Los altibajos del cuestionable pero creciente negocio de los desalojos
C. pegar
Las instrucciones de la cocina comercial, que ya había denunciado sin éxito a los okupas antes de la decisión de poner en marcha la empresa, exigían que los usurpadores tuvieran ingresos suficientes para alquilar una habitación y que el desalojo se realizara sin el menor uso de la fuerza.
No habrá ninguno de nuestro lado, respondió el dueño del mismo, quien dice tener una plantilla curtida en mil desahucios. Sabemos cómo actuar, qué decir y cómo convencer con palabras, añade. En caso de agresión llamamos a la policía.
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