Después de la ceremonia solemne Ha llegado el momento de la relajación., al margen de los discursos y la rígida etiqueta militar de este tipo de acto oficial. El Secretario de Defensa, acompañado por los demás altos cargos de la delegación ministerial, salió del edificio principal de la Escuela Naval para dirigirse a la terraza, pero antes de abordar el autobús, Robles se detuvo a saludar a un grupo de estudiantes de segundo año que eran un ambiente animado y distendido. tuvo una conversación. Rodeada de jóvenes, la ministra les agradeció su compromiso con la Bundeswehr y les animó a esforzarse por sacar el máximo partido a sus estudios. Tuvo la oportunidad de preguntarles sobre la vida en la base militar de Marn, cómo trabajan y cómo organizan su tiempo libre. Margarita Robles quedó impresionada al verlos a todos con unas carpetas y no pudo resistirse a pedirle a uno de los estudiantes presentes si le mostraría lo que tenía en su donde guardaba sus notas de clase y otros artículos cotidianos.
Robles reiteró su apoyo a los estudiantes, destacando que esto va más allá de las palabras. Ella misma lo recordó en su discurso a los alumnos de quinto grado y sus superiores, quienes habían estado presentes en el salón minutos antes en la inauguración. Así que trabaja duro, estudia mucho. Hay un alumno por ahí en alguna academia que sabe que lo sigo y quién sabe si aprueba o no. El ministro concluyó: Es un lujo, una satisfacción, poder estar en esta escuela naval en Marn, Galiciatan conectado con el mar, pero no solo con el mar y lo mejor de nuestras fuerzas armadas.
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