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La obra que encargará el Ayuntamiento de Nacho Cuesta tiene como objetivo sentar las bases de la tan esperada restauración y rehabilitación del casco antiguo. El proyecto tiene como objetivo recoger información actualizada sobre la situación de los edificios y espacios públicos, el estudio de las conexiones con el resto del tejido urbano y los valores de protección existentes, así como el análisis de las distintas propuestas de intervención que se han publicado hasta el momento. . Esta primera fase de la recuperación de la zona será uno de los pilares de una consulta pública para recoger sugerencias para que el barrio dé una segunda vida al centro histórico de la ciudad. Este estudio también analizará la posibilidad de que parte del trabajo sea financiado con fondos europeos. El trabajo preliminar tiene como objetivo sustentar la propuesta en la que se basará el futuro plan especial al inicio de su tramitación administrativa. Desde el urbanismo, señalan que este «instrumento urbano» es «absolutamente necesario» para poder actuar en esta zona sin tener que solicitar el permiso permanente del principado a través de la herencia, ya que en el antiguo coinciden distintos grados de protección. pueblo.
Nacho Cuesta señaló ayer que la idea es “proponer un plan especial que examine a fondo el estado general del casco antiguo y sus posibilidades. Con el fin de analizar el estado de las edificaciones, formular propuestas de dinamización, asentamiento de la población y consolidación de actividades con el fin de establecer una conexión con el tejido urbano potenciando los diferentes valores y convirtiéndolo en un espacio único del ciudad. “Tener un marco que permita a diferentes proyectos remar en la misma dirección. Como espejo en el que mirarse, el consistorio tiene otras ciudades de España “que han sabido recuperar su parte antigua y convertirla en un atractivo turístico lleno de actividades cotidianas. Necesitamos un mapa de la ciudad para la reurbanización del casco antiguo que se enfoque en su renovación y restauración funcional y siempre cumpla con los principios del desarrollo urbano sostenible. »
Actualmente, el casco antiguo se ha liberado de la población residente y su escasa actividad se concentra en el mercado, catedral y manzana de El Fontán. El resto del casco antiguo se limita a hoteles y vida nocturna. Las regulaciones actuales de la ciudad no hacen nada para revitalizar este ambiente. El texto consolidado del plan general de 2006 refleja el plan especial aprobado en 1992 y ampliado por última vez en 1996 para la mejora y renovación del casco antiguo. La idea del urbanismo es crear un plan nuevo y más moderno que le permita responder a las necesidades actuales de la región y la ciudad.
Aparte de los planes urbanísticos, El consistorio comenzará sus funciones en el Antiguo la próxima semana cuando comiencen las obras de la muralla medieval. Una reforma encargada en 2017 pero paralizada por la renuencia del arzobispo a afrontar una intervención que «robó» la intimidad de la casa sacerdotal al proyectar la retirada de un solado de ladrillo y cemento. Las negociaciones de los últimos meses han dado como resultado una restauración del mínimo, por lo que la idea original de restaurar el Paseo de Ronda en la valla medieval de la calle Paraíso ha quedado paralizada.
Los treinta años de ruina de Santa Ana, el «martillo» abandonado de la iglesia
Los proyectos del centro histórico están provocando retrasos. La caída del «martillo» de Santa Ana es la más sangrienta. La propiedad de la iglesia ha sido parte de un baile de informes, dibujos y archivos durante treinta años.. La primera solicitud de licencia municipal para construir un edificio entre las calles Santa Ana y Canóniga fue realizada en 1991 por el arquitecto Manuel Calvete en representación de la Arquidiócesis. Fue entonces cuando las ruinas de los cuatro cantones deberían disolverse hace cientos de años. Años de los que solo había un proveedor a principios del siglo pasado. A pesar de las objeciones del Ministerio de Cultura, la Arquidiócesis inició la construcción de un nuevo edificio en 2001. El edificio, que nunca se terminó, ya era -siempre en papel- la sede de Cáritas, la escuela de música o el museo relicario. En 2007, incluso se firmó un convenio con el ayuntamiento, pero no se llevó a cabo ningún proyecto. Con el tripartismo, la iglesia quería salvar su plano original de casas y oficinas, incluido un apartamento para el arzobispo en el piso superior, pero la licencia había expirado.
Ahora el arquitecto Daniel Cortizo se ha levantado el guante y la reforma del «martillo» es «inminente» como lo es desde hace treinta años. La semana pasada incluso los bomberos tuvieron que intervenir porque hubo deslizamientos de tierra en las paredes destartaladas de la propiedad que ahora se usa como estacionamiento. En teoría, el proyecto ha estado «casi terminado» durante meses, pero la iglesia aún no lo ha presentado al ayuntamiento para comenzar a trabajar. Los vecinos, por su parte, proponen convertir la propiedad en un parque público, aunque esto se aplica a la duración del «intermedio» de un proyecto en el que la luz no se agota.
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