Para llegar a Cardeñajimeno (1.195 habitantes), en el alfoz de Burgos, hay que circular con tiento por un intrincado laberinto de rotondas para salir de la ciudad y cruzar el bello parque de Fuentes Blancas, el pulmón verde de Burgos. Atravesando la BU-800, que corre en paralelo al río Arlanzón, uno llega en apenas unos minutos a este pueblo que cruzó en su día El Cid en su destierro camino del cercano Monasterio de San Pedro de Cardeña donde, según el Cantar, se quedaron doña Jimena y sus hijas. Una escultura y colorido un mural del Cid, de hecho, decoran el centro del pueblo, presidido por la Parroquia de la Natividad de Nuestra Señora.
Dos operarios reitran banderines de fiesta de los postes y apenas se va nadie por la calle. La borrasca Irene acaba de pasar haciendo de las suyas y un viento gélido te sacude el rostro a mediodía. «Este pueblo está muy bien situado, está pegado a Burgos y tiene muchas zonas bonitas para pasear, de monte», razona Irene, camarera, mientras pasea a su perro saliendo de la colonia de chalés adosados del sur de la localidad, algunos con bonitos diseños y amplios jardines que bien podrían estar en barrios pudientes de Madrid.
De las alrededor de 300 viviendas que hay en total en Cardeñajimeno, las casas bajas y los chalés son mayoría, algunos «muy cotizados», sobre todo en la urbanización Fuentes Blancas, donde pueden llegar a costar 500.000 euros (o más). No en vano este municipio es el segundo más rico de toda Castilla y León. Según los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria, Cardeñajimeno, con 35.845 euros de renta bruta media, sólo es superado por Simancas, en Valladolid, con 43.180 euros de media.
Vida de pueblo
«Aquí hay mucho médico, mis vecinos a ambos lados lo son [se calcula que hay unos 20 residendo en el municipio]“Fundó Francisco, quien viaja por el mundo por su trabajo en el sector energético y hace poco aquí, pero le gusta mucho venir aquí”.Sólo llevo dos años aquí, pero estoy feliz aquí. “Estás casi en la ciudad, pero te permite vivir una vida de pueblo”, dice el joven, que aún no tiene 40 años, mientras también pasea a su perro.
El dato de ser un municipio tan rico en comparación con la media de la comunidad -la renta media se sitúa en 26.083 euros- tiene a los vecinos algo mosqueados. «Es que sale en los medios y a ver si van a venir a robar un día, además este no es un municipio rico, hay unos pocos que suben la media mucho», admite una vecina sobre unos acaudalados empresarios del sector de residuos residentes en el pueblo. Médicos, abogados, empresarios y policías y bomberos son algunos de los habitantes de nuevo cuño de la localidad, que hace 20 años apenas llegaba a los 600 habitantes [ha doblado vecinos desde entonces]. Las empresas constructoras comenzaron a construir chalés discrecionales durante los años de expansión urbana, y los particulares también construyeron los suyos propios en terrenos privados.
«[El pueblo] “Es muy buscado, es como un barrio y se vive bien, y Burgos está al lado, no se tarda mucho en llegar a Gamonal”, afirma Roberto, un empresario que compró su casa adosada de 100 m2 por unos 180.000 euros Tiene 14 años y vive aquí cómodamente con su familia. “Tengo poca vida aquí, la verdad, El parque con las chicas… Y hay una cantina. Si quieres algo algún día, no hay problema.
El bar, que estuvo cerrado un tiempo, lo regenta una familia brasileña. Famosos son los conciertos que montan cada 15 días. Viene gente incluso de la ciudad de Burgos. Hay pinchos de tortilla en la barra y de morcilla también claro [la ruta de la morcilla, que recorre las principales localidades que la producen, pasa por aquí]. Puedes conseguir un Ribera por 1,5 euros. “Mira, pregúntale a este tipo, es millonario”, bromea uno de los compatriotas que está tomando el aperitivo sobre otro que acaba de entrar cuando le preguntamos por el asunto.
«Gente corriente»
«Aquí somos gente normal y corriente, pero también hay empresarios, algunos viven en San Medel [una pedanía que pertenece a Cardeñajimeno y está situada al otro lado del río]», dicen ambos, claramente cansados de la etiqueta de comunidad adinerada que se les ha puesto y que ha provocado que los precios se disparen. “La cosa es, mira, “Te venden este pajar listo para tirar por 45.000 euros”, se queja. Entonces comienza una intensa conversación entre los miembros de la comunidad sobre el hecho de que no hay casas libres para alquilar.
En Idealista, los chalés oscilan entre los 139.999 y los 330.000 euros. En Fuentes Blancas, la urbanización a un kilómetro del centro urbano, el precio es aún mayor [llegan al medio millón]. Un control de seguridad no utilizado permite el acceso a la urbanización limitada, cCon un total de 64 viviendas unifamiliares de alta calidad que cuentan con instalaciones de pádel y tenis.
Es Cardeñajimeno desde hace años sin duda el municipio de moda. Tiene un centro de fitness, un centro cívico y un polideportivo [en proceso de acabarse]; Además, la administración de la ciudad financia todo tipo de actividades, como esquí o excursiones a la playa, por sólo tres euros para los empadronados. El pueblo dispone de farmacia, cajero automático para retirar efectivo y tienda, aunque los vecinos se desplazan a Burgos para compras mayores. Durante la semana vienen furgonetas que transportan vendedores de carne y pescado fresco y hacen mucho por los vecinos. “Siempre fue considerada una ciudad dormitorio, pero cada vez hacemos más actividades aquí y ya no es necesario ir a Burgos”, dice Carmen Montes, la alcaldesa, a quien todos conocen como Maika.
Según explica en el moderno y nuevo edificio del Consistorio, a la entrada del pueblo, el perfil medio del vecino es gente de «mediana edad con niños, aunque también hay gente mayor en el centro del pueblo». «Hay mucho médico y mucho sanitario, de hecho durante la pandemia teníamos uno de los mayores índices de movilidad. La verdad es que tenemos un nivel social y cultural elevado», admite la alcaldesa, que también se vino a Cardeñajimeno cuando explotó el municipio por los atractivos que ofrecía.
«Está al lado del parque natural de Fuentes Blancas y es el más pueblo de todos los del alfoz. Además, para venir aquí, no había que cruzar ningún polígono. Aquí se vive bien», sentencia la alcaldesa, cuyo ayuntamiento organiza actividades de spinning, aerobic y de mantenimiento para mayores, además de clases de inglés y robotics para los más pequeños. «Se paga una cuota simbólica, entre diez y quince euros; en el Ayuntamiento no tenemos dificultades», afirma la alcalesa, que añade que quedan pocas parcelas ya para construir, si acaso la zona urbanizable sub5.
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