– De vuelta a España. ¿La salida de Pablo Iglesias del gobierno y el posterior abandono de la primera línea política ayudaron a aliviar las tensiones dentro del gobierno o aumentaron?
-Las desviaciones siguen siendo las mismas. Lo que ha cambiado es el estilo. Lo que Unidos Podemos defiende desde el punto de vista económico, político y social no se corresponde con la práctica política del PSOE desde la transición y por tanto estas contradicciones persistirán. Sin embargo, creo que la voluntad de ambos es completar el período legislativo y abordar las discrepancias de la mejor manera posible.
– Debes haber leído la denuncia de Errejn, que describe las prácticas en Podemos como una especie de cuqui-estalinismo.
-Le diría al señor Errejn, que para mí es una persona de muy poco interés, que esa definición corresponde a la realidad, pero probablemente ha participado en este tipo de estructuración política y de nada sirve quejarse si usted es la víctima.
-¿El robo de Errejn en Madrid puede tener retransmisión en todo el país? La voz de la izquierda podría dividirse en tres graneros mientras que la derecha parece quedarse en dos en la situación por la que atraviesa Cs.
-Creo que la lucha por la hegemonía dentro de la izquierda ya se ha decidido definitivamente a favor del PSOE y que la entrada del nuevo actor que echará las voces de la extrema izquierda no tiene por qué cambiar esta tendencia de fondo. Es cierto que dividir los votos por tres en un sistema electoral como el nuestro puede afectar el resultado de los escaños parlamentarios. Eso le pasó al PP, que también fue protagonista de una disputa en la sala de la derecha. Todo indica que el panorama se ha simplificado ya que el PP ha absorbido una parte importante de los votos que iban a Cs y al parecer también ha conseguido limitar el crecimiento de Vox. En cualquier caso, se trata de una disputa que aún no se ha resuelto. Es cierto que el llamamiento a la voz útil en el período previo a las elecciones puede ser importante porque el mensaje básico será: tenemos que cambiar de gobierno, y eso favorece al partido mayoritario, pero también es cierto que tenemos que hacer trabajo político Y cuando la legislatura, al parecer, se ha completado, no solo hay que presentar a los ciudadanos como una alternativa, sino también ofrecer un proyecto de gobierno identificable y un equipo identificable. Creo que esta fase puede empezar ahora en el PP con la Convención Nacional, pero todavía queda un largo camino por recorrer y los resultados aún no se han escrito. Dos años es mucho tiempo y las encuestas son las instantáneas, pero creo que todavía hay mucho juego.
– ¿Ves a Pablo Casado listo para ir al gobierno?
-Creo que estos temas no deben debatirse indebidamente. Es el presidente del PP, es el candidato a la presidencia del gobierno, y es su momento. Además, a uno u otro puede gustarle más o menos, creo que los votantes son los que más castigan las divisiones internas.
-¿Estamos asistiendo a un regreso paulatino al bipartidismo?
-Creo que la compleja realidad de lo que llamamos España plural en nuestro sistema electoral aportará en gran medida una representación política de las fuerzas minoritarias a nivel nacional, pero con una presencia significativa en determinadas comunidades autónomas. Eso ha sido una constante desde la transición.
Lo que en teoría representaba la llamada nueva política y los nuevos partidos básicamente ha traído más inestabilidad y una gobernanza más pobre. Para un país como el nuestro, la vuelta al bipartidismo tiene un plus, y eso significa que cuando hay combates en todos los bloques porque han surgido nuevas fuerzas, los discursos inevitablemente se radicalizan y nos alejamos del consenso básico en el medio. Cuando eso de alguna manera se supera, inevitablemente tenemos que volver a espacios más focalizados y de ahí la bipolarización actual y la necesidad de articular un consenso fundamental para poder llevar a cabo las reformas que el país necesita, y estas son muchas las que sabemos por lo que son. , que no se pueden hacer cumplir políticamente. El retorno al bipartidismo podría llevar a la implementación de estas reformas en el futuro, ya que se trata de reformas que deben ir más allá de la duración de un período legislativo, es decir, no dependen de cambios y deben basarse en grandes acuerdos. Es lo que hicimos durante la transición y lo que hicimos unos años después. Creo que al país no le fue mal.
-El pueblo gallego votó el pasado verano y decidió volver al modelo clásico en el parlamento autonómico: PP, PSOE y BNG. ¿Es un indicio de algo o es Galicia un ecosistema político independiente?
– Galicia siempre ha tenido realidades distintas al resto de España. Fue la única comunidad autónoma donde Alianza Popular gobernó y anuló la UCD. Tiene sus peculiaridades, que muchas veces no tenemos que trasladar a otras realidades. Y lo digo cuando pienso en Madrid. Para las personas que creen que toda España es como Madrid, les aconsejaría que viajen un poco más. Dicho esto, creo que lo que estamos viendo, en general, es un regreso a ese bipartidismo defectuoso.
-¿Una de esas especialidades gallegas que mencionas es el feijoo? ¿Por qué tiene cuatro majors absolutos?
