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Hospital de campaña en Valencia | La sanidad empieza con el desmantelamiento del Hospital de Campaña de Valencia

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Dos operarios trabajan en el desmantelamiento del hospital. / LP

El ministerio es amenazado con una multa de 30.000 euros si no lo tumba de golpe por no tener licencia

SEQUÍA Valencia

El Ministerio de Sanidad ha iniciado el desmantelamiento del hospital de campaña instalado junto a La Fe. El departamento, que encabeza Ana Barceló, se enfrenta a una multa de 30.000 euros por parte del Ayuntamiento de Valencia si no se derriba a finales de marzo por falta de autorización.

Fuentes de Sanidad han justificado la retirada de la infraestructura donde se está desmantelando dada la negativa evolución de la pandemia. Además, según explican las mismas fuentes, la entrada en vigor del decreto que levanta la mayoría de las restricciones de estacionamiento coincide con la retirada de estos establecimientos tanto en Valencia como en Castellón y Alicante.

El hospital de campaña se anunció durante la primera ola de la pandemia para satisfacer la demanda de camas que amenazaba con saturar los centros de salud en ese momento. Pero su carrera ha estado rodeada de polémica.

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Desde un principio, el hospital de campaña se ha cuestionado su idoneidad para acoger a los pacientes con todas las garantías. Varios episodios de lluvia y viento dejaron claro que incluso en la tercera oleada, cuando los comedores y capillas de los hospitales se ocuparon para preparar camas, no se pensó en una alternativa realmente viable.

Esta instalación alberga a 26 pacientes que tuvieron que ser desalojados en enero de 2021 cuando la tormenta amenazó con derribarlos. Tras las quejas de la mayoría de los usuarios allí alojados en ese momento, se comunicó internamente que 20 pacientes serían trasladados a las instalaciones del antiguo hospital La Fe de Campanar “para mejorar su comodidad”. El resto de usuarios fueron dados de alta, y ahí terminó la hospitalización de pacientes de este recurso. Eso significa solo seis días de uso y una docena de ganancias

A partir de entonces, la tarea principal de este hospital fue realizar PCR y colaborar en la campaña de vacunación del personal clave (docentes y policías). El ministerio ya había encargado el desmantelamiento y la descarga de las tiendas de campaña gigantes, lo cual fue paralizante dado el aumento repentino en la incidencia de la variante Omicron en caso de que se requirieran las instalaciones, lo que no ha sucedido.

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Aunque son del Ministerio de Sanidad, siempre han defendido que servían para hospitalización de pacientes cuando era necesario. Desde la Generalitat trasladaron en la presentación que estas plantas están diseñadas para perdurar en el tiempo y tener las mismas ventajas que una obra de construcción desde el exterior, debido a la gran calidad de los materiales empleados, que permitieron aislar el interior. Incluso afirmaron que consistirían en contenedores desplegables conectados por túneles para un completo aislamiento del mundo exterior. Sin embargo, la lluvia y el viento demostraron que no era así.

Además, el hospital ha enfrentado problemas legales. Un informe del Ayuntamiento de Valencia, elaborado más de un año después de su construcción, confirma que se trata de una instalación ilegal. Otro documento técnico municipal pedía por tanto al organismo responsable que «legalizara» la instalación y la obra necesaria. Es decir, la solicitud de la licencia de obras y de la licencia de actividad se hizo valer tras comprobar que la instalación carecía de ellas.

Especialistas consultados por LAS PROVINCIAS en su momento explicaron que el hospital de campaña construido en Valencia también presentaba deficiencias en la climatización (ya que los equipos utilizados para la realización de los actos se instalaban en carpas), los recorridos y rutas de evacuación eran insuficientes, la cantidad de sanitarios y duchas eran inadecuados, especialmente los baños adaptados, y no había áreas de descanso para el personal.

La inspección de trabajo también verificó los defectos que tenía la vivienda, e incluso resultó que no había las plazas en la unidad de cuidados intensivos que preveía el contrato.

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Además, la construcción de esta infraestructura también ha creado un conflicto económico. El gerente de Hispano-Vema, José Antonio Navarro Moreno, empresa encargada de instalar estos tres dispositivos, ha tenido que reclamar el pago de más de ocho millones de los 15,5 millones que han costado las tres infraestructuras (las de Valencia junto con las que fueron aplicado). Castellón y Alicante).

El hospital de campaña también fue visto como protagonista de un incidente durante la vacunación de AstraZeneca por parte de los docentes. Y es que cuando se decidió dejar de vacunar las dosis de esta empresa por dudas sobre posibles efectos secundarios, la inmunización de este colectivo se detuvo de forma brusca.


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