Pierdo el Oremus en tenis

– Llevas años ocupados.

– Comencé mis estudios en 1967, fue un curso muy animado porque la universidad se declaró en huelga antes del mayo francés. Se debió a un conflicto en la facultad de ciencias con un movimiento muy poderoso. Eso me atrapó como un novato, por lo que no tuve un papel en ese movimiento. Pero en los siguientes cursos tuve dos actividades que pueden estar relacionadas con este brote: editar una revista llamada Dilogo. Y luego las actividades teatrales. Yo era el director de un grupo llamado Gelmrez y gané el título de mejor director de distrito dos años seguidos. Y sé que he hecho algunas cosas aventureras, como el estreno en España de dos obras de Max Aub. Y también montó a Bertold Brecht.

—Eres un gran aficionado a los viajes, ¿qué lugar te fascinó y adónde te gustaría volver?

«Hay uno muy especial, Vzelay Abbey en la Gran Bretaña francesa». Es una puerta de concentración para los peregrinos franceses, con una magia y un aura distintiva. Pero aparte de eso, soy un amante total de América Latina y tengo muchos lugares favoritos. Aunque la ciudad es Buenos Aires. Siempre digo: si alguna vez me pierdo, búscame en Buenos Aires.

«Muchas personas con grandes carreras se arrepienten de no haberle dado más tiempo a sus familias». ¿Alguna vez se te ocurrió esta idea?

«Admito la posibilidad de que mi esposa y mis dos hijos sintieran esta ausencia en algún momento, aunque no me lo dijeron directamente». Pero nunca he tenido remordimientos de conciencia, salvo por estar ausente en ocasiones especiales y por motivos legítimos. En esto estoy en paz conmigo mismo.

«¿Celta o Dpor?»

– Atentamente, Sporty, pero eso de ninguna manera significa disgusto por el Celta. Siempre estoy feliz por tus éxitos.

«¿Sigues el fútbol, ​​los resultados …?»

«No soy un fan». Mi deporte es el tenis, por eso estoy perdiendo mi Oremus. Aunque me interesa el fútbol. A veces tengo la impresión de que es una de las cosas más dignas y estéticas de ver en televisión.

«¿Fútbol americano?»

-S.S

«Dicen que el interés está menguando».

-Quizás. He dedicado muchos años a la docencia y nunca he sentido un gran impulso por el fútbol, ​​salvo en un caso en el que, como decano de filología, un grupo de alumnos vino a hablarme porque tenían un equipo de fútbol en la liga facultativa y estaban una situación muy precaria en la universidad. Me ganaron cuando me dieron el privilegio de formar un equipo de fútbol masculino en una universidad donde casi todos los estudiantes eran mujeres. Eso me convenció y compramos un dispositivo. Tengo una foto de Florentino en mi oficina filológica.

«¿Todavía juegas al tenis?»

-HH Empecé cuando tenía 15 años con el fenómeno Santana, Copa Davis, Arilla y las dos finales que se perdieron en Australia. Tuve la suerte de conocer a un profesor de tenis desinteresado y generoso en Lugo, Jess Sánchez, quien falleció recientemente. Aparte de lo que me enseñó, me utilizó como compañero de entrenamiento. Seguí jugando con algunas interrupciones. Incluso en Estados Unidos, Portugal …

«Una carrera paralela».

– Tuve dos accidentes que estuvieron a punto de interrumpir mi tensa carrera a costa del tenis nacional. Hace once años en un accidente de tráfico muy grave en el que me rompí las dos piernas, una mano, la clavícula y varias costillas … Los médicos me dijeron que no volvería a jugar al tenis, pero al año estaba en el gimnasio. seguir. Y el año pasado me fracturé el codo izquierdo mientras jugaba al tenis. Tuve que operarme, pero he vuelto a jugar porque no soy zurdo.

«Dime algo que te disguste.»

«El sectarismo es algo que me revuelve el hígado».

«¿Piensas en la muerte?»

«No lo hizo de ninguna manera especial». Pero ahora lo sé, desde que tengo 70 años, es como si me hubiera saltado un clic y empecé a pensar en ella. Y sobre todo, me impresionó mucho la muerte de un amigo de mi alma hace un año: Jos Ramn Prez Nieto. Realmente me conmovió.

«Se dice que los creyentes mueren más pacíficamente».

“Hay gente que dice muy cínicamente que es mejor creer, porque si hay algo, estás dentro, y si no hay nada no pierdes nada”.

«¿Dónde estás?»

«No soy antirreligioso y no me definiré como ateo». Este es un gran acertijo que, como tantos otros, no he podido resolver ni creo que lo resolveré jamás. Cuando llegue el momento, me uniré a los estoicos.

«¿De que estás asustado?»

«Puedo decir sin alardear que no soy una persona temerosa o que estoy presionado por un miedo que podría apoderarse de mí». Si es así, temería el sufrimiento de los más cercanos a mí.

«¿Cómo está la cocina?»

– No puedo presumir de eso, pero incluso sin presumir, me hubiera gustado haber notado que tengo una especialidad; Hay un plato al que me subo, es el melón con jamón.

-Ja ja. Creo que el secreto aquí está en los ingredientes.

– Te ríes mucho, pero no es tan fácil como crees. Hay muchos componentes y el secreto del chef definitivo, en este caso, el mío.

«¿Y cómo baila?»

-Fuente. Siempre me ha gustado bailar. Juan Cruz dice que siempre llevo corbata, pero cuando tengo la oportunidad, seré el primero en bailar.

«Permíteme una última curiosidad: ¿vas a comprar tu ropa?»

– Básicamente mi esposa, que tiene mucho gusto y conoce mis gustos, se encarga de eso.

Y lo permitimos. Va a la calle Vilar y yo sigo pensando en cuánto tiempo hace que oigo hablar del melón y el jamón.