VibMilk
Robert Klatt
VibMilk puede detectar con teléfonos inteligentes normales si la leche envasada que aún no se ha abierto todavía está fresca. La tecnología está destinada a ayudar a reducir el desperdicio de alimentos.
Sídney (Australia). Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alrededor del 20 por ciento de los productos lácteos producidos a nivel mundial se desperdician, la mayor parte de los cuales es leche desechada. Investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) han desarrollado la tecnología VibMilk, que utiliza el motor de vibración de un teléfono inteligente y una unidad de medición inercial (IMU) para detectar si la leche todavía es potable sin tener que abrir el paquete.
“Se puede oler o saborear si la leche está mala, pero para ello es necesario abrir el envase. Sin embargo, esto expone la leche a las bacterias, lo que acelera su carácter perecedero. VibMilk no es invasivo y permite comprobar la frescura de la leche sin romper el sello”.
Según los científicos del profesor Wen Hu, ya existían métodos para comprobar de forma no invasiva la frescura de la leche sellada. Lo especial de la nueva tecnología, sin embargo, es que por primera vez no se necesitan dispositivos especializados, sino que casi todos los teléfonos inteligentes pueden utilizarse para este fin.
Propiedades físicas de la leche.
La leche se echa a perder debido al crecimiento de bacterias, lo que hace que los niveles de lactato aumenten y los niveles de glucosa disminuyan. Esto transforma el alimento de un coloide a una mezcla de quark, suero y agua con diferentes propiedades físicas, incluidas densidad, viscosidad y tensión superficial. Estos cambios, a su vez, conducen a diferentes respuestas a las señales de vibración, que pueden usarse para determinar la frescura.
VibMilk emite señales de vibración en la leche a través del motor de vibración del teléfono inteligente, que luego son detectadas por el sensor IMU. Luego, la inteligencia artificial (IA) analiza las señales y clasifica la leche en función de 23 valores de pH. En experimentos con cuatro teléfonos inteligentes normales, el sistema logró una precisión promedio del 98,35 por ciento en la determinación del pH y una precisión del 100 por ciento en la detección de si la leche aún está fresca.
Los datos de consumo son inexactos.
Según el profesor Hu, el nuevo sistema puede ayudar a reducir el desperdicio de alimentos porque la fecha de caducidad no proporciona información suficientemente precisa sobre si la leche ya es light. Por lo tanto, la leche cuya fecha de caducidad ya ha pasado se suele desechar aunque todavía sea potable.
“La fecha de caducidad es más una indicación que una fecha de caducidad definitiva. Al determinar estos datos, los fabricantes hacen suposiciones sobre factores como la temperatura y la duración del almacenamiento, que se basan en los peores escenarios. Si la leche se almacena en las condiciones adecuadas (por ejemplo, temperatura), es seguro consumirla incluso unos días después de la fecha impresa. Sin embargo, si este no es el caso, es posible que la leche ni siquiera dure hasta esa fecha”.
Para seguir desarrollando la tecnología, el equipo planea estudiar cómo los diferentes materiales de embalaje afectan las señales de vibración a medida que las señales viajan a través del embalaje.
“Incluso si nuestros métodos anteriores producen buenos resultados, no podemos garantizar que funcionen también con productos de otros fabricantes que utilizan materiales diferentes. Por lo tanto, antes de que los consumidores puedan adoptar ampliamente esta tecnología, debemos trabajar con más fabricantes”.
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