La Junta de Andalucía acaba de dar luz verde a la Universidad Tecnológica del Atlántico-Mediterráneo (Utamed), la primera universidad en línea de esta comunidad autónoma, con un primer catálogo de titulaciones basado en las nuevas realidades digitales. Paco Ávila, presidente de Utamed, que aterriza de la mano de KKR y en la que participa Vocento, cree que la colaboración de esta universidad con el tejido empresarial y las universidades públicas representa un «ecosistema ganador» que reduce el paro y la innovación andaluza mejorará las empresas .
¿Por qué cree que es “urgente” la apertura de una universidad en línea en Andalucía?
–Porque hay un rezago histórico con respecto a otras comunidades. Hay universidades en línea en Madrid, Cataluña, Valencia, La Rioja… Muchas de ellas abrieron hace veinte o treinta años. Andalucía no debe quedarse atrás. Hay personas que quieren o necesitan reciclarse porque el mercado está cambiando, pero no tienen acceso a la formación presencial por cuestiones de tiempo o de trabajo. Y por ley, se deben realizar algunos exámenes presenciales. Esto significa que hay miles de andaluces que tienen que viajar a otras comunidades cada trimestre o semestre. Esto no es justo para ellos y además reduce la competitividad de Andalucía. Utamed viene a solventar este retraso histórico.
¿Cómo pretende competir con universidades tan consolidadas?
–Utamed no parte de cero, aunque lo parezca; Contamos con la experiencia de Grupo Medac – MasterD, la empresa de formación profesional líder en España con más de cien mil alumnos, la mitad de los cuales estudia online. Venimos de una tradición educativa muy fuerte. Y los fundadores conocen bien el sistema universitario español, pero también el mundo empresarial. Sinceramente creo que partimos de una posición más ventajosa que la mayoría de las universidades privadas que se han abierto en España.
–¿Cómo traduces eso que llamas “vocación técnica”?
–Todos los títulos, tanto de grado como de máster y direcciones de investigación, están adaptados a las nuevas realidades digitales. Y la formación no será puramente teórica. Tenemos la mejor tecnología educativa de Europa, llevamos muchos años construyéndola. Disponemos de un software de seguimiento de alumnos para garantizar un seguimiento individual y continuo. Y como universidad privada, no tenemos restricciones de contratación y nuestra carga burocrática es más ligera. Esto quiere decir que si queremos invitar talento que es demasiado caro para el público pero cuyo currículum o tradición investigadora nos interesa, podemos hacerlo. Y todos nos beneficiaremos de esto, empezando por nuestros estudiantes de doctorado. Porque quiero ser claro: nuestra intención es colaborar con la universidad pública, ir de la mano para desarrollar líneas de investigación y alimentar este corpus de conocimiento.
¿Esta investigación es aplicada?
– Habrá investigación básica e investigación aplicada, pero es cierto que nuestra idea debe estar muy cerca de la realidad, de las empresas. Queremos mejorar la capacidad de innovación de las empresas andaluzas, que sabemos que es baja según varias clasificaciones publicadas. Pondremos investigadores, recursos y talento al servicio de las necesidades de las empresas y allanaremos el camino para patentes y productos. Sobre esta base queremos construir una conexión entre las universidades públicas y privadas y el mundo empresarial. Suena como un ecosistema exitoso para nosotros.
– Insiste fuertemente en la necesidad de trabajar con la universidad pública.
– Nos necesitaremos unos a otros. Necesitamos su talento histórico, el poder de su capital humano, y ellos necesitan nuestra flexibilidad y nuestra velocidad. De hecho, los fundadores de Utamed vienen del público, hicimos nuestro doctorado allí, también en muchos casos como el mío con becas. Conocemos las ventajas de las universidades públicas, pero también sus debilidades. Hay espacio para complementarse, para trabajar juntos. No somos competidores, aunque esta visión no calza con los discursos que se alimentan de la fractura.
¿No es un riesgo que se meta un fondo de inversión?
–KKR es uno de los fondos mutuos más grandes del mundo y está comprometido a través de un Fondo de Impacto Social. ¿Qué significa eso? Pues tiene el deber de mejorar las sociedades en las que interviene. Es un fondo dedicado a contribuir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, por lo que les interesa la formación y especialización profesional. No tienes que mudarte en un momento específico, es una inversión a largo plazo. Porque también sabemos que la educación hay que pensarla a largo plazo.
– Como universidad privada, ¿cómo pretende hacerla asequible y no elitista?
