Galicia

“Tengo derecho a ser atendido”

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Varias personas entran en la sede de la Xunta en Vigo. M.MORALEJO

En los últimos días y tras las denuncias de los ciudadanos la administración comenzó a flexibilizar las restricciones de acceso a sus servicios y que son de la pandemia. No se entendía que ciertas medidas siguieran vigentes cuando la situación sanitaria era completamente diferente. Sin embargo, a pesar de la disminución de los requisitos para el nombramiento, la relación entre los ciudadanos y la administración todavía no es satisfactoria para los ciudadanos de hoy. La Voz puso a disposición de sus lectores un buzón para que intercambiaran ideas Tus problemas con los trámites administrativos.

Alicia Loureiro

«La cita previa es una broma». Después de llamar desde tres teléfonos durante tres días para conseguir una cita para la emisión de la Tarjeta Sanitaria Europea, solo pudo hablar con un funcionario el cuarto. Lo que le dicen a Lorenzo es que no hay agujeros. “Entonces decido ir personalmente a la administración. Llegas y el de seguridad te dice que no te puedes ir sin cita”, continúa. Y para conseguir tu turno en persona, te dicen que te presentes a las nueve de la mañana, pero no te garantizan que te llegue. “La cita previa es una broma”, concluye. Algo similar sucedió con Montserrat Arias, que no pudo gestionar la tarjeta por internet ni por teléfono.

luis gonzales

«¿Es una broma?». Para este santiaguero, no tiene sentido que cualquier ciudadano acuda a la administración a preguntar cualquier duda y como mucho les dé varios números de teléfono para conseguir «la ansiada cita previa». ‘Te cansas de llamar cinco, diez, veinte veces y nadie contesta esos números. ¿Es una broma?», dice.


Carmen Martín

«Gracias por revocar la cita previa.» Este ciudadano comienza el relato centrándose en el trato que reciben las personas que ingresan a la administración, algunos mayores, otros con alguna discapacidad y “casi todos desconocen los trámites administrativos”. “Sería bueno que las empresas de seguridad capaciten a su personal sobre el trato que deben dar. La verdad es que es doloroso», explica. También pide que el personal de seguridad de los edificios de la administración sea consciente de que “no son funcionarios y por tanto hay decisiones que no pueden ni deben tomar”.

ramon garcia

«La solución: Ir a una consulta.» La mujer de Ramón tuvo que avisar a la Seguridad Social. “Trató de sacar la cita por teléfono que le dieron y a los tres minutos de contestar preguntas en el lugar le dicen que no es posible conseguirle cita”, explica. Lo mismo sucedió en línea. Así que ambos decidieron ir a la oficina de Catoira. “Un guardia de seguridad nos negó el acceso porque no teníamos cita. La solución: Acude a un centro de asesoramiento para recibir una notificación sencilla. Es decir, la mujer de Ramón García, pensionista, tiene que pagar por este servicio.


josefa gomez

«Tengo derecho a ser visitado por un funcionario». No pudo comunicarse con el Seguro Social. “Fui a una oficina a pedir cita y fue peor el fármaco que la enfermedad”, explica. Y comienza a contar su experiencia: “El vigilante se cree un oficial cuando su trabajo es actuar en caso de problema, no llevar el DNI o la tarjeta sanitaria, ni decirte que marches si no lo haces. A veces no hago esto. Me toca a mí”. Y Josefa Gómez concluye: “Como ciudadana que paga sus impuestos, creo que tengo derecho a que me visite un funcionario”.

paula ares

«Espero que todo cambie». No entiende cómo en ciertos organismos públicos hay funcionarios que no atienden a nadie, “sin la carga de la gente, y llega alguien sin cita y les dice que no lo van a atender”. En los peores momentos de la pandemia, explica Paula Ares, la medida de la cita previa era lógica. «No quieren trabajar en este momento. Ojalá todo cambie excepto que tengamos otra pandemia otra vez o una causa extrema”, concluye.


manolo iglesias

«Es imposible hacer una cita». Este ciudadano de Santiago explica que es imposible conseguir un turno en las oficinas del seguro social. “Nadie contesta el teléfono, no puedes hacer una cita en persona, y un guardia de seguridad hace de filtro y controla las citas, no siempre en el buen sentido”, dice.

María Teresa Cereijo

«Deberían hacernos la vida más fácil». Para Cereijo, la administración no debe cargar a los ciudadanos con la «tediosa tarea» de conseguir una cita, ni con «la feliz obsesión de pedir papeles y más papeles». «Deberían hacernos la vida más fácil», dice.






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