si se niega a dar un presupuesto, probablemente planee cobrar mucho más de lo necesario y prefiera decirlo cuando ya no haya marcha atrás.
De ese modo, un abogado que ya conoce su propio trabajo puede detallar casi con exactitud cuáles son sus honorarios, no solo al principio, sino durante todo el procedimiento.
Mantiene al tanto de todas las estrategias
Un buen abogado entiende lo preocupado que está su cliente por ganar o perder, aunque en realidad, su cliente poco entiende del tema. Por ello, explica con detalles todas las estrategias utilizadas y su propósito para conseguir el mayor beneficio posible.
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