– Los precios serán asequibles y financiaremos los pagos incluso sin intereses y destinaremos el cinco por ciento de nuestro presupuesto a becas. También estableceremos un departamento para investigar la situación de cada estudiante; Si un buen estudiante que, por la razón que sea, no puede pagar la matrícula quiere estudiar en nuestra universidad, puede hacerlo.
– ¿Cómo explica que el proyecto haya avanzado con informes contrarios?
–Son informes que no eran vinculantes. Todos los informes requeridos para la aprobación del proyecto, como los del Gabinete Jurídico, Consejo Económico y Social y Consejo Consultivo de la Junta, son positivos. Es cierto que durante el proceso recibimos informes que planteaban objeciones, pero las resolvimos en el camino. Modificamos la memoria para adaptarla a todas las demandas que se nos impusieron. Fue un proceso vivo en el que aprendimos muchas cosas. También me gustaría recordarles que hubo otros proyectos universitarios que fueron aplastados. No todo es progreso. Esto quiere decir que adaptamos el proyecto a lo que nos pedían. A veces estos informes eran negativos por cosas tan simples como no incluir un no sé qué tema porque pensábamos que aún no lo habíamos hecho. Bueno, nos preguntas y te enviamos el documento, eso es todo.
– ¿Qué papel jugará Vocento?
Es un socio estratégico. Contamos con licenciaturas en Periodismo, Comunicación Digital y Marketing Digital. Ir de la mano de Vocento será importante porque no queremos traer al mercado profesionales con conocimientos teóricos pero sin saber lo que significa el mercado laboral y la vida laboral real. Queremos que nuestros alumnos estén vinculados a las empresas para poder competir en el mundo real.
–¿Y cómo coserán esa brecha? Porque a veces hay profesores de periodismo, por ejemplo, que no han pisado una redacción en los últimos treinta años.
– Habrá profesores de tiempo parcial que trabajen y también enseñen, y luego profesores de tiempo completo que tengan experiencia profesional, porque toman en cuenta que, como decía, gran parte de la investigación es aplicada. En realidad todo es bastante lógico. Hay que dejar de mitificar. Venimos a sumar, no a restar.
– ¿Utamed tendrá alguna afiliación religiosa?
-NO. Sabemos que históricamente las universidades privadas vinieron de la mano de la Iglesia o de ilustres apellidos, pero no es así. Somos una universidad laica, aconfesional. Los fundadores de Utamed venimos del público, pertenecemos a familias sencillas y la ideología por supuesto tendrá esta impronta: sin ataduras religiosas, con libertad de pensamiento y de todo tipo.
– Como universidad orientada a la tecnología, ¿cómo enfrentará la dinámica de la realidad digital? Recientemente hemos visto avances en inteligencia artificial. El escenario en cinco años se ve completamente diferente. ¿Cómo montarán este caballo?
– Es como si no tuviéramos que subirnos porque es un caballo del que no nos vamos a bajar. Y no lo veo como una pelea. La disrupción tecnológica, como la causada por la inteligencia artificial en particular, es una bendición. Se debe aceptar la incertidumbre, que tiene mala reputación, pero hará que nuestra junta académica ajuste constantemente el contenido. No queremos títulos en una jaula, queremos un sistema vivo, programas que cambien constantemente y eduquen a personas que puedan competir y prosperar en un mundo tan volátil y en constante cambio.
– La facilidad burocrática de la que hablaba antes ayudará.
–Al no tener tanta mediación administrativa, podemos ser más flexibles. Porque si eres rígido en un mundo que cambia, estás perdido. La incertidumbre que nos gusta no nos hace mella. Las universidades no pueden ser estatuas de porcelana en medio de un río. Vivimos en una sociedad donde la tecnología lo cambia todo, lo destruye todo. Es una ola imparable. Y la única solución es montar esta ola. No podemos abrir puertas.
–¿Qué le ofrecerán a esta masa de trabajadores que acabarán siendo desplazados por la inteligencia artificial?
–Una oportunidad de formación, reciclaje y adaptación al mercado. Pero es algo que no podemos hacer solos. La sociedad debe darse cuenta de que si no hacemos nada, pronto tendremos un gran problema de desempleo. Los políticos también deben prestar atención a esto.
–¿Cuándo piensa abrir Utamed?
– La ley debe ser aprobada, debe haber un debate parlamentario. Creo que es razonable suponer que abriremos en septiembre de 2024.
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