-Tengo un tremendo aprecio personal por el Sr. Feijoo, a quien considero mi amigo. También le tengo un enorme aprecio político porque actúa con ideas y convicciones claras, pero con moderación. Es muy conveniente para este país. Y luego consiguió conjugar de forma muy clara lo que me gustaría ver en otras comunidades: la defensa de la lengua y la cultura gallegas con una clara apuesta por España y su proyecto nacional. Estas son grandes virtudes que explican en gran medida los resultados electorales de Feijoo.
-La próxima semana volveré a estar en el foro. Galicia se convierte en el epicentro político y económico del país.
– Cuando empezamos a pensar en la conveniencia de hacer algo en defensa de la llamada conexión atlántica y los valores occidentales, era difícil encontrar un lugar mejor que Galicia y un entorno mejor que la isla de A Toxa. Estamos muy satisfechos con esta decisión, que también nos facilita hacer algo en lo que creo firmemente: la complementariedad y las sinergias positivas que resultan de trabajar con Portugal. Si alguien tiene relación con Portugal es Galicia, porque Galicia y el norte de Portugal tienen vínculos muy estrechos. Pero más allá de eso, después de vivir siglos atrás, tenemos muchas posibilidades de hacer todo lo posible con Portugal, porque la suma de los dos es más que la suma aritmética.
-¿Cómo llegastes a esta conclusión?
Vino de un grupo de amigos. El alma es Amancio López, presidente de Hotusa, que también es gallego y con quien tengo una gran amistad. Hace algún tiempo comentamos nuestra preocupación compartida por esta defensa de los valores democráticos y liberales para ver si podemos hacer algo. Hemos hurgado en esta idea y aquí es donde se está creando el foro.
-Me imagino que estuvieron a la altura de las expectativas.
-Los organizadores han superado las expectativas, pero hemos sido muy afortunados y honrados con el apoyo que hemos recibido de la familia real y tanto del gobierno español como gallego desde el primer día y eso nos facilita mucho las cosas. Fue un éxito desde el primer día. Creo que el Foro de La Toja se consolidará en esta tercera edición, sobre todo después de la pandemia y las restricciones que sufrimos el año pasado. Podemos hacer algo que ya es muy parecido a la primera edición.
– En este tercero recuperan el que fue el colofón del primero, la conversación personal entre Mariano Rajoy y Felipe González. ¿Lo exigió el público?
-Los buenos. Le gustó tanto y tuvo tales efectos medicinales que pensamos que sería interesante repetirlo. Eso sí, no voy a restar mérito a este debate porque se trata de dos personas que siempre deben ser escuchadas, pero al mismo tiempo quisiera enfatizar que el foro dura tres días, que hay muchas mesas y somos temas muy importantes. Se están debatiendo: la situación política, la tecnología, el mercado laboral, el medio ambiente, la situación económica … Y todo con ponentes de primer nivel. Creo que dirán mucho. Sé que hay tablas más medianas que otras, pero a todas les doy una gran importancia, porque de todas ellas podemos sacar conclusiones que nos ayuden a conseguir el objetivo común de defender nuestra forma de vida, nuestra comprensión de libertad, democracia o libertad, economía.
-Le pondré en un compromiso. Si tuvieras que elegir uno que pudiera pasar un poco desapercibido en el programa, ¿cuál sería?
-Mi opinión está sesgada. Las dos tablas que vamos a dedicar al debate sobre geopolítica en un momento en el que todo el mundo se está dando cuenta de que esto es algo que afecta a su día a día ya que me parecen muy relevantes. Evidentemente no se puede entender la realidad sin hablar de digitalización, cambio climático … Hay otras mesas sobre la situación económica y luego una mesa que se celebró el año pasado y que tuvo mucha influencia, la mesa entre los presidentes de las comunidades autónomas, son presidentes, algunos del PP y otros del PSOE, y creo que esta es una forma de valorizar el debate. Creo firmemente que en temas importantes (cohesión territorial, política exterior, reformas estructurales …) es fundamental encontrar acuerdos entre los dos grandes partidos, independientemente de quién esté en el gobierno.
-Da la sensación de que los presidentes regionales son capaces de llegar a acuerdos y transgredir las siglas que representan: ¿son un modelo a seguir?
-Así es, así es. Es cierto que más allá del color político de sus gobiernos, hay comunidades que comparten las mismas preocupaciones. Entonces hablamos de temas como finanzas, infraestructura … No es fácil llegar a consensos a escala global, pero estos enfoques sucesivos, basados en la unión de comunidades de diferentes orígenes políticos, siempre representan un avance.
-El foro ha demostrado ser un espacio para debatir lentamente. Eso ya casi no existe. ¿Ha cambiado mucho la política desde que estuvo en el frente?
-Ahora hay un exceso de cortoplacismo. Se fomenta la bipolarización porque se cree que podría impulsar las expectativas electorales en el corto plazo, pero daña gravemente la cohesión del país en su conjunto. Echo de menos un mayor sentido de la estrategia. Por eso el foro quiere incorporar estos elementos de carácter estratégico en el mediano y largo plazo, porque son ellos los que articulan el futuro al final. Los problemas a mediano y largo plazo no se pueden abordar con la perspectiva de las próximas elecciones.
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