Riera (CUP) insta a Aragonès a afrontar el voto de confianza «cuanto antes».

Tras el cambio al frente del CNI, ve “un tono progresista en la Generalitat y en ERC”.

BARCELONA, 16 de mayo. (PRENSA EUROPA) –

El diputado de la CUP y tercer secretario de la mesa parlamentaria, Carles Riera, ha pedido al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que pida «cuanto antes» el voto de confianza que acordó con su fundación en el Acuerdo de Investidura y ha adelantó que hoy no tendría el apoyo de los «cupaires».

«Si Aragonès ha cambiado de rumbo y ha decidido no honrar el acuerdo de investidura, debe afrontar el voto de confianza», ha reclamado este lunes en una entrevista con ElNacional.cat recogida por Europa Press.

Riera ha asegurado que en estos momentos «no hay un 52% en el Parlament de Catalunya a favor de la independencia porque el Gobierno de las juntas y ERC no está desarrollando una agenda independentista o de autodeterminación», y ha asegurado que el PSC sí lo está haciendo ahora el principal socio parlamentario del ejecutivo catalán.

Ante la pregunta de si la Generalitat estaba actuando con suficiente contundencia en el caso Pegasus, respondió que no y que el Gobierno tuvo que suspender las relaciones políticas e institucionales con el Estado: «Estamos observando con mucha preocupación una progresiva bajada de tono en de la Generalitat y en ERC del relevo al frente del CNI».

Sobre la investigación por un presunto fraude contra la presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha dicho que están a la espera de la apertura de la audiencia para conocer el fondo del asunto, la acusación y la defensa y que decidirán actuar como «el el ‘no’ a la represión y el ‘no’ a la corrupción desde el principio».

Refiriéndose a las negociaciones en la mesa parlamentaria sobre la regulación de las dietas de los eurodiputados, aseguró que eran el único grupo que había hecho una propuesta y que también habían preguntado a los servicios jurídicos del Parlamento cómo proceder para renunciar a ellas, sin respuesta. .

CATALÁN

Riera ha defendido la propuesta de la CUP de reformar la ley de política lingüística para estipular que solo el catalán sea lengua vehículo, siguiendo el veredicto del 25%: «Sabemos que nuestra propuesta nos enfrenta al TSJC y al TC, pero no estamos aquí para hacer que el Parlamento se adhiera a la represión pero defienda los derechos sociales, civiles y políticos».

Refiriéndose al acuerdo entre PSC, ERC y Comuns -del que finalmente ha dimitido Junts- ha defendido que «lo que no se puede hacer es conseguir un consenso mayoritario en el Parlamento que vaya en contra del consenso mayoritario de la sociedad», que es lo que en su inmersión de opinión es.

Según él, se trata de un acuerdo «muerto, de pasillos, despachos y fiestas» que presupone la tesis principal de la sentencia del TSJC, que es que el castellano se vuelve vehicular, aseguró.