Una vez más, los vecinos de la Plaza de Pascual Veiga en Santa Marta se encontraron con la desagradable sorpresa de que en la zona hubiera jeringas usadas y abandonadas. Un problema que, según informa este diario, ya habían denunciado reiteradamente a las autoridades sin que aún se haya encontrado una solución.
El asunto es grave ya que se trata de una sala cercana a un centro educativo donde juegan muchos niños del vecindario en su tiempo libre. Por tanto, el riesgo de picadura con una de estas jeringas es muy alto.
Y no es la única zona afectada del barrio, pues también se han encontrado residuos de este tipo en las inmediaciones de la guardería y en otros lugares de las avenidas de Bilbao y Barcelona.
La presencia de focos de venta de drogas en las inmediaciones del barrio ya había sido alertado por vecinos de la localidad, quienes incluso señalaron diversas acciones policiales en la zona, pero dentro de determinadas operaciones, no con mayor vigilancia, como se afirmó, para evitar tales fenómenos. Una de las últimas acciones tuvo lugar este mes con hasta ocho vehículos policiales en la región.
Sin embargo, piden una mayor vigilancia para abordar el problema, que parece difícil dada la falta de personal de seguridad tan a menudo denunciada por los dirigentes sindicales.
Por ello, han anunciado su intención de solicitar una entrevista con el alcalde para expresar los problemas del barrio y, además de pedir mejoras en el mantenimiento, para buscar una solución definitiva a los problemas de seguridad registrados, como ha denunciado recientemente As A Neighbor EL CORREO GALLEGO: “Vivimos rodeados de jeringas” que aparecen no solo en espacios públicos sino también privados como puertas y entradas de garaje a bloques de departamentos.
levantar. Ante esta situación, solo es posible avisar a los responsables de la empresa de limpieza para que puedan retirar la jeringa y así evitar el riesgo a las personas. De hecho, explican, el que se puede ver en la foto fue recogido por los operadores con un contenedor especial para este tipo de residuos, que, si normalmente ya es peligroso, está mucho más en la pandemia actual.
Asimismo, y como consecuencia de los mismos problemas, se han registrado varios delitos en el entorno, especialmente en áreas comerciales, desde farmacias a gimnasios pasando por tiendas de hoteles, pero también en domicilios particulares, lo que ha llevado a muchos municipios a incrementar las medidas de seguridad y alertar. residentes, para asegurarse de que las puertas y entradas del garaje estén cerradas y no se abran a extraños.
De hecho, habían denunciado la intrusión de personas en los garajes de las casas no solo para robar vehículos estacionados sino también para ingerir drogas, especialmente durante el período de detención cuando el movimiento de personas y vehículos era muy reducido, y podían sentirse cómodos. en ellos.
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