Extremadura para mujeres
Desde 2019 es vicepresidente de la Confederación de Empresas Turísticas de Extremadura
Desde 2019, Pilar Acosta (Mérida, 1964) es emérita de nacimiento y de Cáceres por adopción, vicepresidenta de la Confederación de Empresas Turísticas de Extremadura (Cetex). Un puesto que la sorprendió tras muchos años de trabajo en una profesión a la que la llevó el destino. Pilar cuenta haber vivido tres vidas; docencia, qué le dio el sector inmobiliario y qué le ofrece el turismo. Estas son las áreas donde su corazón la ha llevado, porque Pilar es una mujer de sentimientos.
Con la muerte de su padre, dejó de prestar atención a la razón para prestar atención a sus afectos. Dejó su trabajo en el Colegio Francisco Pizarro de Trujillo, donde ejerció como educadora social -forma parte de la primera promoción de estos profesores en Extremadura- para liderar la empresa familiar, Inmobiliaria Viassa.
Biográfico
Tiene 57 años. Está casada y es madre de dos hijos. Nació en Mérida, pero el trabajo llevó a su padre a Cáceres, ciudad donde vive desde los siete años.Educación
Estudió en el colegio Las Josefinas de Cáceres y en el instituto El Brocense. Posteriormente se formó en Magisterio en la Escuela de Formación de Cáceres.Profesionales
Trabajó como educadora social en el colegio Francisco Pizarro de Trujillo. A la muerte de su padre, dejó su trabajo como educadora para dirigir el negocio familiar, la inmobiliaria Viassa. Actualmente es directora del Gran Hotel Don Manuel y vicepresidenta de la Confederación de Asuntos Turísticos de Extremadura.
La pasión por su familia y la responsabilidad que sentía hacia ellos la llevaron a convertirse en la primera mujer en España en presidir una empresa constructora. Lo hizo porque le agradaba y porque ser la segunda hija de una familia de seis la hacía responsable de la situación. Ella era la única que ya había terminado sus estudios.
Le resultó difícil adaptarse a un mundo de hombres en el que las mujeres no ocupaban puestos de responsabilidad.
Cuando reemplazó a su padre, tenía 27 años y no tenía experiencia en la industria, confiando solo en la genética heredada de su padre y abuelo para el negocio y el apoyo de su familia y esposo. A su deseo añadió la formación obtenida en la Escuela de Negocios San Telmo donde ahora es miembro del Consejo Asesor.
Como mujer fue muy difícil adaptarse a un mundo de hombres, ya que eran ellos quienes ocupaban puestos de responsabilidad. Lo normal en las pequeñas empresas constructoras era que las mujeres se ocuparan de las finanzas y en minoría se encontraban con técnicos y arquitectos en las obras. Su inquietud, las ganas de aprender y la necesidad de seguir creciendo le hicieron expandir su negocio y comenzó a fletar barcos para el transporte de cemento a países como Congo y Argelia.
Lo más doloroso para Pilar fue la crisis del ladrillo. «No es fácil vender el negocio familiar por el que lo diste todo», dice. Fue muy doloroso para ella vender la empresa de su padre, aunque lo peor fue despedir al equipo de trabajadores. Recuerda esta crisis como buena gestión porque antes de vender la empresa terminaron de construir 450 viviendas.
turismo
La tercera vida de Pilar es la del turismo. Con la recesión económica se ha reinventado y ha puesto en marcha el famoso dicho «Cuando una puerta se cierra, se abre una ventana». Son muchas las ventanas que ha abierto Pilar en el Gran Hotel Don Manuel, que construyó en Cáceres y del que es directora. El nombre de la instalación es un homenaje a Manuel, el hermano de Pilar que murió en un accidente de coche.
Al igual que su gerente, este hotel es pionero en cosas como la obtención del certificado de responsabilidad social corporativa. Es el primer hotel de la región que respeta los valores de sostenibilidad. “Los pilares de mi formación se basan en devolverle a la sociedad algo de lo que te da”, dice. Acosta tiene claro que hay mucho que trabajar en Extremadura porque es una región privilegiada de la península ya que está ubicada entre dos capitales europeas como son Madrid y Lisboa.
El interés por promover y mejorar las características del turismo regional lo ha hecho pertenecer siempre a Cetex. El cargo de vicepresidenta de la confederación, que ocupa desde hace dos años, fue una sorpresa para ella. En ese momento, la organización está trabajando en un proyecto con la intención de situar el turismo extremeño en lo más alto.
Acosta forma parte del equipo que trabaja para hacer realidad lo antes posible el Corredor Ibérico Sudoeste Madrid-Lisboa. Cree que es el futuro del turismo en Extremadura. En su opinión, esta iniciativa solucionará uno de los grandes problemas de Extremadura: las comunicaciones. “Tenemos riquezas culturales, naturales y gastronómicas; falta el tren.
La vicepresidenta de Cetex se sitúa en la costa mediterránea para llevar el turismo a Extremadura en el futuro, por lo que es la responsable del proyecto budista que se instalará en Cáceres. Será la estatua de Buda más grande del mundo (60 metros de altura), lo que pondrá a la ciudad y a la región en el centro de atención internacional.
Acosta ha sabido abrirse camino en diferentes sectores y dice que si hubiera tenido otra cuarta vida, habría sido médico. Asimismo, entre sus inquietudes de futuro está su título de abogado, que inició antes de dirigir la empresa familiar. Pero sus planes más inmediatos son ampliar el Hotel Don Manuel, quién sabe si en la región o fuera.
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