El objetivo era eliminar la humedad, enterrar los cables y mejorar el aislamiento de un edificio que alberga el Ayuntamiento desde 1956.
Poco antes de finalizar el año, la Municipalidad retiró los andamios que cubrían la fachada desde julio. Ahora vemos el color de la fachada del Palazzo Comunale, que sigue siendo amarillo, aunque en un tono más claro.
Las obras de rehabilitación iniciadas este verano por la empresa Cabero duraron más del plazo establecido y costaron 155.700 euros. Además de repintar la fachada, se repararon los desperfectos para eliminar la humedad.
Las obras mejoraron las tres fachadas: la de Plaza de España, la de Donoso Cortés y la de San Juan. El edificio alberga al Ayuntamiento de Badajoz desde 1956, año en que finalizó su construcción, y está considerado «arquitectura singular con carácter monumental» en el plan especial de protección del centro histórico. Es decir, es un edificio protegido que no se puede cambiar.
Cuando el Ayuntamiento anunció esta reforma aseguró que instalaría en el andamio una gran fotografía con la imagen del Consistorio para decorar la plaza durante los meses en los que este edificio esté cubierto. Pero finalmente no fue así y se pudo ver un andamio desmontado frente a la multitud que se esperaba en Nochevieja para la fiesta discomóvil organizada por la Administración Municipal.
Como ya se indicó anteriormente, lo más visible es la pintura. Pero durante la intervención se repararon aleros en mal estado, que provocaron humedades en varios puntos del edificio.
Además, limpiaron las paredes con agua a presión, operación con la que eliminaron el hongo que cubría parte del Consistorio. El mortero de cal también se reemplazó donde se había caído y luego se volvió a pintar.
Con la restauración de tejas deterioradas y el derribo de falsos techos con humedades, mejorar el aislamiento del edificio para evitar nuevas humedades y reducir el calor del verano.
También enterraron cables o cubrieron los que no pudieron ser enterrados durante el espectáculo para actualizar la propiedad.
Los trabajos también alcanzaron las cubiertas, donde la argamasa de cal se deterioró mucho. Sobre todo en las balaustradas. Esto también provocó humedades y desagües obstruidos por derrumbes. Esto, a su vez, generó vacíos en las oficinas del segundo piso y dio una imagen de antigüedad y abandono que ahora se ha corregido.
La remodelación de la fachada era un trabajo en progreso. Se anunció hace años pero se retrasó por la pandemia y luego por los plazos para gastar el dinero asignado inicialmente. Finalmente se ha pagado con el préstamo que el Consistorio solicitó hace ya un año.
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