Todo empezó hace un año con la entrega. En ese momento el ingeniero era de Burgos Manuel Lucio, Primo de Oviedo Maria buron, puso su cabeza a trabajar tratando de idear un sistema que le permitiera a su abuela hacerlo Felisa RomanoEl de 97 años se comunica con sus siete nietos, que se encuentran repartidos por Oviedo, Burgos, Bilbao y Madrid. El negocio no fue fácil: la abuela tiene graves problemas de audición que le impiden hacer una llamada telefónica, y también tiene problemas de osteoartritis que le impiden utilizar un teléfono móvil.
El resultado de exprimir el coco fue el «yayagram», una caja de madera con un botón rojo, un micrófono, ocho agujeros, uno para cada nieto y otro para comunicarse con todos al mismo tiempo, y una pequeña impresora.. El funcionamiento es sencillo: como si fuera una centralita de «Las chicas del cable», la abuela Felisa conecta un extremo del cable con el nombre del nieto al que le gustaría enviar su mensaje. Una vez que haya tomado una decisión, presione el botón rojo mientras habla por el micrófono.
Cuando suelta el botón, este proceso aparentemente tan analógico puede enviar una nota de voz que el nieto seleccionado recibe a través de la aplicación de mensajería Telegram en su teléfono móvil. Para responderle, todo lo que tiene que hacer es escribir un mensaje de texto que imprimirá automáticamente el «Yayagram» en papel para que la abuela Felisa pueda leerlo.
Lucio trabajó en el proyecto durante meses hasta que completó el «Yayagram» hace dos semanas.. “El primer mensaje que me envió fue para preguntar si ya habíamos comido. Y en el primero que le envié le dije que iba a pasear con los niños y le pregunté cómo estaba ”, recuerda el primer intercambio de mensajes con su abuela de Asturias, donde Felisa también tiene una hija y dos bisnietos.
“Fue un cambio radical en la forma en que nos comunicamos con ella. No oye casi nada y hasta ahora hemos conversado con ella con dificultad durante años. Últimamente nuestras conversaciones se han limitado a hablar del clima y poco más porque era casi imposible ”, dice Burón sobre circunstancias que hoy son muy diferentes. “Ahora nuestra abuela nos envía muchos mensajes y no solo podemos comunicarnos con ella, sino que también tenemos la oportunidad de dejarle lindos mensajes que quedan por escrito que ella puede leer cuando quiera”..
Lucio publicó el “Yayagram” y su historia en Twitter. El hilo en el que explica cómo funciona su invento cuenta los «me gusta» y los retweets por decenas de miles. «En cuanto vi cómo funcionaba me pareció algo brutal, pero nunca pensé que fuera tan importante», admite la nieta de Oviedo sobre los efectos del invento, del que la abuela Felisa tiene «plena conciencia»: «Ella está emocionada con todo esto». Fue contado por el «Yayagram».
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