Pedro Salguero, quien era el gerente de la Festival de Mérida entre 2008 y 2011 niega irregularidades en su gestión. El fiscal le pide una pena de prisión de nueve años por los delitos de malversación, prevaricación y ocultación de documentos públicos.
El tramo Mérida del Audiencia Provincial de Badajoz Desde este lunes acoge el juicio, que fue suspendido el año pasado. Durante casi tres horas, Salguero ha ido respondiendo a todas las preguntas de las acusaciones y defensas.
Parte de los hechos que se le atribuyen ya han sido resueltos en una sentencia en su contra de Tribunal de cuentas. El fiscal ahora reclama su responsabilidad penal.
Salguero fue jefe de la administración del Festival de Mérida con funciones directivas entre febrero de 2006 y marzo de 2008. En abril de ese año fue nombrado gerente, cargo que compaginó con el de gerente de la Fundación Orquesta de Extremadura. Permaneció en el cargo hasta octubre de 2011, cuando dimitió tras la victoria del PP en las elecciones autonómicas de ese año.
La Fiscalía lo acusa de tener dinero público para emitir órdenes de pago directo, emitir facturas, pagarés, cheques y transferencias bancarias a diversas empresas sin trámite y eludiendo mecanismos de control.
La Fiscalía se centra en varios hechos concretos. En 2007, pagó 24.000 € a una empresa sevillana que conocía de su anterior trabajo. La Fiscal afirma que no ha prestado ningún servicio y que se ha omitido cualquier procedimiento de contratación. Salguero dijo que era un avance para trabajar en un proyecto de recolección de agua. Asientos del teatro romano. Nunca se ejecutó y fue imposible recuperar el dinero después. «Fue una estafa», dijo.
También le acusa de haber pagado 1.750 euros a una empresa de transporte que de hecho prestó un servicio a la empresa de su cuñado. Sobre esto indicó que fue un error y reconoció que estaba asesorando a esa firma, por lo que podría ser una factura extraviada.
El fiscal también afirma haber realizado dos pagos a un auditor externo que trabajaba para el Festival de Mérida. Salguero indicó que se justificaron pagos pendientes.
Asimismo, la firma de un reconocimiento de deuda por el monto de más de 580.000 euros a una empresa que se ocupaba de la iluminación del Teatro Romano sin trámite legal. El ex gerente les aseguró que se trataba de comisiones de arte y que no debían estar sujetas a reglas de contratación. También defiende la forma en que se contrató el servicio de restauración para la edición de 2009.
En cuanto a las cuentas de la competencia, Salguero aseguró que no habían sido aprobadas porque el directorio, del cual el Junta de Extremadura y otros organismos públicos, no los han reclamado. En su opinión, se debe a que la administración autonómica no quiso reconocer la deuda de la competencia.
La intervención regional requirió documentación en 2008, 2009 y 2010, pero la fiscalía alega que no fue entregada, aunque el ex ejecutivo aseguró que envió información trimestralmente. Finalmente, se realizó una auditoría externa en la que se cuestionó la falta de colaboración de Salguero, quien explicó que no estaba de acuerdo con la forma de proceder de la empresa.
Además de Agencia tributaria realizó actividades de control en 2009, 2010 y 2011 para las liquidaciones del impuesto de sociedades, IVA y seguridad social. Esto dio lugar a multas de más de 600.000 euros. Salguero defendió que, según su consultor externo, el festival no estaba sujeto al impuesto de sociedades y que en cualquier caso no tendría que pagar nada porque generaba pérdidas todos los años. Por eso no lo entiendes bien.
El fiscal también lo acusa de llevarse una computadora cuando dejó el cargo. El exgerente aseguró que era de su propiedad y no contenía información contable. A pesar de esto, se aseguró de dejar una copia en un disco duro.
Salguero ya ha sido condenado a dos años de prisión por desviar 111.700 € durante su labor como director de la Orquesta de Extremadura, por la que acabó en la cárcel. En su declaración de hoy, admitió que utilizó los fondos de la orquesta para pagar las deudas del festival de Mérida, pero dijo que si no lo hiciera, el concurso no podría haberse realizado. «No sé si lo que hice es ilegal, pero no dañé el festival, me beneficié», dijo.
Salguero aseguró que cuando llegó a la fiesta hubo un Deuda no reconocida superior a 5 millones de euros y que cuando dejó el cargo en 2011 se había reducido a alrededor de 3 millones. «Ni siquiera teníamos computadoras», aseguró. «Teníamos que empezar de nuevo».
También destacó que, a pesar de las deudas con organismos públicos, la competencia puede continuar corriendo y los empleadores continuaron haciendo sus contribuciones todos los años. Incluso lo retuvieron y le dieron la dirección de la Orquesta de Extremadura. «No entiendo de qué me acusan», dijo.
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