Desde pequeña supo que el diseño de moda era su pasión. “Cuando estaba en el colegio y un profesor nos pidió que hiciéramos una tarjeta de presentación con la profesión que pensábamos que tendríamos en el futuro, puse diseñadora”, recuerda Emma Prieto.
Con una madre y dos abuelas sastres, la suya, además de su vocación, es una tradición familiar. «Yo nací y me crié cosiendo, hacía ropa para mis muñecas mientras ellas cosían». Al terminar el bachillerato estudió Diseño de Moda y luego abrió su propio laboratorio. “Lo hice en la Avenida de la Vera gracias a la ayuda de mis padres; allí empecé a hacer mis creaciones y a venderlas, luego en la Calle del Rey y luego en Coria». Hasta la llegada del covid. “Hice vestidos de mujer específicamente para eventos, y eso lógicamente terminó de la noche a la mañana”, dice. Y no solo cuando el coronavirus entró en nuestras vidas, “sino muchos meses después, porque las celebraciones de todo tipo están suspendidas desde hace tiempo”.
Por eso, aclara, “tuvo que reinventarse”. Buscar otras fórmulas para seguir trabajando y viviendo de la moda, las que siempre ha hecho desde que terminó sus estudios en 2011. Es por eso que durante los meses de la pandemia amplió y diversificó sus creaciones, cuando en esa búsqueda por adaptarse a cambios forzados, Emma ha encontrado el producto que ahora le está ayudando a tener éxito: una chaqueta de torero.
“Como el mundo del toreo me fascina e inspira, se me ocurrió la idea de hacer el traje chaqueta pero adaptado a la mujer y a un precio más accesible”. Y se pone manos a la obra: «Usé impresión digital; Pasé una foto de una chaqueta de torero al ordenador y la adapté a un patrón de mujer que envié a la fábrica’. Allí hicieron el estampado en la tela y luego ella se encargó de cortar, coser y armar la chaqueta. «Y colocar todos los adornos necesarios para crear los relieves». En total, en cada prenda, más de 300 piedras cosidas a mano y nueve metros de madroño, “cortando cada ovillo y cosiendo uno a uno incluso a mano”.
El primero que hizo se publicó en su sitio web casi al instante. «Y los pedidos han comenzado a llegar y ahora están aumentando, así que estoy muy feliz».
En su éxito, señala Emma, también tuvo mucho que ver su amiga Miriam Martín. “Cuando me mostró la chaqueta me gustó mucho y le pedí una”, dice. Pero no solo. «Trabajo como modelo y le propuse a Emma contactar con mi agencia y hacer una sesión de fotos con otras modelos para publicitar su producto; porque es una buena estilista que valora lo nuestro”, explica Miriam, hija de Victorino Martín y nieta del famoso criador fallecido.
“La campaña está dando excelentes resultados porque es una prenda llamativa y muy ponible”, comenta la modelo. Es la chaqueta de torero que diseñó Emma en plena pandemia y que hoy le da alas.
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